La Cámara baja de Brasil dio el primer paso para cambiar el sistema previsional
Aprobó en un primer voto la reforma del sistema presentada por Bolsonaro. Faltan tres rondas de votaciones.
La Cámara de Diputados de Brasil dio anoche el primer paso para reformar el deficitario sistema previsional del país al aprobar en una primera votación con 379 sufragios a favor y 131 en contra una enmienda constitucional que establece una edad mínima para acceder a la jubilación, de 65 años para los hombres y 62 años para las mujeres, y cambia la forma de calcular el beneficio, medidas que permitirán un ahorro fiscal de unos 240.000 millones de dólares en 10 años.
La aprobación es un triunfo compartido entre el presidente Jair Bolsonaro, quien declaró prioritaria la reforma, y el titular de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, quien lloró poco antes de la votación tras haber conducido duras negociaciones para obtener el apoyo macizo de los legisladores, en un proceso que, por tratarse de una enmienda constitucional, aún debe ser refrendado dos veces por el Senado y enfrentará una nueva votación en la Cámara baja.
“Sin nuestro presidente (Rodrigo Maia) no hubiéramos llegado a este momento”, reconoció el Comisario Waldir, líder del bloque del Partido Social Liberal (PSL) de Bolsonaro.
Entre los cambios más relevantes, fue retirada la posibilidad de crear un régimen de capitalización que reemplazaría al actual sistema de reparto y se excluyó de la reforma a las cajas jubilatorias de las 27 unidades federativas en las que se divide Brasil, además de las de los más de 5.000 municipios. Esos cambios provocaron una disminución del ahorro fiscal proyectado de unos 75.000 millones de dólares en una década, pero podrían ser reintroducidos por el Senado.
“Sin estas reformas no podremos pagar a los jubilados actuales y futuros”, dijo el diputado Baleia Rossi, líder del Movimiento Democrático Brasileño. Los partidos de izquierda, que argumentaron que la reforma aumentará la concentración de los ingresos y favorecerá al mercado financiero, fueron los que lideraron la oposición a los cambios previsionales.
Los cambios en la seguridad social, según funcionarios del gobierno y congresistas alineados con las ideas liberales que promueve el ministro de Economía Paulo Guedes, corregirán la explosiva trayectoria de expansión del endeudamiento público y promoverá una intensificación de reformas que buscan reanimar la estancada economía de Brasil. Entre esos cambios previstos, que serán tratados en el segundo semestre, se incluyen reformas al sistema tributario para su simplificación y para bajar la carga impositiva, modificaciones en el esquema de coparticipación, privatizaciones masivas, y una disminución de obstáculos regulatorios para mejorar el ambiente de negocios y facilitar inversiones.
“Hay algo equivocado en cómo gastamos el dinero público en Brasil. Nuestros salarios son 67% mayores que los del sector privado, con estabilidad y poca productividad. Eso es lo que tenemos que combatir y cambiar”, dijo Maia antes de la votación.
Nuevos cambios podrían ser introducidos en la votación en particular de la reforma, como una flexibilización de las reglas jubilatorias para los policías, una demanda de la poderosa “bancada de la bala”, como se llama a los numerosos legisladores que defienden la mano de hierro en el combate al delito y abogan por derechos de agentes de seguridad.
Se espera que la segunda ronda de votación de la reforma en Diputados sea concluida hacia el fin de semana, de modo que el tratamiento comience en el Senado en agosto.
La nueva seguridad social, de ser aprobada, establecerá un tiempo mínimo de aportes para acceder al beneficio de la jubilación de 20 años para hombres y 15 para las mujeres que trabajen en el sector privado, mientras que para los empleados públicos será de 25 años. Tras un período de transición de hasta 14 años, se eliminará la posibilidad de jubilarse apenas con un determinado tiempo de aportes, situación que permite que en Brasil exista una gran cantidad de jubilados con menos de 60 años.
Uno de los cambios relevantes que introduce la reforma es el del cálculo del beneficio jubilatorio, que hasta ahora se basa en un promedio que descarta el 20% de los salarios más bajos. Con la reforma, ese cálculo se hará en base a todos los aportes, lo que recortará jubilaciones futuras. ■