¿Qué le pasa a Merkel? Silencio de Berlín sobre sus temblores
Ángela Merkel volvió a temblar públicamente pero sigue sin haber información oficial desde Berlín que explique qué le pasa a la mujer más poderosa del mundo más allá de alegar que sufrió deshidrataciones.
La jefa del gobierno alemán sufrió ayer su tercer episodio de temblores en menos de un mes cuando asistía a un desfile militar en Helsinki junto al primer ministro finlandés Antti Rinne. Minutos después los servicios de prensa del gobierno alemán dijeron que Merkel está bien y que seguía su agenda sin cambios.
Las explicaciones sobre qué le pasa a la jefa del gobierno alemán son mínimas, casi inexistentes, y el silencio oficial de Berlín desata especulaciones, porque los temblores de este miércoles son los terceros en público en menos de un mes.
El 18 de junio, durante una visita a Berlín del nuevo presidente ucraniano Volodimir Zelenski, se vio por primera vez este año temblar a Merkel. Entonces se dijo que había sufrido un episodio de deshidratación tras pasar varias horas sin beber y pararse durante largo rato al sol y con más de 30 grados. Tras beber tres vasos de agua dijo sentirse mejor. Nueve días después volvieron los temblores. El 27 de junio, durante una ceremonia oficial en el Ministerio de Justicia en Berlín, alguien se le acercó con un vaso de agua que Merkel rechazó. En aquella ocasión Merkel pasó casi dos minutos temblando y en el video se ve como ella misma intenta, sin mucho éxito, sujetarse los brazos para detener los temblores.
Al día siguiente voló a Osaka (Japón) para la cumbre del G20. Después de dos días en la ciudad japonesa (13 horas de vuelo de ida y 13 horas de vuelta) y más tarde en Bruselas, Merkel no mostró temblores tras largas horas de reuniones a horarios intempestivos.
El gobierno alemán nunca publicó un diagnóstico oficial. Y los médicos no hablan con los medios de comunicación alegando que es imposible hacer un diagnóstico con el único apoyo de unos videos.
Clarín contactó al Departamento de Neurología de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid y recibió esta respuesta: “No hablamos porque sólo con videos es imposible hacer un diagnóstico”.
Angela Merkel cumplirá 65 años el próximo 17 de julio, no sufre oficialmente ninguna enfermedad grave y gusta del senderismo. Se sabe que no fuma. En ocasiones de fiesta se la ha visto tomando cerveza. Ayer, la canciller dijo que no había que preocuparse: “Estoy seguro de que estoy en forma para el trabajo”. El silencio oficial ha hecho también que las televisoras alemanas intenten encontrar a algún especialista dispuesto a dar una opinión médica más elaborada. Todos descartan enfermedades como el Parkinson. Pero nadie se atreve a dar un diagnóstico más preciso. ■