Boca se pone a punto y busca experiencia en el césped sintético
En Seattle y anoche en Tijuana jugaron en esa superficie pensando en el piso de la cancha de Paranaense.
En Boca se acerca la reanudación de la competencia y su primer encuentro oficial será ante Athletico Paranaense, en Curitiba, por los octavos de final de esa Copa Libertadores que persigue con insistencia como su máximo objetivo. Sin otro refuerzo que Alexis Mac Allister ensayando desde hace semanas, Gustavo Alfaro sabe que el plantel que tiene es con el que contará para el duro cruce contra los brasileño. Pero además de la táctica, la estrategia y los apellidos, hay algo a lo que también prestaron atención. Un rival silencioso: el césped sintético del Arena da Baixada.
La planificación de Boca tuvo en cuenta el antecedente del 3 a 0 en contra en la fase de grupos de la Copa. Lógico: la explicación del resultado no solo tuvo que ver con el campo de juego. Pero sí varios protagonistas advirtieron de lo complicado de la adaptación a un terreno al que Paranaense le saca provecho. En esa superficie, solo perdió 2 partidos en el año. Por eso el club decidió disputar dos encuentros de pretemporada en ese tipo de cesped artificial.
En Seattle contra Chivas y anoche cuando jugaba en Tijuana frente a Xolos, además de tratar de mejorar el funcionamiento de un sistema de juego que mutará de un 4-4-2 a un 42-3-1 de acuerdo al rival y condición, también se probaron botines, tapones bajos y medían la recuperación de los futbolistas después del esfuerzo sobre el sintético. El pique de la pelota y la distancia entre un envío y otro para el arquero, también se observó con detalle.
“En Seattle y Tijuana se recreara algo parecido a Paranaense Eso sirve para cuando vayamos de visitante en el primer partido de Copa. Paranaense es un equipo que juega igual de local y visitante pero tiene rendimientos mayores de local, sea por el sintético o su forma pero no los vuelve un equipo frágil”, resaltó Alfaro.
Y puntualizó: “La desventaja es que llegan con un ritmo competitivo que nosotros no tenemos y la ventaja es que sabemos enfrentarlos, de local y visitante. Jugamos en el sintético, in
corporamos movimientos para estar atentos a esa superficie así que buscaremos escribir una nueva realidad en octavos”.
A River, en su visita al mismo escenario por la Recopa, también le afectó el funcionamiento. “Nunca pudimos hacer pie y eso se notó en cómo el rival se movió con más comodidad”, había argumentado Marcelo Gallardo en su momento.
Boca no solo tomaba la experiencia de Seattle y anoche la de Tijuana en una superficie parecida (el estadio de Curitiba tiene un campo en un 90 por ciento de artificial y un 10 por ciento de campo natural) sino que además diagramó una serie de entrenamientos en las canchas de sintético que el club construyó en el nuevo complejo deportivo de Ezeiza. Al regreso, Boca seguirá poniendo los pies sobre la tierra. O algo así. ■