El noveno hijo de Julio Iglesias
Después de 30 años, la Justicia declaró que el popular artista es el padre de Javier Sánchez Santos.
Después de 30 años, la Justicia española declaró ayer que el cantante Julio Iglesias (75) es padre de Javier Sánchez Santos (43), cuya lucha para determinar el vínculo es conocida en todo el mundo. Javier nació fruto de las relaciones sexuales que el cantante tuvo en 1975 con la bailarina María Edite, a quien conoció en una fiesta. En ese entonces, el reconocido intérprete español estaba casado con Isabel Preysler (68), madre de sus hijos mayores: Chábeli (47), Julio Jr. (46) y Enrique (44).
Trascendió que Iglesias se negó hasta en cuatro ocasiones a hacerse las pruebas de ADN solicitadas por los abogados de Javier. Por esto, entre otras pruebas, el juez consideró que “existen indicios suficientes” para determinar la paternidad en cuestión. Asimismo, de acuerdo a la sentencia, también se comprobó que “en la época aproximada de la concepción del demandante, existieron ciertos contactos y trato entre la madre de éste y el demandado”.
Por esa razón, entre otras, el letrado determinó que no es “inverosímil ni descabellada la posibilidad de haber existido relaciones sexuales entre ellos”. A su vez, María Edite, única testigo que declaró durante el juicio, aportó en su declaración “datos muy concretos sobre la pertenencia, ubicación y distribución interior del chalet” donde Iglesias se alojaba en esos días. La sentencia también menciona el “evidentísimo parecido físico” entre el demandante y el artista, quien además de los tres hijos que tuvo con Preysler, es padre de otros cinco chicos fruto de su amor con su pareja desde 2010, Miranda Rijnsburer. Ellos son: Miguel ( 21), Rodrigo (20), las mellizas Victoria (18) y Cristina (18).
El abogado de Iglesias, Fernando Falomir, ya anunció que su cliente apelará la sentencia al mismo tiempo que lamentó la “ausencia y carencia total de prueba” que a su parecer consta en el fallo. Sin embargo, admitió que su representado coincidió en una fiesta con la madre de Javier, aunque señaló que “eso no puede ser ningún indicio de que mantuvieran relaciones”. Por su parte, el letrado del demandante, Fernando Osuna, le dijo a The Associated Press que tanto su cliente como su madre están “contentos, felices y eufóricos” tras más de dos años de litigio. En tanto, el profesional indicó: “Ya sabíamos que genéticamente era el hijo, faltaba que el derecho a la Justicia acompañara la verdad biológica”. ■