Clarín

Por un absurdo judicial dejan libre al karateca que mató a golpes al taxista

Un juez ordenó la detención del acusado, pero la medida quedó en suspenso porque su abogado la apeló.

- Informe: Agencia La Plata

Se presume que todo comenzó con una discusión de tránsito. Y allí, Esteban González Zablocki, un estudiante de arquitectu­ra de 27 años, fanático de las artes marciales y con antecedent­es violentos, agredió brutalment­e a Jorge Gómez, taxista, quien murió ayer, después de 24 horas en coma. Un juez ordenó la detención del asesino, pero su abogado apeló ante la Cámara. Y entonces, esa detención permanece en suspenso hasta que el fallo quede firme.

Esteban González Zablocki tiene 27 años y vive en Berisso. Está en pareja y tiene una hija. Estudia en la facultad de la zona y trabaja en una empresa familiar. Hasta el miércoles a la madrugada, llevaba una vida que podía considerar­se común, corriente. Fue durante las primeras horas de ese día que saltó a los titulares y los canales de noticias como el conductor que, por una discusión de tránsito, agredió salvajemen­te al taxista Jorge Gómez (52) en las calles de Ensenada, hasta dejarlo en coma y finalmente provocarle la muerte. La víctima murió ayer, horas después de que González quedara en libertad tras pasar un día detenido. Pero sus antecedent­es de violencia lo complican, en el marco de una causa por homicidio simple por la que podría pasar entre 8 y 25 años en prisión.

Es que, según fuentes judiciales, González le rompió la mandíbula a un vecino en un departamen­to de la calle Almirante Brown, en Mar del Plata. Fue el 23 de enero de 2013, durante unas vacaciones del agresor. La causa está en los tribunales de esa ciudad pero, según pudo saber este diario, avanzó poco y nada (ver Un estudiante...).

Seis años después, la violencia se repite. “Agredió en forma intempesti­va, sin mediar palabra alguna y con claras intencione­s de causarle la muerte” al taxista, consta en el pedido de detención que hizo el fiscal Juan Menucci y al que tuvo acceso Clarín.

Un video captado por una cámara de seguridad mostró que Gómez recibió patadas y trompadas hasta que se desvaneció en la calle. Aún no está claro el origen de la discusión. Al parecer pudo deberse a un roce entre el

Corsa del taxista y la camioneta Amarok del agresor. La víctima quedó internada en terapia intensiva en el Hospital Cuenta Alta, en Cañuelas, donde murió ayer.

“No queremos que salga”, había advertido Guadalupe, sobrina del taxista atacado, en referencia a la situación de González. Minutos después, el imputado fue liberado.

La defensa había presentado -antes de entregar a González a la Justicia- un pedido de eximición que impide la privación de la libertad de un imputado. Y aunque el juez Juan Pablo Masi rechazó ese recurso, el planteo fue apelado y habrá que esperar a que sea resuelto por la Cámara de Apelacione­s de La Plata. “La eximición de prisión denegada, hasta que no adquiera firmeza, invalida la posibilida­d de ejecutar una orden de detención”, precisó el abogado del agresor, José Luis María Villada.

Antes de que se confirmara la muerte de Gómez, el juez Masi también había modificado la imputación: de tentativa de homicidio con alevosía pasó a tentativa de homicidio simple. “El criterio para la alevosía es que tiene que ser un obrar a traición y sobre seguro con una una circunstan­cia preparada de antemano. Esta circunstan­cia no estuvo preparada de antemano, esto fue espontáneo”, explicó el magistrado a TN.

Tras el fallecimie­nto, González podría ser procesado por homicidio simple, un delito que prevé penas de entre 8 y 25 años de prisión. Pero fuentes judiciales explicaron que González seguirá libre a pesar de la muerte del taxista. “Nuestro código procesal penal impone en el artículo 431 la suspensión de la ejecutorie­dad de medidas cautelares, por ejemplo, la detención, hasta tanto no queden firmes. Infinidad de veces se habló de la necesidad de cambiar la ley y nunca se cambió. Al haber presentado la defensa un pedido de eximición de prisión, la persona no puede ser detenida hasta tanto sea revisada por la Cámara o el Tribunal de Alzada, no puede ejecutarse esa detención que ya está ordenada”, detalló Masi. Voceros adelantaro­n que el imputado podría seguir en libertad al menos durante 10 días.

En el momento de la agresión, Gómez manejaba un taxi alquilado, actividad que desarrolla­ba en los últimos 13 años. Antes había sido chofer de colectivo y luego remisero. “Creo que ni siquiera le hicieron alguna vez una multa. Es un hombre que conoce la calle, que sabe los códigos y que nunca tuvo una pelea”, le había contado a Clarín la sobrina de la víctima.

Gómez estaba divorciado y vivía con su madre, Laura, una docente jubilada, en la calle 127 de Villa Catela, Ensenada. Allí nació y creció con sus dos hermanas. Tenía tres hijos mayores de 25 años que viven por esas manzanas de casas bajas de la localidad ribereña. Por los golpes que recibió el miércoles sufrió un politrauma­tismo de cráneo con pérdida de masa encefálica. Murió ayer, tras más de un día en coma. ■

El agresor ya tenía una causa por fracturarl­e la mandíbula a un hombre en Mar del Plata.

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(M. NIEVAS). Dolor. La hermana y la sobrina de Gómez (izq.), ayer, luego de que liberaran al acusado.
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Víctima. Jorge Gómez tenía 52 años y tres hijos.

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