Federer extiende su leyenda
El suizo definirá el título mañana ante Djokovic, número 1 del mundo, que eliminó al español Bautista Agut.
Al ganarle otro partidazo a Nadal, se clasificó para su 12a. final de Wimbledon, donde mañana -ante el serbio Novak Djokovicbuscará su noveno título. A punto de cumplir 38 años, el tenista más grande de todos los tiempos no cede en su ambición.
No defraudaron. La expectativa que tenía ese reencuentro en el césped de Wimbledon (17.769.000 libras) después de 11 años fue cumplida. Y con creces. Roger Federer, segundo favorito, logró tomarse una revancha de aquella dolorosa derrota con Rafael Nadal, tercer preclasificado, en la definición de 2008. El suizo se impuso en un partidazo por 7-6 (7-3), 1-6, 6-3 y 6-4 en tres horas y dos minutos y jugará la final frente al serbio Novak Djokovic (primero), ganador del español Roberto Bautista Agut (23°) por 6-2, 4-6, 6-3 y 6-2.
El 40° enfrentamiento entre ambos y el cuarto en el torneo londinense tuvo una paridad absoluta -como se esperaba a lo largo del partido- en el primer set. Con grandes golpes de ambos y sin chances de quiebre hasta que Federer tuvo una en el octavo game. Pero con una gran defensa el mallorquín salvó el break point.
La primera doble falta también tardó en llegar: Nadal la cometió en el décimo game aunque eso no influyó en su saque; tampoco en el siguiente cuando pasó del 40-0 a 40-40 e ilusionó a Federer con cerrar el primer capítulo. Sin embargo igualó y llegaron al tie break.
Allí, en un comienzo, tampoco se distanciaron. Aunque Nadal arrancó con un mini quiebre, Federer respondió enseguida. Hubo otros dos mini quiebres hasta el 3-3. Sin embargo, en un momento, esa paridad se rompió. Fue cuando Federer se quedó con el saque de su rival, aseguró los dos propios y con un tiro paralelo y profundo se llevó el primer parcial. Un set muy luchado en el que Federer sacó esa mínima distancia gracias a sus winners (16 contra siete), sus aces (siete contra tres) y ninguna doble falta frente a la única de Nadal.
En el segundo set fue el perdedor el que no falló y golpeó fuerte casi de entrada. Primero tuvo dos chances de quiebre en el segundo game y luego salvó dos break points. Finalmente, en el cuarto juego, consiguió el esperado quiebre que confirmó con su servicio.
Al ver que el parcial se le escapaba, Federer bajó su defensa y no luchó por darlo vuelta. Nadal volvió a quebrarlo y luego lo cerró con su saque. Fue un set casi perfecto de quien se aprovechó además de la bajísima efectividad de Federer con su servicio: sólo ganó el 22 por ciento de los puntos con el segundo saque (contra el 75) y apenas el 54 por ciento con el primero (frente al 73).
Pero el más grande tenista de todos los tiempos reaccionó. Federer sacó a relucir su gran revés y con ese golpe quebró para el 3-1. Nadal tuvo la chance de igualar en tres oportunidades pero no pudo.
Y aunque logró mantener el saque frente a dos break points en el sexto game, la distancia con Federer ya era insalvable a esa altura: el ganador -que subió su efectividad al 80 por ciento de los puntos ganados con el primer saque y al 86 con el segundo- se llevó el set y volvió a ponerse al frente.
El nivel de Federer era demasiado alto, aún para un Nadal que no se cansaba de atacar. El primero quebró en el tercer game del cuarto set y sacó esa primera ventaja que necesitaba para acercarse a la victoria. Sólo porque Nadal era quien estaba enfrente tuvo que aguardar hasta el quinto match point para quedarse con el pasaje a la final. Es que su adversario resistió con furia lo que permitió, por ejemplo, ver a Federer fallar un smash desde el fondo de la cancha. Al final, un revés paralelo afuera definió el partido. Federer levantó los brazos y el público explotó.
Ahora intentará recuperar aquel trono que le arrebató Novak Djokovic. “Hubo intercambios brutales en momentos clave que cayeron de mi lado”, valorizó quien terminó “exhausto” y ya piensa en mañana. ■