Vidal sube el tono de campaña y responde a cada crítica opositora
Polarizar. El equipo oficialista busca en Provincia copiar la estrategia de Macri.
María Eugenia Vidal se aprestaba a dar inicio a la reunión de Gabinete, cuando el ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, rompió el hielo con una arenga y pidió un aplauso para su colega de Salud, Andrés Scarsi. Había realizado, horas antes, una cruzada contra Axel Kicillof y Verónica Magario, reclamándoles que pidan la ordenanza al Concejo Deliberante de La Matanza que permita "llevar el SAME a La Matanza".
Ese pedido, que comenzó vía Twitter, con un extenso hilo, y se trasladó a los medios, fue en el marco de una respuesta al ex ministro de Economía, quien había criticado la gestión en Salud de la gobernadora. El reconocimiento de Ritondo, acaso el ministro de mayor exposición, en el encuentro de este miércoles en las oficinas de Retiro, obedece a la estrategia que minutos más tarde planteó su jefa: "No dejen que ellos digan cualquier cosa, contesten las mentiras que digan", ordenó.
El razonamiento de la mandataria tiene que ver con la percepción de que para su campaña será fundamental la presencia constante de los funcionarios en la discusión: ya sea "abriendo hilos" en redes sociales, la principal herramienta del jefe de Gabinete, Marcos Peña, a nivel nacional; o con cruces en los medios, donde los funcionarios del Gobierno nacional se cuidan de no exponerse. Todo un contraste. "Lo que no se dice, parece que no se hizo", fue uno de los tantos conceptos sobre los que hizo hincapié Vidal.
"Piensen que todos son candidatos y que necesitamos que defiendan y cuenten la gestión. No se escondan detrás de los que vamos a la elección: ustedes son parte de la elección, cuenten todo lo que se hizo", agregó.
Así, a Scarsi se le sumó Santiago López Medrano, ministro de Desarrollo Social, quien instantáneamente replicó a Kicillof, que habló de "comedores escolares desbordados". "¿Sabrás que en 2015, cuando asumió Vidal, se pagaban $6,30 por almuerzo y encontró deuda de 700 millones de pesos con los proveedores?", le contestó por Twitter, en un hilo que le recordó también que su jefa impuso "el menú obligatorio, controlado por nutricionistas" y le recordó que durante el gobierno K se daba leche "en sólo 3 de cada 10 desayunos" y "hoy son 9".
Hernán Lacunza, ministro de Economía de la Provincia, rechazó las críticas por el endeudamiento provincial y dijo que "si Kicillof hubiera devuelto el Fondo del Conurbano a los bonaerenses, hoy la deuda sería cero".
El círculo lo completó, para sorpresa -y satisfacción- de la gobernación, Roberto Gigante, el ministro de Infraestructura y cultor del perfil bajo, quien cruzó al intendente de K San Antonio de Areco, Francisco "Paco" Durañona, y le enumeró las obras realizadas por la gestión.
"Tienen la orden de salir a responder y a contestar todo, con respeto. Tienen que ser proactivos y 'reactivos', y contar lo que hizo", admitió un alto funcionario de la provincia, que remarcó que "no se trata de campaña sucia, como dicen los K; sino de campaña de datos".
El jefe de Gabinete provincial, Federico Salvai, dijo en la semana que Vidal había pasado al frente. ■