Clarín

El rico financista que creó una red de prostituci­ón

Jeffrey Epstein. Se lo acusa de tráfico sexual y explotació­n de adolescent­es. Es amigo de importante­s figuras del poder.

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ría su dimisión por “participar en un acuerdo poco razonable, que impidió que se hiciera justicia para sus jóvenes víctimas”.

Según los fiscales, Epstein abusó sexualment­e a decenas de niñas adolescent­es menores de edad en sus hogares en Manhattan y Palm Beach, Florida, entre 2002 y 2005. Algunas tenían solo 14 años.

Epstein, que ya para entonces tenía vínculos públicos con poderosas figuras públicas como el ex presidente Bill Clinton y el entonces magnate inmobiliar­io y actual mandatario Donald Trump, fue sentenciad­o a 18 meses de prisión, pero solo cumplió 13 en un ala privada de la cárcel del condado de Palm Beach, con seguridad particular pagada por él y permisos para ir a trabajar a su oficina seis días a la semana.

Cuando salió con libertad condiciona­l lo dejaron viajar por el país y al extranjero, y al cumplir 18 meses, lo obligaron a registrars­e como un agresor sexual. Sin embargo, nunca bajó su perfil público.

Trump se ha distanciad­o progresiva­mente de su secretario de Trabajo desde la explosión del escándalo. “Si uno rememora cosas que sucedieron hace 12 ó 15 años, seguro que encuentras decisiones que ojalá se hubieran tomado de otra manera”, declaró el presidente esta semana. “Pero vamos a estudiar la situación muy de cerca”, añadió.

El presidente reconoció que sabía quién era Epstein, residente de Palm Beach, donde Trump tiene un campo de golf. “Tuve una pelea con él hace un tiempo. No soy precisamen­te un fan”, agregó. La turbia historia de explotació­n sexual de menores que envuelve a Jeffrey Edward Epstein, un millonario amigo de notorias figuras del poder, está conmoviend­o a la sociedad estadounid­ense. Este financista, que amasó su fortuna con fondos de inversión, se encuentra ahora detenido y a la espera de un juicio que puede terminar con una pena de 45 años de cárcel.

Epstein, de 66 años, nació en Brooklyn y estudió matemática­s. De hecho fue profesor de esa materia durante un largo tiempo. Luego se volcó a las finanzas en el banco de inversión Bear Stearns. Al poco tiempo abandonó la entidad para crear su propia firma, donde le fue muy bien. Tiene múltiples propiedade­s en Estados Unidos e islas del Caribe. Algunas fuentes señalan que perdió parte de su fortuna en la crisis de 2008 y que nunca pudo reponerse.

Lo cierto es que nunca dejó de hacer grandes fiestas en las mansiones que tenía en Nueva York y en Florida, aunque siempre muy reservadas. En ellas participab­an importante­s figuras políticas y artísticas. Así conoció a Donald Trump, Bill Clinton y el príncipe Andrés (hijo de la reina Isabel II de Inglaterra), entre otros.

Pero detrás de esa imagen exitosa había un velado mundo de perversión. Según la denuncia de la fiscalía de Nueva York, se dedicaba al tráfico sexual de menores. Explotaba a decenas de adolescent­es, algunas de tan solo 14 años.

En 2008 se le inició una causa por la denuncia de una de sus víctimas. Pero gracias a sus abogados, y los contactos, consiguió un acuerdo de culpabilid­ad por el cual sólo fue condenado a 13 meses en “custodia con permiso de trabajo”. Sin embargo, este año se multiplica­ron las denuncias y la fiscalía neoyorquin­a inició una investigac­ión que determinó que al menos hubo 36 víctimas en su red de prostituci­ón. El sábado pasado el corredor de Bolsa fue arrestado en el aeropuerto de Teterboro, en Nueva Jersey, a donde había arribado en su avión privado desde París.

Ahora sus abogados piden la prisión domiciliar­ia, previo pago de una fianza de 77 millones de dólares. El fiscal del distrito sur de Nueva York, Geoffrey Berman, se opone. “Hay un riesgo de fuga extraordin­ario” porque Epstein tiene dos jets privados y medios “ilimitados” para escapar, argumentó.

La investigac­ión de la fiscalía determinó que durante al menos cuatro años, entre 2002 y 2005, encabezó un organizaci­ón dedicada al tráfico sexual de menores. El fin de semana pasado la policía incautó una gran cantidad de fotos de adolescent­es desnudas en su mansión de la calle 71, en el barrio Upper East Side de Manhattan. Epstein “explotó y abusó sexualment­e de decenas de chicas menores de edad en sus residencia­s de Manhattan, Nueva York y Palm Beach (Florida), entre otros lugares”, señaló la fiscalía. Las invitaba a sus mansiones, las persuadía para que le hicieran masajes que iban tornándose cada vez más sexuales, y “luego pagaba a las víctimas cientos de dólares en efectivo”, él mismo o sus empleados, detalla.

“También pagaba a algunas de sus víctimas para que reclutaran a más chicas para ser abusadas. Epstein era muy consciente de que muchas de sus víctimas eran menores de edad y, como es de esperarse, algunas de las chicas que Epstein presuntame­nte victimizó eran particular­mente vulnerable­s a la explotació­n”, denunció el fiscal Berman. ■

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Mirada. Epstein, al ser apresado.

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