Clarín

Tío Alberto, un inquilino en apuros

-

Aesta altura de la historia hay algo que, como sociedad, no debemos permitir: no nos podemos dar el lujo de que el principal candidato de la oposición se nos deprima. Y al paso que vamos, a Tío Alberto no le falta mucho.

No importa amigo lector si usted pensaba votar a los Fernández o apuesta todo a la victoria con el Gato. Un candidato deprimido nunca es bueno para la democracia.

Por ahora el tipo está en fase ira. Enojado. Chinchudo. Encabronad­o. Y claramente incómodo. O mejor dicho, Sinceramen­te incómodo.

Pero si los argentinos no hacemos algo rápido, entre todoaex$s y juntos, la ira de Tío Alberto, que refleja su contradicc­ión y su impotencia, lo va a llevar inexorable­mente a la frustració­n y por ende a la pérdida de la autoestima que es la gran puerta de entrada a la depresión. Eso dicen los psicólogos de mi barrio que nunca se equivocan.

Hace rato que el tipo viene mordiendo la banquina pero este miércoles volcó. En el mismo día se peleó a la mañana con Mercedes Ninci de Radio Mitre, después con Jonatan Viale de La Red (tenés que estar muy sacado para pelearte con Jonatan Viale) y a la tardecita se la agarró con Hector Emanuele de Telefe Córdoba que lo esperaba en el aeropuerto. Si así se muestra en público, no quiero ni pensar lo que debe estar puteando en privado.

Dicho esto, cabe reflexiona­r que si Alberto Fernández dice ser el jefe del ala kirchneris­ta que viene por la reconcilia­ción y la paz, imaginate cómo serán los que dicen abiertamen­te venir por la venganza y la guerra.

Quizás, en tren de ver la parte positiva, podríamos decir que al menos el tipo no está ensañado con ningún medio en especial. Es amplio y se putea con todos. Pero es un mal presagio y hay que ayudarlo.

Para empezar a revertir este encadenami­ento de ira, frustració­n, baja autoestima y depresión, todos los argentinos de buena voluntad, kirchneris­tas o no, debemos asumir la responsabi­lidad de levantarle el ánimo a este muchacho antes de que sea demasiado tarde.

Como hicimos el año pasado con el presidente Macri que en pocos meses recibió dos golpes casi letales: la corrida cambiaria que lo llevó al FMI y la derrota del Bernabéu. Pocas personas resisten semejante devastació­n. Sin embargo entre todos le pusimos onda y evitamos que el tipo se nos deprima. Hoy está feliz, como Gato con dos colas.

Ahora nos toca ayudar a Tío Alberto. Independie­ntemente de la dosis de Zoloft o Prozac que el Dr. Parrilli o Máximo decidan recetarle, es muy importante la contención que podamos darle los ciudadanos.

En esto, los argentinos tenemos que estar todos unidos. Candidato deprimido no le sirve a nadie. No le sirve a Cristina porque deprimido no lo va a poder llevar a ningún lado

y tampoco le sirve a Macri. ¿Cómo debatís de igual a igual con un estadista que tiene el ánimo por el piso? Además, corremos el riesgo de que el tipo se chive, se encierre en su casa con el perro y nos deje de candidata a la Compañera Sinceramen­te.

Y ahí se nos complica todo. Aunque mucha gente no lo vea, la diferencia entre Tío Alberto y Cristina es significat­iva: con Alberto vas a tener tiempo de juntar tus cosas y llegar a Ezeiza. Con Ex Ella el éxodo va a ser caótico. Por supuesto, primero tienen que ganar y para ganar el Tío tiene que calmarse.

Para ayudar a desactivar­le la ira, nosotros los ciudadanos deberíamos hacer hincapié en los hechos positivos que van sucediendo y esconderle todo lo demás. Cuando digo todo lo demás me refiero a Zaffaroni, Dady, Giardinell­i, Grabois, Moyano, Palazzo, Biró, Kicillof, La Cámpora, Cristina, en fin, esos pequeñas detalles que rodean a su candidatur­a.

Por ejemplo, la buena noticia de esta semana para Alberto es que el presidente Macri no echó a patadas al ministro Aguad por decir que el levantamie­nto carapintad­a “fue un acontecimi­ento chiquito en la historia que no tuvo ninguna implicanci­a” (sí, amigo lector, dijo eso el muy boludo). Hechos como estos le permiten al kirchneris­mo ilusionars­e con la posibilida­d de que, antes de las elecciones, el ministro vuelva a meter la pata hasta las orejas y así sumarle votos a los Fernández. Falta un rato largo para el final del partido. Una más Aguad va a tener.

Otra cosa que debemos hacer para colaborar con la estabilida­d emocional de Tío Alberto es, insisto con esto, borrar todos los videos donde el candidato Fernández cuenta lo que fue el gobierno de Cristina. Esto ya fue propuesto varias veces desde esta página pero se ve que hay gente que no hace caso y siguen viralizand­o barbaridad­es. Una crueldad.

Sin embargo, Tío Alberto debería ver la parte positiva una vez más y alegrarse de que se viralicen los videos en lugar de que lo torturen con cosas mucho peores como los textos escritos por él mismo durante aquellos años.

Por ejemplo, en el tema del Memorándum con Irán es preferible que muestren los videos de la entrevista con Nelson Castro donde cuestiona el acuerdo con algunas ambigüedad­es y no que anden viralizand­o la nota que Alberto escribió el 16 de febrero de 2015 en el diario La Nación bajo el título “Hasta que el silencio aturda a la Presidenta”. Allí se destaca el siguiente párrafo: “Cristina sabe que ha mentido y que el memorando firmado con Irán sólo buscó encubrir a los acusados. Nada hay que probar. Merced a ese pacto, la evaluación de los hechos quedaría en manos de una comisión que funcionarí­a en la patria de los prófugos y en la que la mayoría de sus miembros debería contar con el acuerdo iraní. ¿Para qué pactaron ambos gobiernos notificar a Interpol si no era para levantar los pedidos de captura librados”. Posta, es textual. Mamita, como para no estar enojado hasta con él mismo.

Ahora pensemos juntos amigo lector, con una mano en el corazón: ¿Cómo podía saber el pobre tipo en 2015 que cuatro años después lo iban a convocar para ser el candidato presidenci­al de esa misma persona a la que él estaba denunciand­o? Imposible, tenía que ser un mago para saberlo. Obviamente, de haber sabido el puestazo que le iban a ofrecer no hubiera escrito nada.

Pero no es un mago. Es un tipo común, como el mismo se define en el primer spot de campaña, que vive de prestado en un pisito en Puerto Madero, como cualquier tipo común, al que un buen día lo llamaron al celu y le dijeron, “Che, ¿tenés ganas de ser candidato a presidente?... te presto todos mis votos por un ratito”. Todas cosas comunes que le pasan a cualquier persona común y corriente de este país. Le prestan un derpa, le prestan una candidatur­a presidenci­al. Más vale que gane porque si no le van a terminar cobrando todo junto, desde las expensas del derpa hasta los sandwichit­os del bunker.

¿Y vos Gato? De a poco se te van alineando los planetas ¿no? Se te lee en la expresión que cambió la onda y te volvió el alma al cuerpo. Ahora calma. Paso a paso.

Un temita menor: si la meditación que hacés es la de El Arte de Vivir del Ravi Shankar te aviso que el tipo se hizo kirchneris­ta y se fue con Maduro. Tranquilo. No te me deprimas vos tampoco. Esta semana te buscamos otro gurú. Tengo uno en mi barrio.

Como ve amigo lector, contener a estos muchachos es un trabajo agotador. Hay que estar de guardia las 24 horas, de domingo a domingo.

Hay que levantarle el ánimo a este muchacho Alberto, antes de que sea demasiado tarde...

Para colaborar con su estabilida­d emocional, borrarle los videos donde cuestionab­a a Cristina.

 ?? Alejandro Borensztei­n ??
Alejandro Borensztei­n

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina