Clarín

El tiempo se acaba y Pedro Sánchez no logra formar gobierno en España

Negociació­n. Dos meses y medio después de las elecciones, el presidente socialista no consigue el apoyo suficiente para su reelección. Ya se habla de nuevos comicios.

- Marina Artusa martusa@clarin.com

España votó hace dos meses y medio pero no consigue formar un nuevo gobierno.

Paralizado por el bloqueo en las negociacio­nes con los demás partidos políticos, el socialista Pedro Sánchez, quien a pesar de haber sido el más votado obtuvo 123 de los 176 diputados que hubiera necesitado para conseguir ser ungido presidente por mayoría parlamenta­ria, por ahora acudirá al debate de investidur­a como quien va a una cita a ciegas.

El 22 de julio será la primera sesión en la que Sánchez se postulará como jefe de gobierno. Al día siguiente el Congreso de los Diputados votará y, si no logra la mayoría absoluta, habrá una segunda sesión 48 horas después. Esta vez, Sánchez podría convertirs­e en presidente si consigue una mayoría simple: más votos a favor que en contra.

Pero un segundo intento de investidur­a fallido activaría la cuenta regresiva según la cual, si en dos meses no se nombrara un jefe de gobierno y un nuevo gabinete entrara en funciones, se disolvería­n las cortes y se convocaría­n elecciones. Se celebraría­n en noviembre.

En la madrugada de las elecciones generales del 28 de abril, mientras Sánchez salía a festejar al balcón improvisad­o en la sede del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) sobre la calle Ferraz, en un pituco barrio de Madrid, la marea de votantes socialista­s le coreaba: “¡Con Rivera no!” y “¡Sí se puede!”, pidiéndole a su líder, desde el minuto uno de la victoria electoral, que pactara con Unidas Podemos de Pablo Iglesias y no con Ciudadanos, el partido de Albert Rivera.

Desde entonces, Sánchez, que gobernó diez meses gracias a una moción de censura contra Mariano Rajoy y es, desde las elecciones de abril, presidente en funciones, se viene cebando con la idea de liderar un nuevo gobierno en soledad. Un gobierno socialista de pies a cabeza. Aunque no tenga los escaños suficiente­s.

“Si los ciudadanos quisieran gobierno monocolor, le hubieran dado la mayoría absoluta. Felipe González tuvo mayoría absoluta, también la tuvo José María Aznar. Ahora no es así”, presiona Pablo Iglesias, con indisimula­bles intencione­s de formar parte del nuevo gabinete.

Unidas Podemos, el partido que surgió de las protestas de los indignados, ofrece el apoyo de sus 42 diputados a cambio de un gobierno de coalición. Sánchez, que aún con el sí de Unidas Podemos no lograríala mayoría absoluta, corrige una palabra: cooperació­n en lugar de coalición.

“Defiendo el gobierno de cooperació­n con argumentos muy sólidos pero creo que lo importante no es hablar de quién va a ser el ministro o ministra -dice Sánchez-. Con Unidas Podemos hemos hecho muchas cosas juntos. Hay puntos de coincidenc­ia pero un gobierno tiene que gozar de cohesión interna. Implica políticas sociales pero también otras de Estado donde evidenteme­nte nosotros tenemos una discrepanc­ias muy serias con Unidas Podemos. Es evidente que existen diferencia­s y discrepanc­ias de fondo que harían que un gobierno como el que está proponiend­o Unidas Podemos es un gobierno que se va a paralizar por sus propias contradicc­iones internas.”

Sánchez aspira, así, a sumar los escaños de Unidas Podemos más los de algunos partidos regionales evitando tener que acudir a los independen­tistas catalanes que lo apoyaron en 2018 y cuya adhesión tuvo un precio político altísimo para él.

“España necesita un gobierno -dice Sánchez-. Marcamos como socio preferente a Unidas Podemos pero que no dependa de las fuerzas independen­tistas. Por eso estamos mirando también a Ciudadanos y al Partido Popular para que no voten a favor pero que con su abstención faciliten la constituci­ón de un gobierno el próximo 22 de julio.”

El socialista coqueteaba, en realidad, con pactar con Ciudadanos, el partido de centrodere­cha que fundó Rivera hace poco más de una década y que en las últimas elecciones obtuvo 57 diputados y se convirtió en la tercera fuerza política, detrás del PSOE y el PP. Pero Rivera, que se abstuvo en la votación de la moción de censura que echó de La Moncloa a Rajoy y entronizó a Sánchez, ahora se muestra intolerant­e a izquierda y a derecha: ni siquiera acudió a las dos últimas reuniones de consultas a las que Sánchez lo convocó.

Ciudadanos atraviesa una profunda crisis interna: le disputa al histórico PP el liderazgo de la derecha al mismo tiempo que necesita pactar con el PP y con el ultraderec­hista Vox para lograr ciertos gobiernos regionales. Algunos de sus dirigentes han abandonado el partido por la negativa de Rivera a negociar una abstención en la votación de investidur­a a Pedro Sánchez y hasta el mismo Rivera tuvo que ser internado en estos días por una gastroente­ritis que lo mantuvo alejado de los micrófonos desde donde suele lanzar viperinas declaracio­nes anti-Sánchez.

El nuevo entramado político español revela que, así como quedó claro que el reinado del bipartidis­mo PSOE-PP había llegado a su fin, ahora España no sabe cómo maniobrar con un posible gobierno de coalición. No hay aquí una cultura del pacto -que sí debutó ya en algunas autonomías y municipios- a nivel nacional.

El jueves se conoció una carta que 66 diputados y ex diputados socialista­s enviaron al PP pidiendo la abstención durante la sesión de investidur­a. El PSOE pide así reciprocid­ad en el gesto socialista que convirtió a Rajoy en jefe del gobierno en 2016.

“Como diputado me abstuve para hacer posible el gobierno de Rajoy. Sin mi abstención, el señor Rajoy nunca hubiera sido presidente”, recordó el secretario de organizaci­ón del PSOE, José Luis Abalos, sobre aquella abstención que estuvo a punto de fracturar al Partido Socialista.

“Decimos no a la abstención porque tenemos que liderar la oposición y ser alternativ­a a Pedro Sánchez, pero sí a pactos de Estado -dice Pablo Casado, el líder del PP, quien ya se reunió cuatro veces con Sánchez para confirmarl­e que le votará en contra-. En esos firmantes (de la carta) falta Pedro Sánchez.” La chicana alude a que en aquella votación en la que el PSOE se abstuvo para que Rajoy pudiera convertirs­e en presidente, el diputado Pedro Sánchez renunció a su acta para no tener que abstenerse.

“No me gusta develar las conversaci­ones privadas pero es evidente que el método de negociació­n que hemos tenido con Unidas Podemos durante estas últimas semanas no ha sido el más convenient­e. Hemos mezclado muchas cosas, hemos hablado de puestos, de contenidos… El método no ha funcionado. Estamos encallados”, admitió Sánchez días atrás.

Pablo Iglesias le respondió: “Discutir del programa va ligado a discutir de los equipos de gobierno. La clave es hacer una negociació­n integral de todo como se hace en todos los gobiernos de coalición de Europa.” Muy de a poco, con el correr de los días, Sánchez va cediendo: acaba de decir que está dispuesto a aceptar a militantes de Unidas Podemos en su primera línea de gabinete si son de perfil técnico y no de peso político.

“Si el Partido Socialista igual que le ofrece un acuerdo programáti­co a Podemos le pide el voto a Ciudadanos, a lo mejor es que lo importante para ellos no es el programa sino el poder a toda costa y el poder omnímodo, es decir, ‘quiero todos los ministerio­s’”, dice Iglesias. Y dispara: “Yo no creo que Pedro Sánchez cometa la irresponsa­bilidad de llevar a España a elecciones por querer tener todos los sillones para él”.

“No contemplo y no trabajo con un escenario de repetición electoral”, asegura Sánchez. Pero el riesgo de perder la posibilida­d de formar un gobierno es un fantasma que lo acosa y lo empuja a un precipicio que España no quiere ni ver de cerca. ■

Unidas Podemos, el partido de Pablo Iglesias, busca conseguir cargos en un futuro gobierno.

 ?? EFE ?? Diálogo. El presidente socialista Pedro Sánchez fue el más votado el 28 de abril, pero no cuenta con los diputados necesarios para ser investido.
EFE Diálogo. El presidente socialista Pedro Sánchez fue el más votado el 28 de abril, pero no cuenta con los diputados necesarios para ser investido.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina