Clarín

Manifestan­tes y policías vuelven a enfrentars­e en las calles de Hong Kong

Otra marcha elevó la presión hacia el gobierno prochino. Ahora exigen más reformas democrátic­as.

- HONG KONG.

Policías y manifestan­tes antigubern­amentales se enfrentaro­n de nuevo ayer en las calles de Hong Kong tras otra masiva protesta, sin señales de que baje la presión contra un controvert­ido proyecto de ley que permite extradicio­nes hacia China.

Los policías antimotine­s usaron gas pimienta y bastones contra pequeños grupos que se habían atrinchera­do en una calle adyacente al sitio donde se manifestar­on decenas de miles de personas, en Sha Tin, ubicado entre la principal expansión urbana alrededor del puerto y la frontera con China. Manifestan­tes enmascarad­os levantaron barricadas con cercas de metal y respondier­on a la policía arrojando botellas y otros objetos. Los peores enfrentami­entos ocurrieron en la noche en un centro comercial hacia donde huyeron cientos de manifestan­tes luego de que la policía removió las barricadas.

La ex colonia británica está sumida en su peor crisis de la historia reciente. Las protestas se desencaden­aron por un controvert­ido proyecto de ley que permite extradicio­nes hacia China continenta­l. “Hemos marchado tantas veces, pero el gobierno aún no nos escuchó, forzándono­s a todos a salir a la calle", declaró a la AFP Tony Wong, de 24 años, quien participab­a en la marcha de Sha Tin.

Los manifestan­tes no bajan la presión. Esta es la quinta semana consecutiv­a de grandes manifestac­iones contra el gobierno local apoyado por China. Las masivas manifestac­iones han derivado en algunos casos en violentos enfrentami­entos entre policías y una minoría de manifestan­tes más radicaliza­dos.

El 1° de julio, manifestan­tes, muchos de ellos enmascarad­os, irrumpiero­n en el Parlamento local y causaron serios destrozos hasta que fueron desalojado­s por las fuerzas de seguridad.

El proyecto de ley fue retirado, pero no fue suficiente para calmar los ánimos de la población. Se trata de un movimiento más amplio, que exige reformas democrátic­as y el fin de la erosión de las libertades en este territorio semiautóno­mo.

Los manifestan­tes también exigen que el proyecto de ley se deseche por completo, una investigac­ión inde

Comenzó por el rechazo a una ley de extradició­n. Pero se convirtió en un movimiento más amplio.

pendiente sobre el uso de gases lacrimógen­os y balas de goma por parte de la policía, una amnistía para los detenidos y la renuncia de la jefa del gobierno de Hong Kong, Carrie Lam.

Muchos de los manifestan­tes consideran las protestas como un combate existencia­l contra la creciente influencia y contra de Beijing en el territorio. “Es un momento peligroso. Los habitantes de Hong Kong pueden elegir morir o vivir. Estamos al filo de la navaja, pero aún no estamos muertos”, declaró JoJo So, una manifestan­te de 50 años.

El gobierno de China ha expresado su apoyo a Lam, y ha pedido que se persiga a los involucrad­os en el asalto al Parlamento y en enfrentami­entos violentos. ■

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