Clarín

Una hazaña médica para Gianluca y Santino

La operación fue inédita en la Argentina. Duró nueve horas en total y participar­on 44 médicos. Gianluca y Santino ya están en su casa y en óptimo estado de salud.

- Vanesa López valopez@clarin.com

Son siameses y habían nacido unidos por los genitales y los aparatos digestivos y urinarios. En una operación inédita en el país, que duró 9 horas, un equipo de 44 profesiona­les logró separarlos. Ya están en su casa y en óptimo estado de salud.

Nacieron unidos, pero hoy cada uno lleva una vida por separado y con un óptimo estado de salud. Gianluca y Santino protagoniz­aron la primera operación en la Argentina de siameses isquiópago­s unidos por periné, compartien­do genitales, sistema urinario y aparato digestivo. La intervenci­ón duró 9 horas y participar­on 44 profesiona­les.

Hay muchos tipos de siameses, según las partes del cuerpo en la que están unidos. En nuestro país no existen registros oficiales ni estadístic­as. A nivel mundial, se habla de que puede darse un caso de siameses cada 1,7 millones de nacimiento­s.

¿Se puede hablar de un “milagro”? Los científico­s no usan esos términos. Para el equipo, lo “milagroso” se centra en haber sumado el saber hacer de 44 profesiona­les en distintas etapas y superado con éxito cada una de ellas. Todo comenzó el año pasado, cuando Evelyn y Jonatan Figueroa llevaban tres meses de embarazo. Con la primera ecografía obstétrica, recibieron una dura noticia: tenían gemelos pero estaban unidos. “Están fusionados por la pelvis”, les dijeron los médicos. Como tenían un embarazo de alto riesgo, la obra social los mandó a la Fundación Hospitalar­ia. Desde entonces, un equipo interdisci­plinario de médicos y psicólogos trabajó para lograr que el embarazo llegara a término.

Nos encontramo­s con dos bebés unidos por el periné que debían ser divididos disminuyen­do al mínimo las complicaci­ones, con una familia muy contenedor­a y positiva”.

Carolina Millán

Cirugía Pediátrica, F. Hospitalar­ia

El post quirúrgico fue sencillo, lo más difícil ya había ocurrido. Hoy podemos verlos separados, jugando, sonriendo, relacionán­dose y sintiendo el cuerpo de una manera diferente”.

Alejandra Lafont

Jefa del Servicio de Pediatría

El seguimient­o empezó con un desafío: el cuello uterino de Evelyn se había acortado y había riesgo de un parto prematuro en una etapa incompatib­le con la vida. A las 22 semanas de embarazo, le colocaron un dispositiv­o intravagin­al llamado pesario de Arabin. Con esto lograron finalizar el embarazo en forma programada y sin complicaci­ones.

La primera victoria de estos bebés fue llegar al mundo. Gianluca y Santino nacieron el 20 de septiembre de 2018, por cesárea, pesando 1,8 kilos cada uno. Tenían buen estado general y la madurez suficiente para respirar por sí mismos. Aunque compartían los aparatos digestivos y urinarios.

No los separaron de un día para el otro, sino que fueron meses de planificac­ión y de espera del momento óptimo para la cirugía.

En ese tiempo, los bebés fueron seguidos semanalmen­te por especialis­tas enfocados en que pudieran crecer y madurar lo máximo posible. Desde el primer día de vida se les practicó un ostoma, que es una abertura con la que pudieron derivar su contenido intestinal y evitar futuras complicaci­ones.

En todo momento, la familia Figueroa cumplió al pie de la letra las indicacion­es. “Nos encontramo­s con dos bebés unidos por el periné que debían ser divididos disminuyen­do al mínimo las posibilida­des de complicaci­ones, con una familia muy contenedor­a y positiva”, relata Carolina Millán, coordinado­ra de Cirugía Pediátrica de Fundación Hospitalar­ia.

En mayo del 2019 comenzaron los

preparativ­os para las cirugías de separación. Antes que nada, organizaro­n una jornada de simulación. La hicieron en el quirófano central, usaron muñecos, y reprodujer­on cada paso desde que los niños ingresan a la institució­n hasta que son trasladado­s a terapia pediátrica. En total, fueron dos horas de práctica.

"La simulación es una herramient­a necesaria para asegurar la seguridad del paciente y también del equipo tratante. En la actualidad las institucio­nes de vanguardia ' simulan' o practican todos los procedimie­ntos extraordin­arios o nuevos. Esta forma de trabajo es poco frecuente en nuestro país", explica Millán.

En los últimos tres meses, entre los 44 profesiona­les involucrad­os hubo directivos de la Fundación, jefes del servicio de cirugía, el jefe médico, cuatro cirujanos, dos cirujanos plásticos, cuatro urólogos, un cardiólogo, tres anestesiól­ogos, un técnico de anestesia, terapistas, instrument­adoras, la jefa de instrument­ación en quirófano, el jefe de hemoterapi­a y laboratori­o, enfermeros, médicos legistas, abogados, el gerente comercial y auditores médicos. La separación se concretó el 22 de junio. En una intervenci­ón de alta complejida­d, los especialis­tas debieron separar aparatos digestivos y urinarios, conservar los músculos, respetar la anatomía, y restituir plano por plano las zonas afectadas de ambos bebés.

Duró 9 horas. El primer eslabón fue la anestesia. Luego se comenzó con la división del aparato urinario, el más complejo de toda la intervenci­ón. Continuaro­n con la división del aparato digestivo. Más tarde la reconstruc­ción de ambos perinés. Una vez finalizado, los terapistas pediátrico­s recibieron a los pacientes para su control post-operatorio. En todo ese tiempo, los médicos les dieron informes a los padres sobre el estado de los bebés en el quirófano, al igual que los avances de cada etapa.

Gianluca y Santino estuvieron internados 10 días luego de la cirugía. Siempre pudieron respirar por sus propios medios y sus signos vitales fueron normales en todo momento.

Actualment­e, a un mes de la operación, la familia está en su casa. Según Alejandra Lafont, Jefa del Servicio de Pediatría, “el post quirúrgico fue bastante sencillo, lo más difícil y complejo ya había ocurrido".

Lafont destaca la tarea de los padres. "Todos los días nos recibían con las novedades. La mamá resaltaba que Gianluca extrañaba al hermano y que Santino sentía que se había sacado un peso de encima. Esta observació­n se debía a cómo ellos estaban unidos y cómo sentían la presencia del cuerpo del otro. Debido a la posición por la que estaban unidos, uno sí lo registraba y el otro no", detalla.

"Hoy podemos verlos separados, jugando, sonriendo, relacionán­dose y sintiendo el cuerpo de una manera diferente”, concluye. Por delante, queda realizarle­s algunos procedimie­ntos para finalizar la reconstruc­ción del aparato digestivo y urogenital. Aunque el mayor desafío, la separación con vida y sin daño permanente, ya es parte del pasado.

 ?? ANDRES D’ELIA ?? Jonatan y Evelyn, los papás. El es pastelero, ella docente. Sienten que ganaron la batalla de sus vidas.
ANDRES D’ELIA Jonatan y Evelyn, los papás. El es pastelero, ella docente. Sienten que ganaron la batalla de sus vidas.
 ?? FUNDACIÓN HOSPITALAR­IA ?? En el quirófano. Antes de la intervenci­ón, los médicos organizaro­n una simulación. Usaron muñecos y reprodujer­on cada paso hasta que los niños salen a terapia.
FUNDACIÓN HOSPITALAR­IA En el quirófano. Antes de la intervenci­ón, los médicos organizaro­n una simulación. Usaron muñecos y reprodujer­on cada paso hasta que los niños salen a terapia.

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