Clarín

Adiós a Camilleri El padre de Montalbano

El novelista italiano, creador del célebre detective,e, murió a los 93 años . Su carrera literaria despuntó a sus 70..

- Patricia Suárez

A los 93 años murió Andrea Camilleri, para muchos el más grande autor italiano de este tiempo. Publicó más de 100 libros –y vendió 30 millones de ellos–, fue director de teatro y guionista de TV. En los años 90, vino a Buenos Aires como hombre de tablas con un espectácul­o que se vio en el Teatro Nacional Cervantes. Profesaba un profundo amor por Luigi Pirandello y hasta escribió una novela sobre él , La biografía del hijo cambiado. Inspirado por el inspector Maigret del escritor Georges Simenon, años después inventó al comisario que revolucion­aría el policial italiano: Salvo Montalbano. Camilleri lo llamó así en honor al escritor catalán Manuel Vázquez Montalbán, creador de un célebre detective también, Pepe Carvalho. En 2014, Camilleri ganaría el premio de novela negra que lleva el nombre de este españolísi­mo personaje de ficción y que se entrega en Barcelona.

La fortuna no lo acompañó siempre: publicó sus primeras novelas a los 60 años, y no le iba demasiado bien. De pronto, el dueño de la casa en la que vivía en Roma le dijo que debía irse o comprar el inmueble. Su editora de entonces, con un olfato sagaz por la buena prosa, le prestó la plata para comprarla. Ya tenía en mente a Montalbano, pero aun no había nacido. Fue con la publicació­n de las novelas La forma del agua (en 1994, cuando el autor tenía 69 años) y El perro de terracota (1996), primeros libros de la serie del comisario, cuando le llegó la fama. Por esos años, declaraba, irónico: “¡A los 73 años no cambia nada!”.

Los más de 30 libros (entre novelas y relatos breves) sobre Montalbano, traducidos a más de 40 idiomas, describen a un investigad­or de mal carácter pero noble, que busca la verdad entre las nieblas del crimen, la mafia y la corrupción política, haciendo gala de una afinada intuición. La historia también tuvo 12 temporadas en una serie de televisión.

Camilleri supo cumplir con el precepto que reza: “Pinta tu aldea y pintarás el mundo”. Muchos de sus libros suceden en Sicilia, como El clan de los Sacco, sobre la mafia campesina; también escribió una trilogía que combina la narrativa contemporá­nea con la mitología griega, cuyo mayor exponente es El beso de la sirena.

Además, contó sucesos históricos, como la fotofobia que padecía el pintor Caravaggio (1571-1610) en El color del sol, obra que además alude a los claroscuro­s que caracteriz­aron al artista en una época difícil en Italia: los años de Berlusconi en el poder.

El autor inventó una ciudad –como Faulkner y García Márquez también lo hicieron– para su comisario: Vigatá, una mezcla de Porto Empedocle y Agrigento. El estilo de su narrativa es ameno, casi oral, y cargado de humor. El homenaje es una brevísima nouvelle satírica sobre los fanáticos del fascismo: un buen libro para conocer su mundo. Al lector le parecerá que habla con alguien cercano, en el mercado, en el ascensor de su casa; encontrará ecos del Negro Fontanarro­sa y de Discépolo.

Muy versátil, Camilleri podía escribir en italiano, en siciliano, y algunos fragmentos en español. También, un libro solo con diálogos o que fuera un monólogo; sabía que la novela es hija del teatro y siempre tuvo eso en mente. Escribía tres, cuatro y ¡hasta cinco libros por año!

En Italia, su literatura policial generó muchos escritores que lo siguieron, cautivados por su impronta. Maurizio di Giovanni con su Comisario Ricciardi y Roberto Saviano –autor de Gomorra, investigac­ión sobre la mafia napolitana– son algunos.

Don Andrea había nacido en el pueblo siciliano de Porto Empedocle un 6 de septiembre de 1925. En aquel tiempo no habrá sido más que un caserío frente al magnífico mar Mediterrán­eo, pero hoy ostenta una estatua del Comisario Montalbano en la plaza mayor, frente a la del dramaturgo Luigi Pirandello, otra personalid­ad ilustre de la región.

En los bodegones y restaurant­es de Porto Empedocle hay hasta menúes inspirados en Montalbano, así como recorridos por lugares que inspiraron sus relatos. Camilleri era demasiado popular, demasiado italiano, demasiado políticame­nte incorrecto para estar siquiera entre los nominados al Premio Nobel; pero se lo merecía tanto como Darío Fo.

Sicilia está de luto. Uno de sus hijos dilectos tuvo un infarto a mediados de junio y ayer partió. Su último libro, Il cuoco dell’Alcyon, sigue al tope de las ventas en Italia. El, quería estrenar una nueva obra de teatro a mediados de este mes. Luca Zingaretti, el actor que hacía de Montalbano en la tele, se despidió de Camilleri con palabras de su obra: “Adiós, maestro y amigo, que la tierra te sea leve”.

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DPA Retrato. Su personaje más famoso lucha contra la connivenci­a entre políticos y mafiosos.
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EFE Montalbano. La estatua evoca al comisario en Porto Empedocle.

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