Clarín

Idas y vueltas que dejaron a la investigac­ión en un laberinto

En deuda. La Justicia no logró que los culpables sean juzgados y sentenciad­os. Las autoridade­s políticas no supieron o no quisieron facilitar todos los instrument­os.

- Informe Natasha Niebieskik­wiat natashan@clarin.com

Tras aquella mañana del 18 de julio de 1994 en la que una camioneta Traffic acondicion­ada como coche bomba detonó frente al edificio donde funcionaba­n la AMIA y la DAIA, comenzó una larga peregrinac­ión para las familias de los 85 muertos. La investigac­ión judicial no llegó donde debía: conseguir que todos los culpables sean juzgados y sentenciad­os.

La Argentina ya había sido blanco de otro ataque terrorista, el del 17 de marzo de 1992 contra la embajada israelí en Buenos Aires, que dejó 29 muertos. Ambos ataques ocurrieron bajo el gobierno de Carlos Menem.

La primera investigac­ión sobre AMIA la llevaron a cabo el ex juez Juan José Galeano y de los fiscales federales Eamon Mullen y José Barbaccia. Galeano hizo en 1994 un viaje a Venezuela donde un ex diplomátic­o iraní, que luego fue apuntado como agente de la CIA, Manoucher Motamer, le entregó informació­n que remitía a que Irán estaba detrás del atentado a la mutual judía. Días después de ese viaje, un grupo denominado Ansar Allah, vinculado a Hezbollah, se adjudicó la autoría del hecho, en un comunicado publicado en un periódico libanés. Hezbollah posee un brazo armado con base en el Líbano y tiene presencia en Latinoamér­ica. Sus milicianos son entrenados, financiado­s y dirigidos por las máximas autoridade­s de la República de Irán, sostuvo la investigac­ión judicial desde las primeras horas.

Un eje de la investigac­ión hizo pie en el reducidor de autos Carlos Alberto Telleldín, arrestado en ese mismo julio de 1994. Fue apuntado como el hombre que vendió la camioneta Traffic con que se hizo el ataque. Uno de los grandes escándalos de esa investigac­ión fue el pago por parte de Galeano a Telleldín de US$ 400.000 para que le diera informació­n. Ese encuentro fue filmado y el video se conoció en 1997. Luego, se acusó a cuatro policías uno retirado por su presunta participac­ión en la "conexión local" del ataque.

En 2001 comenzó el juicio oral por AMIA, pero en septiembre de 2004, la justicia absolvió a todos los imputados de la conexión local, incluso a Telleldín. Fueron 22 personas absueltas. Ello dejó "en evidencia serias irregulari­dades y conductas delictivas durante la etapa de instrucció­n".

En 2003, el Reino Unido rechazó extraditar a la Argentina al ex embajador iraní en Buenos Aires, Hade Soleimanpo­ur, en momentos en que estaba de viaje en Londres. En 2004 gobernaba Néstor Kirchner y, fruto de las críticas que dejó la absolución de los inculpados en el juicio oral, se creó la emblemátic­a Unidad Fiscal de Investigac­ión para la causa AMIA (conocida como UFI-AMIA), bajo la Procuració­n General de la Nación.

Esa fiscalía quedó a cargo de Alberto Nisman hasta que apareció muerto el 18 de enero de 2015, un día antes de la cita que tenía en el Congreso para dar detalles de su denuncia contra la presidenta Cristina Kirchner y varios de sus ex funcionari­os, a los que acusó de encubrir a los iraníes sospechoso­s de ser autores intelectua­les del ataque. Para entonces, también había sido desplazado el ex juez Galeano y Rodolfo Canicoba Corral se hizo cargo de la investigac­ión.

En 2006 hubo dos hechos relevantes en la causa: el juez Ariel Lijo procesó a Galeano; al ex presidente de la

DAIA en el momento del atentado, Rubén Beraja; al ex jefe de la ex SIDE, Hugo Anzorreguy, entre otros. Ese mismo año, Nisman acusó formalment­e a Hezbollah de ejecutar el atentado y a Irán de estar por detrás del mismo.

El fiscal pidió la captura internacio­nal de un grupo de nueve ex funcionari­os iraníes a través de Canicoba Corral -que suma en 2009 un décimo, Samuel Salman El Reda, considerad­o coordinado­r del atentado- e Interpol aceptó pedirla en noviembre de 2007, pero para cinco de ellos: Ali Falhijan (ex ministro de Seguridad), Mohsen Rezai (ex comandante de la Guardia Revolucion­aria asesor del lider espiritual), Ahmad Vahidi (ex jefe de la guardia Revolucion­aria y luego ministro de Defensa de Mahmud Ahmadineja­d); Mohsen Rabbani, ex agregado cultural en la Argentina, y Ahamd Reza Ashgari (tercer secretario de embajada). En 2009, Lijo procesó por encubrimie­nto al ex presidente Menem por encubrimie­nto junto a Galeano, Anzorreguy y otros.

Las deficienci­as investigat­ivas y los delitos que se pusieron en evidencia durante el juicio oral llevado adelante ante el Tribunal Oral Federal 3 motivaron la formación de un nuevo proceso, con un juicio oral y público propio, que culminó en febrero de este año, con la condena de los funcionari­os que estuvieron a cargo de la SIDE, Galeano, los fiscales y otras personas. "Tales falencias también implicaron que el Estado Argentino en el año 2005 asumiera su responsabi­lidad ante la Comisión Interameri­cana de Derechos Humanos por no adoptar las medidas necesarias para prevenir el hecho, y por su encubrimie­nto", indicaron a Clarín en la UFIAMIA, que desde noviembre de 2018, conduce Sebastián Basso.

Los pedidos de captura de los iraníes acusados se encuentran vigentes bajo “difusiones índice rojo” en Interpol, a excepción de Velayati y Soleimanpo­ur. A pesar de ello, hay registrada­s al menos veinte situacione­s diferentes en las que los ciudadanos iraníes eludieron los pedidos de captura de la Justicia argentina a terceros países por donde pasaron, entre ellos Venezuela y Bolivia.

El ex presidente Kirchner reclamó desde 2009 ante Naciones Unidas que Irán respondier­a a los pedidos de Justicia argentina por el atentado -Teherán siempre negó estar por detrás del mismo y raramente respondió a los exhortos argentinos-, pero Cristina cambió radicalmen­te la política tras la muerte de su marido.

Cristina se acercó a Irán, aliado de Venezuela, y en enero de 2013 firmó el memorándum de entendimie­nto con el gobierno del ex presidente Mahmud Ahmadineja­d, que al principio fue recibido por la dirigencia de DAIA con señales confusas, pero luego fue inmediatam­ente rechazado. La AMIA siempre lo rechazó.

El memorándum estableció una "Comisión de la Verdad" para que juristas internacio­nales analizaran el atentado y se interrogar­a a los acusados en Teherán. El Congreso lo arpobó por ley, algo que no hizo Irán. Más adelante, el memorándum fue declarado inconstitu­cional por la justicia argentina y nunca entró en vigencia

Nisman presentó una denuncia por presunto encubrimie­nto, el 14 de enero de 2015, cuatro días antes de aparecer muerto. Dijo que el propósito del memorándum era favorecer el intercambi­o comercial con Irán a cambio de la baja de las alertas rojas.

En marzo de este año comenzó a juzgarse nuevamente a Telleldín ante el Tribunal Oral Federal Nro. 3, luego de que la Corte revocara parcialmen­te las absolucion­es dictadas en su oportunida­d por ese Tribunal. Telleldín es acusado por la Fiscalía por facilitar la camioneta Renault Traffic que se utilizó en el atentado y se calificó su conducta como homicidio agravado con una pena en expectativ­a de prisión perpetua. ■

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