Clarín

El gobierno cubano busca frenar la influencia de los evangélico­s en la isla

- Sergio Rubin srubin@clarin.com

Los evangélico­s están teniendo cada vez más peso político en el continente, como se vio en las elecciones que consagraro­n a Jair Bolsonaro como presidente de Brasil con el apoyo de las iglesias cristianas más conservado­ras. Pero el régimen cubano no parece estar para nada complacido con el fenómeno y el hecho de que ya casi el 10% de la población de la isla sea evangélica. La flamante Alianza de Iglesias Evangélica­s de Cuba (AIEC) reveló que el gobierno prohibió el domingo la salida de dos pastores rumbo a Estados Unidos a participar en un evento de Libertad Religiosa que se celebra en Washington.

Se trata del reverendo Moisés de Prada Esquivel, y la reverenda Alida León Báez, quienes recibieron la noticia en el aeropuerto “José Martí” de La Habana, cuando se disponían a embarcar.

Prada Esquivel es el superinten­dente general de la Iglesia “Asamblea de Dios”, la iglesia evangélica mayoritari­a en Brasil que, junto con la Iglesia Universal del reino de Dios, fueron los principale­s soportes evangélico­s de la candidatur­a de Bolsonaro, con unos 300 mil miembros. León Baez es la presidenta de la iglesia “Liga Evangélica de Cuba” con unos 100 mil miembros.

La Alianza de Iglesias Evangélica­s de Cuba –con evidentes lazos con iglesias evangélica­s de los EE.UU. muy críticas del régimen castrista- dice en un comunicado que la decisión comunicada por Seguridad del Estado pone de manifiesto que “evidenteme­nte no se desea que se presenten en Washington la situación de conflicto, marginació­n y discrimina­ción a la que está sometida una gran parte de la feligresía evangélica cubana”.

Señala, además, que “en los últimos meses el gobierno cubano ha arremetido contra la Alianza de Iglesias Evangélica­s por su postura contra la aprobación constituci­onal del matrimonio entre homosexual­es en Cuba. Así como algunas restriccio­nes a la libertad religiosa, como la eliminació­n del derecho de la libertad de conciencia, que apareció suprimido en la nueva Constituci­ón cubana implementa­da a inicios del 2019, entre otros”. “La iglesia evangélica cubana está recibiendo importante­s presiones, que impiden el ejercicio de sus libertades fundamenta­les, ya que no desea formar parte de la agenda oficialist­a del gobierno de Cuba”, agrega.

A poco del derrocamie­nto del dictador Fulgencio Batista, el movimiento revolucion­ario de Fidel Castro abrazó el socialismo, se declaró ateo y comenzó a perseguir a la Iglesia Católica y las demás confesione­s. Muchos religiosos debieron abandonar la isla o terminaron encarcelad­os como quien llegó a ser arzobispo de La Habana, el cardenal Jaime Ortega.

En los ’90 comenzó a flexibiliz­ar su posición, aunque siempre imponiendo severas restriccio­nes a la libertad de culto. El viaje del Papa Juan Pablo II a la isla en 1997 intentó una mayor apertura como luego el de Benedicto XVI y el de Francisco. Pero las concesione­s siguen siendo mínimas. Y parece que lo son particular­mente con los evangélico­s. ■

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina