Qué imitar del avance colombiano en la producción audiovisual
Un plan de incentivos seduce a grandes jugadores del sector, que llevan rodajes a aquel país.
Colombia se posiciona como uno de los países más atractivos para la poderosa industria audiovisual internacional. Hay talento, capacidad técnica y, sobre todo, una mirada estratégica pensando en la creación de puestos de trabajo y en la cultura como herramienta de cambio. El BAM (Bogotá Audiovisual Market), que concluyó este fin de semana, mostró cifras rotundas en su décimo año de existencia: empezó con 25 participantes y este año llegaron 1.800 de 30 países.
De Argentina hubo dos reconocidas productoras: Fernanda Rotondaro, directora general de contenidos para las señales del Sistema de Medios y Contenidos del país, y directora del Canal Encuentro, y Karina Castellanos, gerente de Medios y Contenidos de Cine.ar, tanto del canal como de la plataforma digital. Una tiene el foco puesto en los contenidos. La otra, en las audiencias.
La continuidad del BAM, al que cada año acuden productores, guionistas, directivos de canales, directores de festivales, distribuidores, exhibidores y escritores es una buena señal para prestar atención, en un país que selló un acuerdo de paz hoy en revisión, mantiene aún focos de resistencia muy violenta, pero tiene una ínfima inflación anual y cifras en expansión para su industria audiovisual. La pregunta es si Argentina es competitiva de cara a la región. La respuesta es: por ahora, no.
Sin embargo no todo está perdido. Fuentes irreprochables en Buenos Aires confiaron que el presidente del Incaa, Ralph Haiek, y el secretario de Cultura de la Nación, Pablo Avelluto, le habrían presentado al presidente Macri una propuesta de importantes beneficios a la producción internacional, que nada tiene que ver con los subsidios y créditos que el Incaa ya otorga a producciones nacionales.
Se trata de un proyecto para atraer a los grandes jugadores internacionales, como Netflix, Amazon y otras plataformas de streaming que, por ejemplo, hoy producen en Colombia siete series simultáneas, con la creación de puestos de trabajo para el sector.
Esta semana Netflix presentó con bombos y platillos en Bogotá la nueva temporada de La casa de papel, la serie española que bate records de audiencia.
Colombia tiene tres poderosos motores empujando el crecimiento audiovisual: Invest in Bogotá, Proimágenes (nuestro Incaa) y la poderosa Cámara de Comercio.
No sólo apuntalan el cine colombiano, sino que atraen a las grandes productoras internacionales con un programa de incentivos que crecerá el año próximo para disputarle el predominio a México, por ejemplo, donde hoy se están produciendo por ejemplo 57 series. De allí que un anuncio de incentivos para la producción internacional podría provocar en la Argentina la “revolución” que hoy se ve en Colombia. No es cuestión de traer celebrities para aparecer en las portadas de las revistas. Sino que las celebrities lleguen además con un pan bajo el brazo.
Entre directivos de canales, guionistas y productores hubo 1.800 participantes.