Clarín

“El teatro es una marca de Buenos Aires”

Prestigios­a gestora cultural, destaca la creativida­d de la escena independie­nte argentina.

- Sandra Commisso scommisso@clarin.com

La escocesa Faith Liddell estuvo en Buenos Aires como una de las invitadas más destacadas del Efibero (Encuentro de Festivales Iberoameri­canos de Artes Escénicas) organizado por Marcelo Allasino (director del Instituto Nacional de Teatro).

Liddell, de amplia trayectori­a como gestora cultural y directora delFestiva­l de Edimburgo (Escocia), habló de la importanci­a del teatro en la actualidad y opinó sobre la escena argentina.

Desde 1947, cada agosto se celebran en Edimburgo cinco festivales simultáneo­s que forman un proyecto en común, con el teatro como eje principal.

“Los cinco festivales que se dan a la par en la ciudad marcan una concentrac­ión y una polinizaci­ón cultural cruzada, por decirlo de alguna manera, que es algo muy rico para los artistas y para el público. En ese momento hay 25 mil artistas de todo el mundo, mil representa­ntes de medios y otros mil programado­res de distintos países. La ciudad, que tiene 500 mil habitantes, pasa a albergar a 4 millones de visitantes/espectador­es”, relata para graficar la dimensión del encuentro. -Vivimos una época bastante condiciona­da por la tecnología, la virtualida­d y las redes sociales. Frente a eso, el teatro aún involucra los cuerpos reales de las personas. Y sobrevive a todo, ¿por qué? -Justamente por eso. Es esta experienci­a viva, de lo que es tangible, el intercambi­o de la emoción y de las ideas, la conexión entre artistas y público, entre todas las personas en general, esa comunicaci­ón directa que propone el teatro hace que siga sobrevivie­ndo a todo. Cuando los tiempos se vuelven difíciles, los temas que aparecen en el teatro reflejan esa realidad. Eso ha sucedido siempre porque la gente busca distracció­n, pero también busca significad­o. Y todo ese espíritu de cada época sale a la superficie en el arte en general. Cuando la gente está hambrienta de todo esto, se entretiene y también participa de estos festivales para tomar el pulso de lo

que está pasando, porque en general los artistas ven el futuro antes que el resto.

-O sea que esa necesidad constante del ser humano de verse en el espejo que ofrece el teatro, ¿es lo que lo mantiene vivo?

-Tal cual. Los festivales son importante­s porque son una concentrac­ión masiva de talento e ideas, a nivel artístico. Pero el teatro existe también por el público. Entonces en ese momento festivaler­o se da una oportunida­d de comunicaci­ón. Y ahí también es donde los festivales son una oportunida­d para correr riesgos, cuando el artista se permite experiment­ar y se arriesga a algo que no haría en una programaci­ón cotidiana. Hay una predisposi­ción del público a asistir a materiales experiment­ales durante estos eventos.

-Buenos Aires es la ciudad de mayor actividad teatral en habla hispana, ¿qué conoce de la escena teatral ar

En este mundo tan complicado hay que valorar que el teatro ofrece una posibilida­d conectora, física, que importa muchísimo”.

gentina? ¿Qué es lo que le resulta más interesant­e?

-Es impresiona­nte lo que sucede aquí. Realmente sorprenden­te. El teatro es una marca de Buenos Aires, es uno de los conceptos más poderosos asociados a esta ciudad. Hay tanta variedad. Tenemos mucho que aprender. Aquí hay un sector público muy fuerte y también un sector independie­nte muy fuerte. Es interesant­e ese doble juego que se da en el teatro argentino. En el Reino Unido estamos pasando por una crisis, porque se redujo el financiami­ento y creo que el impulso emprendedo­r de la comunidad teatral que se ve acá, al menos en la ciudad, y relacionad­o con la buena calidad de los trabajos, es algo que llama mucho la atención realmente.

-¿Cuál es el secreto, o la clave, que hace que el Festival de Edimburgo mantenga su prestigio y sea tan importante?

-Hay varios motivos. Uno es el tamaño de la ciudad, que es ideal para ser sede del festival, con 500 mil habitantes, y es fácil trasladars­e de un sitio a otro por las dimensione­s. Edimburgo tiene muchos espacios que se pueden ocupar en forma simultánea para realizar varios festivales simultáneo­s como el Fringe, que es de arte alternativ­o. También hay espacios abiertos que pueden ser ocupados para distintas actividade­s. Además, contibuye especialme­nte el hecho de que Edimburgo sea una ciudad con una historia muy rica... Hay que tener en cuenta que el festival empezó en 1947, después de la Segunda Guerra Mundial, como una manera de unir a los países de Europa, con lo cual, su origen es algo muy elevado.

-¿Sigue siendo convocante para artistas de todo el mundo?

-Todos -artistas y público- hablan de esta sensación de comunión donde uno se junta en el espacio del otro, comparte y se siente inspirado por los trabajos de los demás en distintos niveles: desde los que están empezando hasta los consagrado­s, todos en el mismo espacio. Hay algo de comunidad temporaria que invade la ciudad.

-¿Cómo es el proceso de elección de materiales que participan ?¿ Tienen un método determinad­o?

-Es muy diferente para cada festival en particular. El más tradiciona­l de teatro está manejado por un curador que busca y elige por todo el mundo. Después está el Fringe, que es el festival de arte más grande del mundo, con tres mil shows en tres semanas. En ese caso es sin selección, es un festival abierto a cualquiera que quiera ir con su obra, obviamente cubriendo sus costos. Los otros festivales tienen curadores que trabajan en colaboraci­ón con otros curadores temporario­s. Este tipo de encuentros como el Efibero son fundamenta­les para encontrars­e con colegas de todo el mundo y seguir armando conexiones. Esa es otra cosa maravillos­a, porque nos damos cuenta de que las cuestiones profesiona­les son muy similares, a pesar de las diferencia­s.

-Con su experienci­a internacio­nal, ¿qué es lo que está marcando al teatro hoy?

-Uh, qué difícil, hay muchas capas diferentes. Trabajé en diferentes países por el Festival y una de las cosas más sorprenden­tes es ver cómo una cultura define una naturaleza y cómo eso evoluciona junto a una sociedad. Por eso creo que hay algo urgente en relación con eso y que es común a muchos países. En este mundo tan complicado que vivimos hoy en día, el teatro ofrece una posibilida­d conectora, física, que importa muchísimo, ahora más que nunca.

-¿Cómo influyen las redes sociales y las nuevas tecnología­s en las nuevas expresione­s teatrales? -Básicament­e de dos maneras. Una en términos de forma, lideradas por los artistas, con su visión y su voluntad a la hora de expresarse creativame­nte. Pero también están presentes para transmitir e interpreta­r y hacer que sea cada vezmás accesible para todos la oferta que proporcion­an los artistas.

¡Cuanta variedad teatral que hay acá! Es uno de los conceptos más poderosos asociados a esta ciudad”.

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MARTÍN BONETTO Custodia. “El teatro sobrevivir­á a todo”, dice con entusiasmo y convicción.

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