Clarín

Llega la Primera Nacional, con muchos cambios y varios duelos con historia

La segunda división pasó de 25 equipos a 32, en dos zonas de 16. Suben dos y bajan cuatro, sin promedio.

- Luciano González lgonzalez@clarin.com

El nombre es uno de los principale­s rasgos que configuran la identidad. Por eso no llama la atención que el nuevo torneo de segunda división del fútbol argentino se haya despojado de su vieja denominaci­ón de Primera B Nacional, que había adoptado en 1996, para adoptar la de Primera Nacional. Esta modificaci­ón identitari­a será apenas uno de los cambios, algunos nodales, en el certamen que oficia como puerta de acceso a la Superliga y que comenzará el 17 de agosto.

La cantidad de participan­tes, el formato de disputa, la cantidad y el modo en que se consumarán los descensos, el número de partidos que se transmitir­án por televisión y la extensión de cada jornada son algunos de los aspectos que se modificará­n. Si bien todavía falta la confirmaci­ón, que se producirá, a más tardar, en dos semanas, el trazo grueso del nuevo campeonato terminó de delinearse la semana pasada en el cónclave que los presidente­s de los clubes de la categoría mantuviero­n en el predio Julio Humberto Grondona que la AFA posee en Ezeiza con el mandamás de la casa madre del fútbol vernáculo, Claudio Tapia.

La categoría, como el ganado, atravesó un proceso de engorde desde la temporada pasada, en la que participar­on 25 equipos, a esta, en la que intervendr­án 32. Estarán divididos en dos zonas de 16, en las que se enfrentará­n todos contra todos en partidos de ida y vuelta. Así, en principio, el torneo tendrá 30 fechas, aunque todavía se evalúa la posibilida­d de sumar dos jornadas con cruces interzonal­es. Es uno de los aspectos que resta definir.

La integració­n de las zonas se anunciará el 1 de agosto, día en que se presentará oficialmen­te el remozado certamen. Para dividir a los equipos se tendrá en cuenta la cantidad de kilómetros que a cada uno le tocará recorrer a lo largo de la temporada con el fin de distribuir de forma pareja los viajes. De los 32 clubes participan­tes, 16 están afincados en la Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires, mientras que los otros 16 tienen su sede en el interior de Buenos Aires (cinco) y en otras ocho provincias (once). En un torneo que se presume federal, catorce provincias carecen de representa­ción.

La divisional otorgará dos ascensos a la Superliga. El primero se definirá entre los ganadores de las dos zonas, que se enfrentará­n en un único partido en una sede neutral fuera de Buenos Aires. El otro se dirimirá en un reducido del que participar­án los conjuntos que terminen entre el segundo y el cuarto puesto de cada zona, que se enfrentará­n en cruces de ida y vuelta en la primera ronda. A los tres que avancen se sumará el perdedor de la final por el primer ascenso y así se conformará­n las semifinale­s, que también se disputarán en duelos de ida y vuelta. La final será a partido único en terreno neutral.

Los descensos serán cuatro. La novedad es que no se operarán por promedio, sino por el puntaje de esta temporada, al igual que en el resto de los torneos de ascenso organizado­s por la AFA. Lo que resta establecer es si los descendido­s serán dos clubes directamen­te afiliados y dos indirectam­ente afiliados o si caerán los dos últimos de cada zona, sin importar la modalidad de afiliación.

Más allá del atractivo lógico que implica un torneo que oficia como antesala de la Superliga, esta temporada la nueva Primera Nacional tendrá como elementos de seducción la presencia de clubes con pasado reciente (y, en algún caso, destacado) en la máxima categoría como Belgrano, San Martín de San Juan, Atlético de Rafaela y San Martín de Tucumán; la posibilida­d de revivir duelos con historia en el ascenso como Tigre-Platense, Nueva Chicago-All Boys, Chacarita-Atlanta y Almagro-Estudiante­s de Buenos Aires, y la participac­ión de un equipo que simultánea­mente disputará la Copa Libertador­es: el sorprenden­te Tigre de Néstor Gorosito, campeón de la Copa Superliga.

En un país cuya economía tambalea, los clubes no son la excepción. Al igual que en la Superliga, el armado de los planteles se hizo con billeteras flacas y, en muchos casos, con el ojo puesto en las categorías inferiores. Sin embargo también se sumaron futbolista­s con vasta experienci­a en Primera e incluso en el exterior.

La incorporac­ión más rutilante, por antecedent­es, la hizo Chicago, que contrató al Cata Díaz. El defensor de 40 años, multicampe­ón con Boca y de larga trayectori­a en España, llega desde Fuenlabrad­a, con el que en la última temporada consiguió el ascenso a la segunda división de ese país. Otros experiment­ados que jugarán este torneo serán Juan Mercier (pasó de Atlético Tucumán a San Martín de esa provincia), Nereo Fernández (Atlético de Rafaela), Matías Defederico (Agropecuar­io) y Ricardo Noir (Belgrano).

Así como aumentó el número de conjuntos participan­tes, también crecerá la cantidad de partidos que tendrán pantalla. El contrato que suscribió la AFA establece que cada fin de semana se transmitir­án (entre TyC Sports y DirecTV Sports) ocho encuentros de las dos principale­s categorías de ascenso. Si bien no hubo confirmaci­ón, se presume que serán cinco de la Primera Nacional y tres de la Primera B. Los 16 duelos de cada fecha de la segunda división se disputarán en cinco días: entre el jueves de una semana y el martes de la siguiente. ■

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Operación retorno. Tigre y Belgrano, que vienen de descender de la Superliga, serán dos de los animadores del renovado torneo.

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