“Con el viejo sistema, cualquier loco podría haber dopado a todos en el país”
“Si hubiera seguido el viejo sistema antidóping que teníamos en la Argentina, podría haber aparecido cualquier loco y haber dopado a los atletas. Podría haber organizado lo que se conoció en Rusia como 'dóping de Estado', con la excusa de decir que el deporte tenía que ser el faro del país”.
El razonamiento de Diego Grippo llega hasta la médula y alerta sobre la desprotección que se vivía en Argentina en relación al dóping en el alto rendimiento, porque en el viejo sistema cada federación deportiva era responsable de cuidar su propio deporte.
“Durante muchísimo tiempo, se hizo muy poco en materia de dóping, con controles irregulares, sin estar bajo los estándares de la WADA (Agencia Mundial Antidóping). Es mucho tiempo perdido -explica-. Durante 20 años, fui el médico de la Selección masculina de básquetbol y todo lo encaré personalmente porque me inquietó y porque lo tenía que saber. Educamos desde adentro. Y el Estado debería involucrarse de manera más fuerte”.
Según el presidente de la CNAD, todo cambió a partir de una auditoría encomendada por la WADA, que mientras Argentina se preparaba para los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018, encontró “varios puntos críticos, como la falta de un laboratorio homologado, temas presupuestarios y cantidad de personal y de controles”.
-¿La autonomía de la CNAD evita un potencial dóping de Estado? -Absolutamente. O por lo menos lo hace mucho más difícil. Antes cada deporte hacía su propio control, así que había conflictos de intereses por todos lados. Esos mecanismos se cortaron. Todos los controles ahora los realiza la CNAD y pretendemos llevar a cabo entre 1.500 y 2.000 por año. -¿Es posible que Argentina vuelva a tener su laboratorio homologado para no depender de uno extranjero con altos costos? -Argentina tiene todas las condiciones para tener un laboratorio. Si se trata de recursos humanos, indudablemente sí. Puede ser el SENASA, la Facultad de Farmacia, algún privado... Cualquiera debería estar acreditado ante WADA. Ese punto es más difícil. No se trata tanto de presupuesto, porque el equipamiento está. Es cuestión de ponerlo y cumplir con los estándares. Y esa decisión se tiene que tomar desde el Estado.