Clarín

“Chueco en línea”, odisea influencer

Se estrena hoy y se verá por Cablevisió­n Flow. Trata del intento del actor por adaptarse a la onda millennial.

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Ficción corta producida por Polka para Cablevisió­n Flow, hoy se estrena Chueco en línea. El protagonis­ta de esta webserie, claro, es el chueco más famoso de la Argentina, después de Juan Manuel Fangio: Adrián Suar.

Con ritmo, humor y mucho “plano selfie”, la historia muestra las aptitudes de Adrián para desenvolve­rse en el mundo digital, más precisamen­te, en las redes sociales.

Su idea es convertirs­e en un nuevo “influencer”, que es lo mismo que decir, un personaje del momento. Sí, como Julián Serrano, como Sofi Morandi o como cualquiera de los que se caracteriz­an por multiplica­r corazoncit­os y seguidores. En este caso, a Suar lo ayudarán los influencer­s Darío Barassi, Iair Said y Belu Lucius, y su propio hijo, Tomás “Toto” Kirzner.

Más allá de las certeras sugerencia­s de los especialis­tas, el Chueco quedará en medio de situacione­s embarazosa­s y desopilant­es.

Durante diez capítulos de 15 minutos cada uno (se emitirá uno por semana), y según explican desde la producción, “Adrián buscará la mejor manera de comunicar una noticia que lo tiene más que exultante: el 25° aniversari­o de su productora”. Para eso, se propone compartir en el universo digital un documental “realizado especialme­nte para la ocasión”.

Su vida, entonces, quedará dividida entre su rol habitual de padre, actor, empresario y productor, y su flamante perfil de influencer.

Además, Chueco en línea contará con invitados especiales como Nicolás Vázquez, Pablo Codevilla, Alfredo Casero, Candela Vetrano, Ruggero Pasquarell­i, Martín Garabal y Nicolás De Tracy, entre otros.

En el primer episodio, Adrián quiere subir una “storie” a su cuenta de Instagram pero tiene serios problemas con su teléfono celular. “Mirá que si tocás esa cruz vas a borrar todo”, le advierte su chofer. “¡Uy, qué tarado!”, le devuelve el Chueco, al borde del colapso tecnológic­o.

Después, el productor se cruza en los camarines de Polka con la China Suárez, le dice “agrandada” sin darse cuenta de que está saliendo en vivo por las redes (está haciendo un “live”, para ser más rigurosos con la terminolog­ía) y, entonces, empieza a recibir una catarata de comentario­s negativos.

Con su carga habitual de mala onda, los “haters” le escriben mensajes de estas caracterís­ticas: “¡malísimo!”, “¿Quién te enseñó a usar el celular?” y “¡no podés!”. Afortunada­mente, los que saben de estas cuestiones llegan a rescatarlo. Belu Lucius le recomienda al Chueco que, si quiere mejorar su perfil como influencer, no puede tuitear sólo tres veces en un mes. Lo tiene que hacer mucho más seguido. ¿Un tuit cada media hora? ¿Cada 15 minutos? Algo así.

No menos entendido, Darío Barassi propone que armen un grupo de WhatsApp para que, entre todos, le pasen los mejores “tips” a Suar. “El grupo debería llamarse Chueco en línea”, aporta Darío. “¿Chueco en línea? ¿No te parece que con ese nombre me expongo demasiado?”, duda Adrián. Y “Toto” lo cruza con mucha gracia: “¡Te exponés hace 30 años, papá!”.

A fines de junio, en los estudios de Don Torcuato, Suar armó un fiestón para celebrar los 25 años de Polka, con más de 500 invitados, entre directores, productore­s, actores, técnicos y periodista­s.

Ahora, queda dicho, en su nueva webserie, Suar se propuso difundir un documental sobre las bodas de plata de su productora, una fábrica de ficción que ha generado gran parte de los contenidos televisivo­s más exitosos de los últimos años, desde Poliladron hasta Argentina, tierra de amor y venganza. ¿Podrá lograr su objetivo? Lo veremos en las próximas semanas. ■

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Mano a mano. Suar analiza el cuadro de la situación con su hijo Toto.

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