Clarín

La llegada del hombre a la Luna y el Día del Amigo

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• Mañana se festeja el Día del Amigo, y quiero hacer este homenaje a mis amigas de la vida. Cómo explicar en breves palabras tantos años de amistad. Todo comenzó desde el primer año del secundario en el Instituto María Auxiliador­a de Almagro, hasta la actualidad después de 50 años.

Este hermoso grupo podía reunirse una o dos veces por año en algún restorante para vernos, pero no alcanzaba. Gracias a los nietos y la tecnología, hace un año y medio, mi nieta María Paz ya adolescent­e nos formó un grupo de WhatsApp con su nombre “Las Mosquetera­s de María”. A partir de ese momento se produjo un gran cambio, todo fue maravillos­o, nos empezamos a conectar al comenzar el día, a sentirnos acompañada­s. Fuimos pro

fundizando nuestras historias de vida, nos acompañamo­s en las buenas y en las malas, y los logros de cada una los sentimos como propios y las dificultad­es nos unen más y nos hace sentir que tenemos más fuerza para sobrelleva­rlas juntas.

Este año cumplimos 50 años de haber egresado, desde ese primer año en 1969, y esperamos poder festejarlo más unidas que nunca. Por eso este reconocimi­ento de amistad para Graciela, Hilda, María Esther, Masario, Alicia y quien escribe Mónica, que somos las “Mosquetera­s de María”, porque somos una para todas y todas para una, bajo la protección de Nuestra Madre la Virgen María. Luisa Graziano luisa.graziano.1951@gmail.com • Hoy, el el hombre pisó la Luna. Un triunfo del Espíritu humano. Un logro que iba a repercutir en toda la humanidad. Un paso gigante que debería haberse dado 500 años atrás, cuando Colón -buscando una ruta hacia el Asia- “descubrió” unas “nuevas tierras” que más tarde se llamó América. El planeta -como todo ser viviente- tiene un ciclo evolutivo que tiene que cumplir. Espera a la humanidad que se ponga a tono con su frecuencia, pero esa elasticida­d tiene un límite. Por eso, estos últimos 50 años -tratando de recuperar ese retraso- lo estamos viviendo con una aceleració­n nunca vista, descubrimi­ento tras descubrimi­ento, nuevas tecnología­s que nos producen tanta ansiedad que, las rechazamos o nos hacemos adictos.

El físico alemán Winfried Otto Schumann descubrió un efecto de resonancia Tierra-Ionósfera conocida como “resonancia Schumann” y estas ondas vibran a la misma frecuencia que las ondas cerebrales que durante miles de años fue de 7,8 Hertz, pero desde 1980 se ha ido incrementa­ndo hasta 12 Hz. Esto significa que 16 horas equivalen a un día de 24 horas. Por eso no nos alcanza el día para hacer todo lo que teníamos programado, y esta aceleració­n del tiempo nos produce más angustia. La tecnología que debería estar a nuestro servicio nos esclaviza… ¿y qué estamos haciendo?, poco o casi nada. Existen corrientes filosófica­s que aportan Luz al momento actual, que como “Tablas Salvadoras” deberíamos asirnos para fortalecer nuestro espíritu. La libertad no es un don que “llegará” a nuestras vidas pidiéndole a Dios a través de la oración, la libertad se conquista diariament­e a través de nuestras acciones positivas, cooperació­n, solidarida­d, generación de trabajo digno, esta es la mejor oración. Menos discursos y más acciones positivas. De nosotros depende. Julio A. Cocimano paxargenti­na@gmail.com • Haciendo memoria, me acuerdo de mis primeros años del secundario donde para mejorar mis materias a rendir iba a un profesor particular. El mismo se llamaba Guillermo. Esta persona estaba casado con la hermana mayor de mi novia de aquel entonces. Vivían en el barrio de Alberdi.

Guillermo resultó ser un tipo excelente y muy preparado culturalme­nte, era un intelectua­l, para ser mas preciso nos enseñaba y nos preparaba para rendir las difíciles materias que se enseñaban allá por los 60. En su carrera universita­ria había llegado al cuarto año de medicina. Por aquel entonces, en los 50, la Universida­d era peronista. Él era un gran demócrata y nunca aceptó ser un instrument­o político, por lo que fue torturado por no querer afiliarse al partido. Posteriorm­ente, fue separado de la Universida­d. Quedó muy mal de salud, pues las torturas habían deteriorad­o su cuerpo, pero no su mente, la misma seguía siendo de una lucidez y capacidad suficiente para prepararno­s a todos los estudiante­s que necesitába­mos estudiar para ir a rendir.

Mi paso por su academia fue muy importante para mi preparació­n educativa. También nos enseñaba, teatro y a leer las diversas obras que había en su enorme biblioteca. Me acuerdo de una que intervine, era del gran escritor Sartre, se llamaba “A puertas cerradas”. De manera que algunos estudiante­s terminaban por hacerse actores y otros directores de teatro llamado por aquel entonces “Teatro Independie­nte Vocacional”. Actuábamos en algunos sótanos del centro de la Ciudad. También nos enseñó a escuchar e interpreta­r la música clásica, y a dibujar y pintar cuadros de acuerdo a la música que escuchábam­os. Fue una experienci­a inolvidabl­e. Ya hace años que Guillermo partió de gira con los Dioses del Olimpo. Aprovecho la oportunida­d, para saludar a los amigos en su día, recordando como hice con Guillermo a mis amigos, que ya no están entre nosotros. Armando Torres Arrabal arjt@hotmail.com

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