El básquetbol quiere volver a ser de oro en los Juegos Panamericanos
La Selección masculina se entrena en Bahía Blanca pensando en Lima y en el Mundial de China.
Para llegar bien a China, hay que pasar por Lima. Esa es la logíca que está en la cabeza de Sergio Hernández, el entrenador del seleccionado masculino de básquetbol. “Los Juegos Panamericanos nos van a servir como preparación para el Mundial. Pero no sólo eso, porque pensamos que Argentina tiene que volver a valorizar estos torneos”, avisa Oveja en Bahía Blanca, donde el equipo comenzó la preparación.
“La medalla de oro olímpica fue hace 15 años. Hay que empezar de nuevo todos los días y Argentina tiene que ir a Lima a ser protagonista e intentar ganar”, lanza sobre el mensaje que le traslada a sus jugadores. “Si bien ahora se mezclan cosas, tenemos que imaginarnos jugando con equipos como Rusia, pero también tenemos que hacerlo pensando en jugar con Uruguay”, agrega sobre la rutina diaria de trabajo en el Dow Center, en las afueras de la ciudad.
“Al Mundial no iremos como candidatos ni con la presión de ganar. A los Panamericanos sí y son diferentes vivencias”, plantea. Y sobre la camada pos Generación Dorada, remarca: “Vienen haciendo cosas espectaculares y les gustó jugar juntos, pero hay que ver en el Mundial a qué altura estaremos, con otras exigencias”.
Hernández confirmó que los 12 definitivos para Lima y China se definirán antes del viaje a la capital peruana y descarta por ahora nuevas convocatorias, luego de las autoexclusiones de Marcos Mata y Francisco Cáffaro.
“Iba a perder como 90 días de su calendario universitario y es alguien que va jugar muchos años en la Selección”, afirma sin dramas sobre la baja del pivote de la Universidad de Virginia.
Facundo Campazzo deja de ensayar tiros de tres puntos para hablar de la actualidad del plantel. Después de 84 partidos y de un descanso “de la mejor manera que se pudo”, el base dice: “China está lejos aún y por eso nos pusimos como objetivo intentar competir en este primer torneo de la mejor manera posible”.
Ya no habla de recambio ni de renovación. “Ya se hizo desde 2015 y ahora somos un equipo más joven, comandados por Luis (Scola) y con cada vez más que están jugando muy bien en sus clubes de Europa”.
¿Cuál es el deseo del cordobés? “Ver a una Selección que compita y que no le tenga miedo a nadie. Creo que ahí el éxito estará en encontrar nuestro techo y nuestra mejor versión”, se plantea antes de volver a ensayar lanzamientos.
El bahiense Lucio Redivo se siente “bien y contento” de entrenar en su ciudad. “Sergio me pide intensidad, estar duro atrás, algo que no se negocia, y después tratar de tomar tiros”, cuenta sobre lo que escucha del entrenador. Cree que su última temporada en Breogán, con el que descendió, le sirvió “para mejorar mucho en defensa y aprender de lo táctico, donde hay mucho scouting y no se juega tan rápido”.
El caso de Patricio Garino es particular, porque llega falto de ritmo por haber terminado más temprano su temporada con Baskonia, aunque confía en recuperarlo en los entrenamientos. “Es una ventaja estar juntos con mucha anticipación, reencontrarnos como equipo con las tácticas de Sergio y recrear esa química”, explica sobre el día a día. Y no deja de mirar hacia delante: “Hay objetivos que cumplir y el principal es lograr una medalla en los Juegos Panamericanos”. ■