Mañana se confirma si el favorito Boris Johnson será el nuevo premier británico
El ex canciller aparece como seguro relevo de May. Quiere romper con la UE a cualquier precio.
El Brexit consumió a Theresa May y amenaza con llevarse otra vez al próximo primer ministro británico. Mañana a las cinco de la tarde se conocerá quién será el nuevo líder de los conservadores y por ende, el próximo premier. Lo disputan el excéntrico diputado tory y ex alcalde de Londres, Boris Johnson, favorito y que amenaza irse sí o sí de la Unión Europea el 31 de octubre, y el canciller Jeremy Hunt, que quiere el divorcio pero está listo a esperarlo para conseguir un buen acuerdo.
Una semana crucial para la transferencia del poder en Gran Bretaña. May tendrá su última interpelación parlamentaria en la Cámara de los Comunes británica frente al laborista Jeremy Corbyn el miércoles, poco después del mediodía. Inmediatamente llegará en su Jaguar blindado al palacio de Buckingham para renunciar ante la reina Isabel, en su última audiencia a solas.
La soberana, jefa de Estado del reino, convocará entonces al nuevo líder del partido conservador para ratificar su nominación y pedirle formar gobierno. Es más que probable que Johnson, su pariente lejano, sea entronado y llegue a Downing St.
Un premier designado sin elección general y sin mayoría parlamentaria. Lo eligen 100.000 conservadores británicos y no su pueblo. Johnson llegaría así a Downing St. perdiendo y con un Parlamento en contra dispuesto a frenar su intento de irse sin acuerdo de la UE. Con la real posibilidad de transformarlo en el más etéreo de los mandatarios.
Un voto de confianza en contra, al que se sumarían parte de sus pares torys, lo eyectaría para impedir una salida sin acuerdo de la UE. Por lo pronto no podrá cerrar el Parlamento, como era su intención. Una ley se lo impide con otra excusa: estará abierto porque deberán discutir el futuro de Irlanda del Norte, la razón por la cual el Brexit está bloqueado, al no garantizar una frontera abierta entre el norte y el sur de Irlanda.
La decisión de ser “Boris, el breve” no le disgusta a Boris. Solo sería complementario a su deseo de convocar a una inmediata elección general anticipada en Gran Bretaña, con una campaña anti Brexit de “Boris, el optimista”, con la promesa de un futuro mejor, en un país completamente deprimido y amenazado por la recesión pos divorcio. Los conservadores están convencidos que el extravagante, extrovertido, hilarante e irresponsable Boris es el único que puede hacerles ganar la elección. Si la pierden, desaparecen consumidos por la guerra civil partidaria. Hoy los Torys son el partido nacionalista británico y su contrincante no es el laborismo sino el ultra Nigel Farage y el partido del Brexit, que los puede derrotar si no libran el divorcio europeo. Para ganarla necesitan aliarse a él.
La otra opción electoral no es mejor: el laborismo de Corbyn y un partido que no sale de las acusaciones de antisemitismo y tiene tantas divisiones como los Torys. Sus asesores le hacen leer a Corbyn el “diario de Irigoyen” todos los días. Los ministros del gabinete en las sombras renuncian acusándolo de sectarismo.
Como “celebrity” y entretenedor de multitudes, Boris es el mejor comunicador partidario. Puede convencer a los electores de elegir un Parlamento pro Brexit para terminar esta pesadilla nacional, de la que nadie quiere escuchar hablar. Sin mayoría parlamentaria, no puede encarar ni el Brexit ni sus consecuencias posteriores y actualmente no cuenta con esa mayoría. Con esta Cámara de los Comunes, Boris no podrá gobernar. Aunque todos duden de que esté preparado para hacerlo.
Su promesa es unir al partido. Y hasta designar a su contrincante Hunt en un gran cargo, como premio consuelo. Los conservadores no quieren más un gobierno débil y tecnocrático. Buscan un gabinete Tory auténtico y apasionado, donde sus reuniones no sean una batalla campal , como fue bajo el reino de May. ■