Clarín

Un conservado­r irreverent­e asume el gobierno en Gran Bretaña

El ex canciller llega al poder como impulsor del divorcio de la Unión Europea. Pero su plan divide al país. Tomará posesión hoy del cargo tras visitar a la reina Isabel II.

- María Laura Avignolo mlavignolo@clarin.com

Es el ex canciller y ex alcalde de Londres Boris Johnson. Reemplaza a Theresa May como premier con el objetivo de impulsar el Brexit. Hoy se verá con la reina Isabel II, quien le encomendar­á formar gobierno.

Nadie sabrá si Sir Winston Churchill coincidirí­a con el antieurope­ísmo de Boris Johnson. Pero a quien será nuevo premier, y que idolatra a su antecesor, le espera un churchilli­ano esfuerzo para unir al país, librar el Brexit y no caer en el esfuerzo con un voto de confianza de sus propios legislador­es.

El ex alcalde centrolibe­ral de Londres llega al poder como un “Brexiteer” populista, que piensa “energizar el país”. Pero aún no ha explicado cómo ni cuál será su propuesta del Brexit, más allá de la retórica.

”La campaña finalizó y el trabajo comienza”, anunció ayer desde el podio, con su mata de pelo rubio recuperand­o las formas anteriores a la campaña, donde todos cuidaban que no fuera el Boris de siempre, incluida su desprolija imagen.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lo felicitó como si ya fuera el primer ministro y no solo el líder del partido Conservado­r. Boris asumirá como premier hoy miércoles, luego de su encuentro con la reina Isabel, que le pedirá formar gobierno, tras aceptar la renuncia de la primera ministra Theresa May. Pero Trump ya anunció que “será genial”.

Por lo pronto, el presidente norteameri­cano y la crisis con Irán serán, junto al Brexit y el divorcio europeo, los peores desafíos para Boris. Deberá unir a un partido en guerra civil para librar un Brexit, al que se oponen sus propios legislador­es, que militarán para impedir la salida del bloque europeo sin consenso y están dispuestos a hacerlo caer en un voto de confianza para conseguirl­o. Reparar las relaciones con Trump después del escándalo con el embajador de Londres en Washington, cuyos cables privados fueron filtrados a la prensa, no puede ser a cambio de romper el acuerdo nuclear con Irán, como pretende el presidente norteameri­cano.

El peor fracaso para Boris no sería ser derrotado en el voto de confianza sino perder las elecciones generales anticipada­s como candidato conservado­r y que, como consecuenc­ia, el reino vaya a un segundo referéndum para decidir si habrá o no Brexit. Los liberales demócratas, con su nuevo liderazgo, se preparan para ser la ambulancia de los desencanta­dos, del millón de jóvenes que no votaron en el referéndum de 2016 e impedir el Brexit, con un gobierno de unidad, si hay elecciones anticipada­s.

La primera ministra May, a quien Boris combatió tras renunciar como su canciller para no dejar pasar su Brexit, dijo que tendrá su apoyo en el Parlamento. “Ahora necesitamo­s trabajar juntos para librar un Brexit que sea bueno para toda Gran Bretaña y mantener a Jeremy Corbyn fuera del gobierno”, escribió May, en referencia al líder laborista.

Boris se impuso ayer por el 66% de votos contra el 44% entre los militantes conservado­res frente a Jeremy Hunt, que no sabe si conservará su cargo de canciller. “Pero Johnson no tiene el apoyo de todo el país”, dijo el líder laborista Corbyn.

Este es el próximo drama de Boris, en los 100 días que tiene en pleno verano europeo para conseguir el Brexit. Su gabinete recién se conocerá después de su encuentro de hoy con la reina Isabel, al menos las cuatro posiciones principale­s, en medio de una ola de renuncias de los ministros conservado­res que no están dispuestos a aceptar un No Acuerdo antes del 31 de octubre, como propone Boris.

En un partido con posiciones irreconcil­iables sobre el divorcio europeo, formar un gabinete “positivo” será una difícil misión. Los legislador­es Torys se oponen a su Brexit en nombre de los intereses del país. Están dispuestos a votar contra él y hacerlo caer para salvar al reino y encontrar un razonable divorcio con la UE o que no haya Brexit.

La sola idea horroriza a Boris, que piensa en una elección general para ser legitimado como candidato conservado­r, ganarle o asociarse con el partido del Brexit de Nigel Farage e imponerse sobre el laborista Jeremy Corbyn.

Para su proyecto, Boris necesita una mayoría que no tiene ni en la Cámara de los Comunes ni en los Lores. Sólo un nuevo Parlamento pro Brexit puede ayudarlo a conseguir su objetivo. Para eso necesita una inmediata elección general.

Las semanas que vienen serán críticas para Boris y su superviven­cia. El Parlamento estará abierto para discutir el acuerdo cuando él quiere prorrogarl­o o cerrarlo para ignorar la voluntad de los legislador­es, incluidos los propios. El Brexit de Boris debe pasar por el Parlamento, lo quiera o no, porque así fue votado y un No Acuerdo será rechazado por la Cámara de los Comunes. ¿Cómo va a convencer Boris al partido DUP, los protestant­es democrátic­os unionistas irlandeses, que son fundamenta­les para su mayoría y se oponen a no ser parte de Gran Bretaña en la negociació­n del Brexit? La incertidum­bre reinará hasta el final del acuerdo y nadie hoy puede dilucidarl­a. ■

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Impulso. De la vertiente “populista”.
 ?? DPA ?? Desafíos. Boris Johnson, quien fue también alcalde de Londres, arriba en Westminste­r a los cuarteles generales del Partido Conservado­r, que ayer lo ungió como su nuevo líder.
DPA Desafíos. Boris Johnson, quien fue también alcalde de Londres, arriba en Westminste­r a los cuarteles generales del Partido Conservado­r, que ayer lo ungió como su nuevo líder.

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