Temor en Malvinas por el cambio de premier y el divorcio de la Unión Europea
Un divorcio abrupto de la UE, como defiende Boris Johnson, puede afectar la economía del archipiélago austral.
Los isleños de Malvinas no tuvieron la posibilidad de votar por el Brexit. Si hubiese existido la chance, habrían elegido quedarse en la Unión Europea, como sus pares de Gibraltar. Los isleños están pidiendo al gobierno británico no irse de la UE sin acuerdo porque va a tener un “significativo impacto” en la economía de las islas. No quieren que los olviden en la negociación por las consecuencias en el archipiélago de un No Acuerdo o un mal acuerdo.
Leona Roberts, presidente de la Asamblea Legislativa, dijo en Londres: “Las islas Falkland (Malvinas) no cuestionan el Brexit: respetan la decisión de la gente británica de determinar su propio futuro. Pero la actual incertidumbre que rodea al Brexit es vital que se resuelva lo más rápidamente posible porque ya tiene un impacto negativo sobre nuestras exportaciones a Gran Bretaña y a los 27 países europeos”.
Boris Johnson no ha dicho una palabra sobre el futuro de las islas públicamente en relación al Brexit. Sólo que el comercio sin acuerdo será según las reglas de la Organización Mundial de Comercio. El vínculo con los islas era mantenido por el vicecanciller Sir Alan Duncan, que renunció el lunes, en abierto desacuerdo con el Brexit de Boris.
La salida de Reino Unido de la UE implicará el fin de los fondos de Bruselas para proteger a los pingüinos King de las islas, cuya espectacular fauna junto con la pesca es una de sus fuentes de ingreso. El Brexit los deja sin los subsidios y fondos europeos para proteger al millón de pingüinos y su fauna marina. Son cinco millones de euros para el programa de conservación y 900.000 libras del BEST, que ofrecen a los territorios de ultramar para protección de especies.
Otro de los impactos reales del Brexit será en la industria de la carne isleña, que podría perder el 30% de los ingresos si la UE impone tarifas y la de los pesqueros podría caer un 16%. Si Gran Bretaña se va de Europa y comercia con las tarifas de la OMC, las exportaciones de pescado isleño estarían sometidas a aranceles del 6 al 18%. La carne a un arancel del 42%. Va a influir negativamente en el futuro crecimiento de las islas.
La incertidumbre del Brexit provocó un desplome de las ventas de carne por parte de la Falkland Island Meat Company y una baja de precios en julio. El otro posible impacto en la pesca de las islas será el calamar Loligo, que se vende a la UE. Los isleños quisieran estar libres de gravámenes o minimizar esos aranceles.
Las Malvinas están asociadas con la UE desde 1973, cuando Londres ingresó a la comunidad, que se formalizó a través de la Decisión de la Asociación de Ultramar, que permite a las islas beneficiarse del acceso libre de aranceles y cuotas para el pescado y la carne exportados al bloque. Cualquier baja va a tener un impacto en la economía de las islas y los ingresos del gobierno de Malvinas.
Cuando el canciller Jorge Faurie anunció que ahora le llegaba el turno a una negociación por las islas, no se equivocaba. Será al ritmo y necesidades del Brexit. Si bien los isleños no tienen la menor confianza en los argentinos, podrían comenzar a cambiar de actitud “si Argentina termina con las sanciones económicas que impuso el gobierno de Kirchner”. El segundo punto sería “considerar que los isleños existen, que somos personas e importamos”, como dice el ex concejal isleño Mike Summers. ■