El dirigente que reaccionó como un hincha y se “baleó” los pies
Le va a llevar tiempo a Tapia recuperarse de las heridas en los pies después de los “balazos” que él mismo se disparó. Pocas veces se ha visto tamaña torpeza política en un dirigente. Tan enorme fue el disparate del presidente de la AFA que dejó servida en bandeja la frase acuñada en el ambiente del fútbol cada vez que un dislate se dispara desde la calle Viamonte: “Con Julio, esto no pasaba”.
Tapia acompañó el exabrupto de Messi tras la eliminación de la Copa América, cuando el capitán habló de “corrupción”. Con extrema buena voluntad podría disculparse a Messi de haber actuado bajo efectos de la emoción. No le cabe el mismo alegato a Tapia. Subió la apuesta y envió por escrito la queja a la Conmebol, la causa por la cual acaba de ser desplazado del cargo que ocupaba de forma interina desde octubre. Tapia actuó más como un hincha, al filo del barrabravismo, que como un dirigente que se precie. Ni prudencia ni sensatez. Embistió como un toro y recibió el golpe que lo deja contra las cuerdas y al bordel nocaut.
El llamado de la Conmebol a comparecer en la sede de Luque no debe leerse en términos de amonestación, sino todo lo contrario. Fue casi una invitación a que Tapia reculara con la elegancia que fuera posible, bajara el tono y negociara con sus pares la bravata de Messi y su carta incendiaria. Hasta donde se sabe, no se replegó un centímetro. Al contrario, fue por más. Casi que no les dejó alternativas a quienes acusó de corruptos, sin poder mostrar pruebas, a que le contaran las costillas. No es la única derrota en su corta gestión.
La Superliga demostró que el fútbol puede ser rentable y también organizarse mejor que como lo hacía la AFA, aún con el criticable desapego a la palabra empeñada y los reglamentos firmados que los dirigentes cambiaron hace horas para modificar el regimen de descensos que habían aprobado. Profesionalizó el fútbol femenino pero no pudo evitar la tormenta desatada en la Selección y acaba de estallarle otra bomba al permitir la inclusión de un equipo no afiliado a los torneos de la AFA.
Argentina será coorganizador de la Copa América 2020. ¿Qué clase de anfitrión será Tapia cuando el año que viene reciba a Domínguez y a los dirigentes de las Federaciones que ayer lo castigaron en Asunción? Impulsa Tapia la candidatura del país al Mundial Femenino 2023. ¿Lo apoyará la Conmebol? Existe la postulación conjunta de Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile para ser sede del Mundial 2030 que, hasta ahora es “política de Estado” de los gobiernos de los cuatro países. Es imposible quedar tan mal con tanta gente en tan poco tiempo. Tapia lo hizo.
Habrá, por supuesto, un correlato en el marco local. Será entretenido observar la reacción de los dirigentes y las soluciones que propondrán para revertir el aislamiento en Sudamérica y el descrédito en la FIFA.
Fin del camino cuyo kilómetro 0 se fijó en el 38-38. Luego, Tapia llegó a la AFA con la aceptación del gobierno en tiempos en los que Hugo Moyano tenía buenas relaciones con el oficialismo y con el propio Tapia, su yerno. Eso es pasado. Tapía quedó solo. Daniel Angelici, que intervino activamente en el conflicto de la Superliga por los descensos, no dijo palabra sobre la sanción de la Conmebol.
¿Tapia embistió contra la Conmebol porque apuntó a dominar el organismo? Si fue así, midió mal la relación de fuerzas. Si su intención fue protestar ante lo que consideró un perjuicio, ¿el tono belicoso lo decidió sólo o pidió opinión a quienes lo rodean en la AFA? Si hubo asesoramiento, ¿el aporte de los consejeros fue genuino o hay que sospechar de una consipración que cargó el arma con la que Tapia se hirió los pies? ■