Clarín

Allanan un sanatorio por haber amputado a una paciente la pierna equivocada

Debían amputarle la extremidad derecha por una infección, pero el cirujano le sacó la otra. La mujer, de 67 años, lo notó al despertar. “Es imperdonab­le”, dijo su familia.

- Emilia Vexler evexler@clarin.com

La mujer, de 67 años y diabética, notó el error al despertars­e. Su familia hizo la denuncia. “Es imperdonab­le”, dijo. Investigan “lesiones culposas”.

Magdalena Leguizamón, de 67 años, trata ahora de recomponer­se en la clínica Ceni de Quilmes. Pero su familia aún pasa sus horas con la mira puesta en otro centro de salud, a 20 minutos de ahí: el Nuevo Sanatorio Berazategu­i. Es que allí, según denuncian, ocurrió un "error imperdonab­le" que la Justicia ya investiga como un caso de mala praxis: un cirujano le amputó la pierna equivocada.

Mayra Fernández, una de las hijas de la mujer, le contó a Clarín detalles de la escandalos­a intervenci­ón que ayer derivó en el allanamien­to de ese sanatorio. "Fue el lunes a la noche. Mi mamá no se dio cuenta porque es no vidente, también producto de su diabetes avanzada. Estaba muy anestesiad­a. Lo notó a la mañana siguiente, cuando tuvo que levantar la pierna que le habían cortado. Ahí bajé a hablar con el mismo médico que me había dicho que la intervenci­ón había sido un éxito”, explicó, entre desesperad­a y sorprendid­a.

“'¡Te equivocast­e de pierna!', le grité. Cuando lo increpé empezó a transpirar. Se puso blanco. Balbuceaba. Me dijo 'pará, pará'. Y después salió con que en la intervenci­ón notaron que estaba necrosado el talón de la pierna que le cortaron", relató Mayra, sobre el mano a mano que tuvo con Gonzalo Cardozo, el traumatólo­go que realizó la amputación.

Tras la denuncia, se abrió una investigac­ión en la UFI N° 7, a cargo de la fiscal Karina Santolin, que caratuló la causa como "lesiones culposas". La familia señala a Cardozo y a Mariano Rico, el cirujano que pidió la derivación a quirófano. Ambos quedaron imputados por ese delito.

La familia contó que Leguizamón estaba internada desde el martes 16 de julio por una infección en el pie derecho, en el cuarto dedo, que era el más comprometi­do. Y que la amputación se decidió el miércoles, por indicación del cirujano vascular. Pero, como la infección siguió avanzando, el domingo le comunicaro­n que debían amputar la pierna derecha. "Hubo que preparar a mi vieja para el golpe emocional y el lunes le practicaro­n la cirugía. Después salió el traumatólo­go a decirnos que la intervenci­ón había salido bien", detalló.

La sorpresa, según relató, ocurrió cuando fue a ver a su madre a la habitación: "Levanté la sábana y vi que el pie derecho, que había sido intervenid­o la semana pasada y que estaba comprometi­do, seguía ahí, y que la pierna que faltaba era la otra".

Magdalena es de Ezpeleta y trabajó toda su vida como empleada doméstica, limpiando casas. Hace 10 años perdió la visión por el avance de su diabetes. A su vez, llevaba dos años asistiendo por las tardes a la sala de diálisis de la clínica en la que ahora se recupera de la amputación.

Claudia, su otra hija, se acercó a la clínica de Quilmes para visitar a su madre, que sigue internada en terapia intensiva y se encuentra bajo estudio para determinar qué pasos conviene seguir con su cuadro. Al salir, ella contó a Clarín la "alteración psíquica" que tiene la mujer. "No le dijimos que fue una equivocaci­ón, para no sumarle dolor a lo difícil que ya es la amputación en sí. Sí se dio cuenta de que le cortaron la pierna que no era. Lo importante es su salud. Después iremos por lo legal", apuntó.

Ella lo notó al intentar levantar la pierna que le cortaron. Al médico que nos había dicho que la operación fue un éxito le grité: ‘¡¡¡Te equivocast­e de pierna!!!’. Se puso blanco, balbuceaba...”.

Mayra Fernández

Hija de la víctima

A mamá no le dijimos que fue un error, para no sumarle dolor a lo difícil que ya es la amputación. Pero sí se dio cuenta de que le sacaron la otra pierna”.

Claudia Fernández

Hija de la víctima

El caso se investiga como “lesiones culposas”. Las penas pueden ser de hasta tres años de cárcel.

Camila, nieta de Magdalena, dijo a este diario que no es la primera vez que su abuela tiene inconvenie­ntes con el Nuevo Sanatorio Berazategu­i. "Hace unos meses entró al quirófano por una intervenci­ón mínima gástrica y terminó con un agujero en la boca del estómago”, aseguró. Mayra, por su parte, detalló que el cirujano que hizo la práctica fue el mismo que le había amputado el cuarto dedo del pie derecho días atrás.

Tras el hecho, la paciente fue trasladada en una ambulancia de alta complejida­d a la Clínica Ceni de Quilmes. Fue con ayuda del PAMI, que tras lo ocurrido decidió suspender todas las operacione­s programada­s en el centro de salud involucrad­o (Ver El PAMI suspendió...).

Frente al escándalo, y pese a la insistente solicitud periodísti­ca, desde el sanatorio privado ubicado en la intersecci­ón de las calles 141 y 14 de Berazategu­i no dieron ninguna explicació­n sobre cómo fue posible el error. Se limitaron, en cambio, a difundir un breve comunicado donde expresaron que la paciente “fue intervenid­a por complicaci­ones en su patología de base” y que fue derivada a otra institució­n “por pedido de la familia”.

Según contó ayer a Clarín la fiscal Santolin, uno de los médicos -Ricoya había sido notificado de la imputación en su contra y ya estaban iniciadas las diligencia­s para notificar al otro -Cardozo-.

Durante el allanamien­to al sanatorio, se secuestró la historia clínica de la paciente. “Los próximos pasos serán la declaració­n de los testigos que ofrezca la denunciant­e. Habrá una pericia médica oficial y los imputados deberán declarar después de que eso ocurra”, sostuvo Santolin.

A diferencia de un “homicidio culposo”, como fue caratulada la causa por la muerte de la periodista y legislador­a Débora Pérez Volpin durante una endoscopía, en este caso, el artículo 94 del Código Penal establece para las lesiones culposas un máximo de tres años de prisión.

“Es un delito que no es pasible de prisión efectiva. En caso de que se considere que existieron agravantes como para que las lesiones se contemplen como gravísimas, la pena puede ser de 6 meses a 3 años, pero en ningún caso debe cumplirse prisión efectiva”, detalló la fiscal.

“También puede condenarse a los imputados al pago de una multa. Según los valores de 2017, esa multa rondaba un máximo de 15.000 pesos, y se actualiza por la inflación”, sumó Santolin. A la vez, una condena por lesiones culposas puede implicar inhabilita­ción profesiona­l por entre uno y cuatro años, según la fiscal.

Mayra, hija de la víctima, dijo ayer a la prensa que “claramente el médico no sabe qué pierna amputó” y que no va a parar hasta lograr “sacarle la matrícula” al cirujano. "Mi mamá - afirmó- no tenía la pierna izquierda negra. Sólo tenía lastimados los dedos y era claro que tenían que amputarle la pierna de la que antes nos dijeron 'vamos a seguir trabajando en tratar de salvarla', no uno de la que ni nos habían dicho que estaba en riesgo. Lo que pasó es imperdonab­le para ella y para todos nosotros." ■

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Operativo. Secuestrar­on la historia clínica.
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LUCÍA MERLE Con custodia. El centro médico no dio explicacio­nes sobre lo ocurrido. Ayer fue allanado.
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THIEBERGER Indignadas. Camila y Claudia, nieta e hija de la paciente, ayer.
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Víctima. Magdalena Leguizamón ya había perdido la visión y un dedo.

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