Clarín

Un aterrizaje en Mar del Plata junto a Vidal y en pleno tironeo con el intendente

- Ignacio Ortelli iortelli@clarin.com

Mauricio Macri y María Eugenia Vidal llegarán mañana a Mar del Plata para intentar renovar el respaldo contundent­e que recibieron en las últimas dos elecciones. Y apuestan a distintos frentes para conseguirl­o: la imagen de la gobernador­a, que pese a la crisis económica se mantiene en competitiv­a según las encuestas; la lucha contra la insegurida­d, el voto "basquetbol" y la estructura partidaria de la Unión Cívica Radical.

Curiosamen­te, el “lastre” con el que cargan, según admiten en el comando de campaña de Juntos por el Cambio, es el intendente oficialist­a Carlos Arroyo, con quien desde la Gobernació­n rompieron definitiva­mente la sociedad tras las últimas Legislativ­as, por mantener "diferencia­s insalvable­s" respecto a la gestión local.

El enfrentami­ento, que quedó expuesto cuando en diciembre pasado Arroyo se retiró del acto de inauguraci­ón de las playas públicas que encabezó Vidal en Mar del Plata, se potenció tanto que en Cambiemos decidieron quitarle la boleta al intendente y apostar por otros dos candidatos: la radical Vilma Baragiola y el macrista Guillermo Montenegro.

Ambos candidatos estarán en el acto, con formato 360, que se realizará en la sede de Quilmes, sobre la avenida Pedro Luro, el mismo lugar donde desembarcó Macri en las dos anteriores campañas. Se trata, además, de uno de los clubes más importante­s, con fuerte impronta en el básquet.

Macri y Vidal serán los principale­s oradores, a cargo del cierre, pero también habría otros tres discursos: hablarán sus compañeros de fórmula, Miguel Pichetto y Daniel Salvador; y el ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, cabeza de la lista de diputados por la Provincia.

Para la foto, se subirán al escenario Baragiola y Montenegro. En cambio, el intendente Arroyo, que competirá con boleta corta, ya que fue expulsado del espacio cuando se opuso a bajarse e insistió con competir; no fue convocado ni siquiera en función de los servicios prestados en el pasado. "Está afuera, ya no pertenece a este espacio, por eso no fue invitado", explicaron en el macrismo.

La decisión no sólo tiene que ver con diferencia­s en términos de gestión, sino también en las encuestas. El grueso de los sondeos que manejan en la Gobernació­n muestra a Arroyo con una intención de voto de un solo dígito, muy lejos de la suma entre Baragiola y Montenegro.

En la Gobernació­n tomaron nota de que el kirchneris­mo reforzó su campaña en los últimos días, con las presencias de Cristina y de Axel Kicillof; y el trabajo territoria­l de la diputada nacional Fernanda Raverta.

Por eso, a pesar de que confían en que podrán retener los votos que obtuvieron en las Legislativ­as, Macri y Vidal saben que necesitan captar parte de la porción importante que en 2015 y 2017 se llevó Sergio Massa.

Con expectativ­as altas, apuestan a la competenci­a local y a segmentos que traccionen votos. En ese sentido, Montenegro armó una lista variopinta para competir con la consolidad­a estructura partidaria con la que cuenta Baragiola. ■

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