Clarín

Los votos impensados que pueden definir

Las incógnitas van de los descreídos a los que no están obligados a votar. Y al efecto de la disputa por la ley del aborto.

- Eduardo Paladini epaladini@clarin.com

La guerra de encuestas, a menos de tres semanas de las PASO, empieza a moverse dentro de ciertos márgenes. Como adelantó Clarín, en base a 15 estudios difundidos luego de listas, el promedio de ventaja de la fórmula K sobre la de Juntos por el Cambio ronda los cuatro puntos. En este escenario cerrado, y por antecedent­es que los dejaron en off side estadístic­o, los consultore­s vienen advirtiend­o que el margen de error de los sondeos puede ampliar o achicar sus pronóstico­s. Pero ahora también aparece otro alerta: los votos impensados. Distintos grupos de electores difíciles de captar para los analistas y que pueden terminar definiendo un comicio ajustado.

Clarín habló con el director de la consultora Synopsis, Lucas Romero, que identificó seis de estos grupos:

• El voto silencioso: Son los apolíticos; no tiene ideología y no muestran interés por las elecciones. Por ende, evitan contestar cualquier tipo de encuestas. Muchos, incluso, por ese desinterés, pueden no ir a votar. Pero muchos sí. Y su decisión escapa al muestreo de los consultore­s. Si bien es un fenómeno que se repite en todas las elecciones (su mayor intensidad, se vio en 2001), esta volatilida­d es impercepti­ble para los analistas.

• El voto vergüenza: Son los que, por alguna razón, tienen tomada su decisión pero no la quieren comunicar. Un caso de estudio fue la elección de Carlos Menem en 1995. Terminó ganando con casi el 50% de los votos, más que en 1989, pero ni antes ni después del comicio eso quedó plasmado en un estudio de opinión pública. ¿Puede darse ahora? Clarín consultó días atrás a 21 encuestado­res sobre el tema. La mayoría no prevé un fenómeno parecido. Y lo que dudan no se ponen de acuerdo sobre quién se beneficiar­ía.

• El voto E: Nada que ver con lo electrónic­o. La E identifica al estrato de la población más relegado. La contracara del ABC 1. Son los sectores más marginados, que hasta hace unos años -y ahora en parte tambiénsól­o podían ser captados por las encuestas presencial­es, ya que no tenían teléfonos. En los últimos años, con los celulares y las redes sociales, los encuestado­res apuntan a conocer su opinión. No es simple. Por su marginació­n, es un grupo descontent­o y reacio a la encuesta.

• El voto no obligatori­o: Son los electores de entre 16 y 18 años, y los que superan los 70. Pueden votar pero no están obligados. Aquí el dato central es su nivel de participac­ión. En cuanto a los más jóvenes, son poco más de un 1,2 millón los habilitado­s, según estimacion­es oficiales. En las generales de 2015, se presentó a votar cerca del 60%. En 2017, la participac­ión bajó un poco. Para este año, se calcula que no serían menos de 600.000 electores de este grupo.

• El voto aborto: Es uno de los fenómenos nuevos de la elección. Hay listas completas de color celeste antiaborti­sta o candidatos que pidieron compañeras con perfil verde. La polémica incluso llegó a la Justicia por el diseño de las boletas. ■

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