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Boris Johnson asumió en Reino Unido y anunció un Brexit “sin condicione­s”

El nuevo premier británico visitó a la reina Isabel II en el Palacio de Buckingham y recibió el encargo de formar gobierno. “Nos vamos a ir de la Unión Europea”, afirmó.

- LONDRES. María Laura Avignolo mlavignolo@clarin.com

El busto de Pericles en su escritorio y las pinturas de Charlotte, su madre, apoyadas contra la pared. Junto a sus más preciadas posesiones, que lo acompañan en todas sus funciones, Boris Johnson ya puede iniciar su mandato como Primer Ministro británico. Así, con el optimismo como filosofía, comenzó su gestión el ministro más extravagan­te de la historia británica. Su misión primordial será concretar el Brexit que divide al país, un hecho anunciado para el 31 de octubre, con o sin acuerdo.

Tras ser nominado por la reina Isabel, Johnson hizo su primer anuncio: Un nuevo acuerdo con la Unión Europea, y en caso de que no haya otras alternativ­as, un divorcio sin acuerdo en 99 días. Una misión en la que puede terminar con un rotundo triunfo, como así también con un fracaso.

“Nos vamos a ir de la Unión Europea, sin peros ni condicione­s. Vamos a conseguir un acuerdo, un nuevo acuerdo. Los británicos estás cansados de esperar. Es tiempo de actuar”, afirmó Johnson frente a la mítica puerta de 10 Downing Street. En este sentido, salir sin un acuerdo es una consecuenc­ia posible, no un objetivo en si mismo.

“A todos aquellos que dicen que no estamos listos, les digo que subestiman este país”, continuó el flamante Primer Ministro. El premier dijo que Gran Bretaña necesita estar preparada frente a “la remota posibilida­d” de que no se llegue a un acuerdo con la UE, algo que afirmó que no quiere que pase. Sin embargo, agregó que prepararse para ese escenario es una cuestión de “sentido común”..

En un discurso muy dramático y con manifestan­tes en la calle que le gritaban “deshonesto” y “Stop Brexit”, Johnson dijo que “los pesimistas en Gran Bretaña y en el exterior están equivocado­s”.

“La gente es nuestro jefe. Mi trabajo es hacer que ustedes se sientan seguros. Después de tres años de dudas autoinfund­adas, es hora de cambiar”, anunció, tras delinear con una inusual energía los cambios que encarará en el servicio de salud, en la protección de los ancianos, en los impuestos y en la educación.

Respecto a la seguridad de los europeos que viven en Gran Bretaña, Johnson les agradeció su “contribuci­ón a la sociedad británica” y les aseguró que, bajo su gobierno, podrían permanecer en el país.

El nuevo primer ninistro llegó a la residencia de Downing Street sin familia ni camión de mudanzas para sus muebles. Los dejó en la casa de Marina, su ex mujer en vías de divorcio, y los contribuye­ntes pagarán por su cama. Su novia lo esperaba en la explanada de Downing Street con un vestido midi rosa, sin participar de la audiencia con la reina.

Hasta ahora, su novia Carrie Symonds no había sido vista durante las etapas previas a la transferen­cia del mando. No querían que la reconcilia­ción tras su pelea doméstica distrajera a la prensa. Pero la semana pasada la pareja compró una nueva casa de cuatro dormitorio­s en Camberwell, en el sur de Londres, por 1,3 millones de libras. Se mudarán allí si su mandato es interrumpi­do por un voto de confianza perdido en el Parlamento (promovido por los conservado­res), o bien por elecciones generales anticipada­s.

Los primeros 99 días de Johnson en gobierno estarán animados por una sensación de “nosotros podemos”. De esta manera piensa resolver el Brexit, un tema que debatirá con sus pares europeos por tres días en el G7 de Biarritz, junto a Donald Trump como testigo, a partir del 24 de agosto próximo.

Theresa May se fue de Downing Street con una ovación en el Parlamento. Un homenaje a su sentido del deber y a su batalla por conseguir su Brexit, un escenario menos dañino que una salida sin acuerdo. Pero fue rechazada tres veces por los parlamenta­rios, los mismos que hoy están dispuestos a hacer caer a Johnson si amenaza con hacer lo mismo.

May partió en su automóvil personal y entró Boris Johnson, un pariente lejano de la reina y admirador de Winston Churchill, que formó a la soberana en sus primeros pasos tras la muerte de su padre en el trono.

Jamás nadie sabrá que se dijeron la jefa de Estado y el flamante Primer Ministro en su encuentro de 45 minutos. Las conversaci­ones con la reina no pueden ser reportadas. Pero las audiencias entre él y la reina serán semanales hasta el final. A lo largo del verano, Johnson será invitado a pasar un fin de semana en el palacio escocés de Balmoral junto a la reina, como todos sus antecesore­s.

La foto de asunción muestra a Boris extremadam­ente formal inclinándo­se hacia la reina, vestida de turquesa y sin sombrero. Un momento histórico para el Primer Ministro número 77 del reino. ■

 ?? EFE ?? Reverencia. El primer ministro Boris Johnson, ayer, al ser recibido por la reina Isabel II. Poco antes, la monarca había sido visitada por Theresa May, la jefa de gobierno saliente.
EFE Reverencia. El primer ministro Boris Johnson, ayer, al ser recibido por la reina Isabel II. Poco antes, la monarca había sido visitada por Theresa May, la jefa de gobierno saliente.

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