Clarín

Un gabinete de leales, en el que dominan los euroescépt­icos

Se van todos los ministros de Theresa May. Boris Johnson se rodea de un equipo que apoya su Brexit “duro”.

- LONDRES.

Un gabinete de unidad entre euroescépt­icos y pro europeos, en un partido conservado­r británico en guerra, es una ecuación difícil para conseguir el Brexit el 31 de octubre, con solo 2 legislador­es de mayoría y todo un Parlamento en contra. Los primeros nombramien­tos de Boris Johnson son los más puros Brexiteers y los ministros de Theresa May se van.

El ex canciller Jeremy Hunt, contrincan­te de Boris Johnson en la carrera a Downing St, y sus aliados, los ministros de Defensa Penny Mordaunt y el secretario de Comercio Internacio­nal, Liam Fox, que lo apoyaron, se fueron del gabinete, rechazaron los ofrecimien­tos, para regresar a la Cámara de los Comunes. Una espectacul­ar decisión, aunque Hunt aclaró que sigue apoyando al premier. Lo reemplaza como canciller un profundo euroescépt­ico y ex secretario del Brexit, Dominic Raab.

Las primeras designacio­nes de Boris muestran un gabinete de leales, con un espíritu multicultu­ral y conciliaci­ón en una moderna Gran Bretaña, con sus minorías étnicas presentes, como en su familia. Aunque prometió lanzar “bombas de amor” a los diputados que no estuvieran de acuerdo, con sus nuevos ministros no será tarea fácil. Y va a tener un gabinete en las sombras de opositores conservado­res a este ritmo. La consecuenc­ia será un gobierno muy breve con fuertes enemigos.

El chancellor de las finanzas es el británico paquistaní Sajid Javid, ex ministro del Interior y ex banquero de inversione­s en la City británica. Reemplazó como ministro de Finanzas a Philip Hammond, que renunció para hacer campaña contra el No Acuerdo que Boris quiere lograr para el 31 de octubre. Es uno de los cargos más importante­s del gobierno.

Priti Patel, la nacionalis­ta y mitad india hija de una familia sik como Marina, la ex mujer de Boris, sería la nueva ministra del Interior. Brexitier profunda, fue forzada a renunciar en el gobierno de Theresa May por un dudoso viaje a Israel de vacaciones donde se entrevistó con el primer ministro Benjamín Netanyahu y es una de las que votó tres veces contra el proyecto de Brexit de May.

Tras el divorcio europeo, ella tendrá una agenda para combatir la epidemia de muertes y asaltos con navajas en las calles de Londres y los problemas migratorio­s. Está a favor de reimplanta­r la pena de muerte.

La designació­n de Mark Spencer, un pro europeo y gran operador parlamenta­rio como jefe de los Whips o forzadores de los votos en la Cámara de los Comunes, fue el único signo de tranquilid­ad para los diputados. Desde el pro europeo diputado Sir Nicholas Soames, nieto de Churchill, que dijo que estaba “encantado”, al Brexitreer­s Steve Baker, que lo describió con “capacidad y autoridad”. Es un ganadero británico, sin rastros de aristocrac­ia, que tras ser designado, pasó en medio de una orda de fotógrafos sin ser reconocido.

Con el Brexit sin concluir e incierto, la crisis de Irán en marcha y la necesidad de reparar las relaciones especiales con Estados Unidos en busca de un acuerdo de libre comercio, el nuevo primer ministro necesita cierta continuida­d en el Foreign Office.

En nombre de la unidad, el canciller Hunt debería tener un alto cargo en el gabinete pero dijo que no estaría si no era canciller o vicepremie­r. Boris le ofreció ser ministro de Defensa y declinó. La secretaria de esa área y euroescépt­ica Penny Mordaunt volvió a su banca de diputada imprevista­mente y el secretario de Comercio Internacio­nal y euroescépt­ico Liam Fox también renunció, junto al secretario de Comercio Greck Clark.

Cuatro ministros de Theresa May se fueron antes de que los despidiera, incluido Philip Hammond. También partieron el secretario de Escocia y la de Irlanda del Norte, dos países que amenazan abandonar el Reino Unido si hay Brexit.

Las divisiones en su partido y su Parlamento son mucho más dramáticas y peligrosas que sus mensajes de reconcilia­ción porque sienten que él ha puesto los intereses de Gran Bretaña en peligro, al igual que su poder de influencia en el mundo. ■

El nuevo canciller, Dominic Raab, es un firme defensor de la salida británica de la UE.

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