Afirman que la mayoría de las amputaciones puede prevenirse
Según especialistas, si tienen un seguimiento adecuado, muy pocos diabéticos terminan en esa situación.
Tuvo una fuerte repercusión en todo el país la noticia de que a una mujer le amputaron la pierna equivocada en un sanatorio de Berazategui. La paciente, de 67 años, tenía que someterse al procedimiento por lesiones derivadas de la diabetes. Así fue que el caso, además, generó una especial conmoción entre las personas que tienen esa enfermedad, que son el 12,7% de los argentinos mayores de 18 años. Para ellos, la amputación es una de las complicaciones más temidas. Sin embargo, según especialistas consultados, cada vez se producen con menor frecuencia y la gran mayoría son evitables.
"Un 70% de las amputaciones se pueden evitar con el tratamiento adecuado", dijo a Clarín Gabriel Lijteroff, director del comité científico de la Federación Argentina de Diabetes (FAD) y miembro del comité ejecutivo de la Federación Internacional de Diabetes (IDF) para Sudamérica y Centroamérica.
"La enfermedad vascular periférica es muy frecuente, pero para que eso exista tiene que haber no menos de 5 a 10 años de un inadecuado control metabólico. Es decir, que la amputación puede absolutamente evitarse con el control adecuado", siguió Lijteroff.
La Federación Internacional de Diabetes (IDF) estima que se realizan 100 amputaciones mayores (de todo el miembro inferior) por cada 100 mil personas con diabetes por año. Es decir, que se somete a ellas el 0,1% de los pacientes. Y se realizan 160 a 170 amputaciones menores (por ejemplo en los dedos o en el antepié) por cada 100 mil personas con diabetes por año. Son entre el 0,16 y 0,17%.
La amputación se da en las piernas (y no en los brazos, por ejemplo) porque, en lo que se llama "pie diabético", hay un componente vascular de arterias que se tapan y un componente neuropático con trastornos del sistema nervioso. Tienen que ver con la pérdida de la sensibilidad y con la disminución del control de la temperatura corporal que tenemos a través de la transpiración. El pie se seca, se agrieta, y eso puede ser la puerta de entrada para la aparición de gérmenes.
Otro componente es el factor ortopédico. Crece la tensión de los músculos compresores y se genera un aumento del arco plantar y una menor superficie de contacto con el piso. Entonces, al pisar, sube la presión en esa zona y se pueden generar úlceras. De hecho, el 2% de las personas con diabetes desarrollan úlceras en el año y el 25% de los pacientes puede llegar a tener alguna úlcera a lo largo de su vida.
Por último, hay un factor infeccioso. Las personas con diabetes, aún con un buen control metabólico, tienen una mayor tendencia a sufrir infecciones.
"Hay muchos factores de riesgo para la amputación, especialmente el mal control metabólico y la mala higiene. Curiosamente, es más frecuente en hombres que viven solos", dice Lijteroff.
¿La amputación suele ser en una pierna o en las dos? "Cuando está comprometido lo vascular están comprometidos los dos miembros inferiores. Y lo que nos dice la estadística es que cuando hay amputación de un miembro, a los cinco años en un tercio de los casos también se pierde el otro miembro inferior", responde el experto.
Esto se debe a que la persona que sufre una amputación, a partir de ese momento, va a poner todo su peso corporal en un pie, lo que aumenta la presión y aumenta el riesgo de tener una úlcera. Esto se puede infectar y complicar.
Según Lijteroff, la cantidad de personas con diabetes que van a amputación es cada vez menor. Se debe a varios motivos. Hasta hace apenas 30 años la medicina no sabía cuál era el valor de glucemia que se tenía que tener para evitar complicaciones. Se pensaba que se tenía diabetes a partir de los 140 mg/dl de glucosa en sangre. Tiempo después, determinaron el valor de 126 mg/dl o más en dos oportunidades.
"Ha cambiado muchísimo el pronóstico desde que se conoce cuál es el objetivo terapéutico de glucosa que tenemos que tener. También los médicos hemos aprendido que, en diabetes, no basta con controlar la glucosa. También hay que controlar la presión arterial y el colesterol", dice Lijteroff.
"Hoy, conociendo los valores de control metabólico, habiendo medicación vascular específica para el tema y por sobre todo con las prácticas preventivas, nosotros podemos reducir un 70% las chances de amputaciones", concluye el experto. ■