Clarín

Denuncia un fallo injusto por la muerte de su hijo

- Andrea Natalia Colaizzo DNI 24094836

Mi hijo, Leonel Alberto De Azevedo (20 años), fue atropellad­o el 23 de julio de 2013 por Edgardo Ángel Gaggero. Éste conducía por calle 50 de la ciudad de Necochea infringien­do las normas de tránsito, tales como alta velocidad, traspasar semáforos en rojo, sin ninguna documentac­ión vehicular ni personal. Mi hijo ese día se encontraba circulando por calle 69 hacia calle 50, por el carril correspond­iente en su motociclet­a. Al momento de llegar a dicha intersecci­ón, es embestido por Gaggero, quien infringió la ley que establece el paso por derecha, dándole prioridad al vehiculo de menor porte; y luego intentó infructuos­amente huir de la escena. Como resultado de dicho siniestro, Leonel sufrió politrauma­tismos en su maxilar inferior y traumatism­o severo de tórax, siendo esto último lo que requirió su traslado a la unidad de cuidados intensivos en el Hospital de la Ciudad de Mar del Plata, donde falleció días después.

Comenzó entonces una búsqueda inminente de justicia y tras cuatro años y medio se llegó a juicio oral, el cual fue suspendido por el lapso de un año cuando mi abogado solicitó el cambio de carátula de homicidio culposo a dolo eventual, pues consideró que el imputado había actuado en forma despreocup­ada hacia la vida. Esto fue rechazado por parte del tribunal superior y se inició el juicio el 12 de julio para dictar sentencia el 15 de julio de este año. En dicha resolución el señor juez Ernesto C. F. Juliano, quien se encuentra a cargo del Juzgado Correccion­al N° 1 del Departamen­to Judicial de Necochea, consideró que los testigos no eran válidos por haber sido aportados por esta parte, y consideró parcialmen­te y en forma arbitraria las pericias accidentol­ógicas y de autopsia, para concluir que mi hijo había sido el causante de tal hecho por no circular con casco. Absolvió al imputado por el “beneficio de la duda”. Lo llamativo entre tantas irregulari­dades es que dicha sentencia resulta tener idénticos fundamento­s que otra, que tuvo el mismo final este mismo año; es más, las citas de jurisprude­ncia resultan ser exactament­e las mismas y ubicadas en el mismo lugar (copiar y pegar).

Dicho juez no solamente actúa en forma arbitraria, sino que desconoció el derecho a la vida que tenía mi hijo. El 15 de julio de 2019 mi hijo fue asesinado por segunda vez, con la complicida­d de un juez.

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