Imitame, que me gusta
Najwa Nimri (“Los amantes del Círculo Polar”) es una cantante amnésica, por volver a los escenarios.
Quién te cantará Drama. España, 2018. 125’, SAM 16. De: Carlos Vermut. Con: Najwa Nimri, Eva Llorach, Carme Elias. Disponible en: Netflix.
Con simbologías y el tema del doble dando vuelta todo el tiempo por la pantalla, Quién te cantará es una película en la que el suspenso no tiene por qué maniatar al espectador a niveles de sentir que pierde la credulidad. El misterio que ronda por el filme de Carlos Vermut corre por otro sendero.
Lila Cassen (Najwa Nimri) es, o fue, mejor dicho, una cantante exitosa. Pero ha quedado amnésica poco antes del que sería su triunfal regreso a los escenarios, tras autoimpuestos diez años de silencio.
Y allí es donde entra a jugar Violeta -si el lila es un tono del color violeta, es algo que puede pasar desapercibido, o no, para el espectador menos atento-, una fanática de la cantante, a la que imita y que en el salón de karaoke donde trabaja le encanta copiar. La representa. Nunca la parodia.
Es Blanca (Carme Elias), la manager, la mano derecha de Lila, quien contacta a Violeta (Eva Llorach) para “ayudar” a la artista a, si cabe la posibilidad, volver a ser quién era.
Quién te cantará es una película de mujeres -también entra a tallar Marta (Natalia de Molina) la hija de Violeta, con la que su madre tiene una tensa relación de dependencia-, pero que trata temas que van mucho más allá del género.
Vermut es un joven realizador madrileño que con su segundo filme, Magical Girl, ganó en San Sebastián la Concha de Oro a la mejor película, y él el premio al mejor director, en 2014. Su cine, desde la propuesta y los diálogos, es ciertamente poco convencional, haciendo de lo enigmático algo más que una forma de provocar al público. Su estilo parece hasta despreocuparse por atender las necesidades de lectura narrativa habituales del espectador.
Y contó con un trío de intérpretes que lo han dado todo, pero no ha sido del todo suficiente. Porque Najwa Nimri, la actriz de Los amantes del Círculo Polar y coprotagonista de Abre los ojos y Lucía y el sexo, pone cara y marca gestitos de extrañeza, y de a poco es Violeta la que va ganando terreno, a fuerza de tener una historia que ofrece más sorpresas. Aunque no hay que espoilear los secretos que Lila tiene en su pasado.
Es cierto que quedan unos cuántos cabos sueltos, o irresueltos, que no es exactamente lo mismo (el porqué de la mala relación entre Violeta y su hija). Todo, con la música de Alberto Iglesias (habitual en los filmes de Almodóvar, también compuso la banda de sonido de La cordillera y el Che de Soderbergh), que entre lo pop y lo sutil enmarca una trama que tiene lo suyo, y que hasta juguetea con la perversión. ■