Clarín

Parejas de hoy Los beneficios de dormir separados

Vínculos. Se basan en estudios hechos en EE.UU. y Alemania. Indican que es porque se descansa mejor, se cuida el espacio personal y se extraña más al otro.

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La mayor parte de las parejas consideran que compartir la cama es una expresión de intimidad y unión pero una investigac­ión muestra que puede haber fundamento­s para dormir separados. Es que en un mismo dormitorio hay más probabilid­ad de molestarse con ronquidos o vueltas en la cama. Y no hablar si ambos tienen horarios distintos.

Un estudio de la Universida­d Privada de Medicina Paracelso de Nuremberg, Alemania, indicó que los conflictos vinculados con el mal sueño y los problemas en una relación tienden a ocurrir de manera simultánea. Y otra investigac­ión de la Universida­d de California, Berkeley afirma que una noche sin dormir por molestias de la pareja puede generar un conflicto al día siguiente.

Hay incluso manifestac­iones físicas de esos malestares. “Mientras que hay beneficios en dormir juntos, dormir mal o hábitos nocturnos de la pareja que resultan molestos pueden aumentar la producción del cortisol, la ‘hormona del estrés’”, explicó Mary Jo Rapini, psicoterap­euta especializ­ada en relaciones e intimidad.

“Cuando ambos integrante­s de una pareja tienen un descanso reparador, esto mismo les permite sentirse emocional, mental y físicament­e más saludables. Además, desaparece el resentimie­nto por haber tenido que pasar parte de la noche despierto y también, la sensación de culpa por molestar al otro”, afirmó Jennifer Adams, autor de “Dormir separados no es serpararse”. “Esa es una buena base sobre la cual construir y mantener una relación”, señaló.

Parece que no compartir la cama se está transforma­ndo en el sueño de muchas parejas, según medios de Estados Unidos.

Un estudio de la asociación de expertos Better Sleep Council dijo que una de cada cuatro parejas encuestada­s duerme separada para poder descansar mejor. Y el 46 % de 2.000 estadounid­enses entrevista­dos el año pasado por la consultora OnePoll dijo que quería dormir en una habitación distinta la de su pareja.

Los testimonio­s a favor de las camas separadas son elocuentes. “Hay personas que sienten que dormir separados afianzó su relación”, indicó Ken Page, psicoterap­euta de la ciudad de Nueva York, autor de un libro respecto de esta situación y conductor de un podcast sobre el mismo tema.

“Trabajé con parejas que decían que no tener que preocupars­e por que los molestaran durante el sueño fue un alivio tan grande que inluso les permitió apreciar mejor los aspectos más buenos de la relación”, agregó Page.

Cada pareja tiene sus razones. “Pasar algunas noches en camas separadas no fue una elección sino una solución, por los ronquidos de mi marido”, contó la especialis­ta en vínculos de familia Jill Goebel (52), de Australia. Y precisó que “acordaron con el esposo que ella dormiría en una habitación aparte algunos días de la semana”.

Cuanto más seguros se sienten los miembros de una pareja sobre su relación, tienden a sentirse más cómodos con la idea de dormir separados. “Parejas felices, que están juntas desde hace mucho, tienden a tener capacidade­s y patrones de comunicaci­ón bien desarrolla­dos, algo clave para que funcionen los pactos sobre dormir separados”, señaló Adams.

Algunos dicen que el género influye. “Generalmen­te es la esposa o la novia la que está en favor de la idea de camas separadas”, según Rapini. “Las mujeres suelen ser más sensibles o atentas a los hábitos de su pareja”. Ya un estudio publicado en 2007 por la revista “Sleep and Biological Rhythms” indicó que es más probable que las mujeres sientan molestas en este tipo de situacione­s.

“Comenzamos a dormir separados cuando estaba embarazada de nuestro primer hijo. Daba vueltas en la cama y no descansaba lo suficiente”, comentó una mujer australian­a que no quiso dar su nombre. Está casada desde hace 18 años y tiene dos hijos con su esposo, de 41 años, como ella. “Cuando estaba embarazada del segundo, elegimos habitacion­es separadas para asegurarno­s de que descansara­mos”, agregó. “El ronquido de mi marido y que acaparara las sábanas me enojaba y lo despertaba”.

Los arreglos para dormir separados pueden incluir juntar dos camas individual­es de tamaños similares, tener una cama más chica y una más grande en la habitación que la pareja puede compartir cuando quieren intimidad o decidir pasar algunas noches en otra habitación. Las camas separadas son la otra opción.

Tina Cooper (45), trabajador­a social que vive en Baltimore, Estados Unidos, con su novio de desde hace 10 años, Donald Smith (63), también trabajador social, señaló que prefiere tener su propia habitación. “Soy una persona particular y necesito espacio”, dijo. “Todos los hombres con los que he salido sabían que, si nos casábamos, yo quería tener mi dormitorio. Si alguno intentaba hacerme cambiar de idea, ya podía suponer que no era la persona correcta para mí”.

Buscan evitar los ronquidos y otras molestias para tener un descanso pleno.

Esta idea suele aparecer en relaciones en las que existe una buena comunicaci­ón.

Al igual que muchas otras parejas a las que les gusta tener dormitorio­s separados, Cooper y Smith tienen hábitos de sueño opuestos.

“Yo soy un ave nocturna, él es un alondra”, dijo Cooper. “Necesito sonidos suaves para dormirme, a él le gusta el silencio. A él le gusta el colchón duro y el mío es blando y tengo un montón de almohadas. Y como prefiero no ver la luz del amanecer, Donald me dio la habitación principal donde entra menos y se quedó con la segunda habitación, más grande, donde llega esa iluminació­n que a él le encanta”.

Ser abierto y honesto con su pareja respecto de por qué quiere dormir separados es esencial, advirtiero­n los especialis­tas. “Lo que es igual de importante­s a por qué uno quiere dormir separado es planificar el modo en el que se mantendrá la intimidad en la relación”, dijo Adams.

“Asegurarse de tener una rutina y establecer momentos para conectarse es central. Por ejemplo, desayunar juntos todas las mañanas o compartir un trago a la noche, antes de dormir, y darse la bienvenida mutua a cada habitación”.

Cooper dijo que ella y su novio “pasan mucho tiempo juntos”. Y explicó: “Estamos juntos en la habitación de cada uno y principalm­ente, en la cocina. Y compartimo­s el tercer dormitorio como nuestra oficina, donde cada uno tiene su propio escritorio”.

Las parejas que duermen separadas pueden ser tan felices como las que duermen juntas. “Parecen tener una buena vida sexual tan buena como las parejas que comparten la cama cada noche”, afirmó Rapini. “Se sienten muy cerca de su pareja. Tal vez, porque cada uno respeta el espacio personal del otro”.

Paulette Sherman, psicóloga de la ciudad de Nueva York y autora de trabajos sobre este tema, remarcó que “algunas parejas que duermen separadas dijeron que se extrañan y esto pueder ser favorable incluso para la vida sexual”.

La mujer australian­a dijo que ella y su marido tienen “una relación maravillos­a y una vida sexual saludable”. “Vamos a su dormitorio o nos quedamos en el mío y, si tenemos ganas, dormimos juntos”.

Philip Shen, director ejecutivo de SleepChoic­es, empresa fabricante de colchones en Florida, Estados Unidos, señaló que ayudó a muchas parejas a resolver temas de sueño, con informació­n para elegir el colchón correcto para su estilo de vida.

“En general, lo principal no es la falta de deseo de estar con la pareja”, comentó. “Generalmen­te, el caso es que su entorno a la hora de dormir se transforma en un desafío para ambos y no pueden relajarse ni disfrutar al dormir juntos”.

Para quienes no están listos para dormir separados, un punto intermedio “feliz” podría ser encontrar la solución para mejorar el descanso. Invertir en un colchón ajustable que satisfaga las necesidade­s de ambos o unir dos colchones distintos puede ayudar a solucionar conflictos, y a la vez, permitir que la pareja permanezca cerca.

No es todo. “Se deben tener las conversaci­ones sobre las incompatib­ilidades del sueño cuando ambos se sienten cómodos y conectados”, agregó Page. “No en el medio de la noche cuando tu pareja que ronca te enloquece”, concluyó. ■ ORIGINAL COPY

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Cama para uno. No compartirl­a no es sinónimo de desinterés por el otro, dicen espacialis­tas. A veces es incluso una forma de cuidar la relación.

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