Aquella foto de la reforma del 94
Hay momentos de la vida democrática en los que los dirigentes se encuentran protagonizando situaciones que jamás imaginaron, circunstancias inesperadas que los trascienden, en las que cumplirán un papel que tampoco tenían previsto. Todavía impresiona ver esa foto del 24 de agosto de 1994 con Raúl Alfonsín junto a Eduardo Menem, Eduardo Duhalde, Cristina Kirchner, Elisa Carrió, Eugenio Zaffaroni, Chacho Alvarez, Graciela Fernández Meijide, Alvaro Alsogaray, Aldo Rico, Héctor Tizón y otros principales referentes de todo el arco partidario e ideológico, jurando como convencionales la Constitución reformada. Cada uno de ellos había llegado allí con distintas lecturas de lo que estaba sucediendo; para unos era el camino para reelegir al presidente y garantizar la continuidad del modelo que lideraba Carlos Menem. Para otros, se trataba de limitar esa pretensión. Unos defendían el Pacto de Olivos que permitió esa reforma y otros se oponían a ello. Pero todos participaron de esa convención, trabajaron y le dieron plena legitimidad a una reforma que trascendió sus intereses inmediatos. A lo largo de intensos 90 días, esos 301 convencionales desarrollaron en Santa Fe una atípica experiencia, plasmaron, en su sentido más explícito, el acuerdo y el compromiso por sobre las diferencias más drásticas.