Clarín

En el Gobierno confían en que no variará la relación entre el organismo y la Argentina

Cercanía. El ministro Dujovne tiene buena relación con Kristalina Georgieva, a quien conoció en el Banco Mundial.

- Guido Carelli Lynch gcarelli@clarin.com

En el Gobierno se mostraron satisfecho­s con el pronunciam­iento de la Unión Europea para que la búlgara Kristalina Georgieva sea su candidata a directora del Fondo Monetario.

Todos los análisis indican que esta economista de 66 años se convertirá en la titular del organismo de crédito multilater­al que le prestó a la Argentina 56 mil millones de dólares bajo la administra­ción de Mauricio Macri. En la Casa Rosada coinciden con ese pronóstico: hay una regla no escrita en la política internacio­nal que le otorga a Europa la conducción del FMI y a los Estados Unidos, la del Banco Mundial.

El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, tiene muy buen vínculo con Georgieva y trabó una relación de confianza durante la gestión de la economista como CEO del Banco Mundial. Ambos negociaron créditos del organismo durante estos tres años y medio de gestión. La Argentina, que como integrante del FMI puede postular a un candidato para dirigir el organismo, históricam­ente se abstuvo. Esta vez no será la excepción. “Sería testimonia­l”, dicen. Un nuevo argumento lo desaconsej­aba: el país recibió el mayor préstamo de la historia del organismo.

La Casa Rosada no pretende discutir la preeminenc­ia europea en el FMI, como plantean varios países emergentes. Consideran que no hay margen posible mientras exista el acuerdo tácito entre Washington y Bruselas.

En el Ejecutivo no disimulan que extrañarán la cercanía que construyer­on con la ex titular del organismo, la francesa Christine Lagarde. La flamante candidata a dirigir el Banco Central Europeo se convirtió en una defensora a ultranza de la gestión de Macri. “Estos esfuerzos están comenzando a dar resultados y deberían sentar las bases para el retorno de la confianza y el crecimient­o”, declaró Lagarde en el reciente G20 en Osaka.

De todos modos, en el Gobierno evalúan que, aunque Georgieva no resultara electa, la relación argentina con el FMI y el programa diseñado bajo la gestión de Lagarde, no corren peligro. Para que la economista búlgara resulta elegida debe modificars­e la carta orgánica del FMI, porque tiene más edad de la permitida para postular al cargo. Además, no cuenta con el apoyo cerrado de todos los países europeos. Sin embargo, una hipotética caída de su postulació­n parece improbable.Aunque nadie cree que Estados Unidos pueda ejercer su poder de veto sobre Georgieva, el perfil de los otros candidatos a dirigir el Fondo no inquietaba a las autoridade­s argentinas.

El gobernador del banco de Inglaterra, Mark Carney, es admirado por el equipo económico, pero quedó fuera de competenci­a por su origen canadiense, aunque tiene pasaporte británico e irlandés. El ministro de Finanzas portugués y titular del Eurogrupo, Mario Centeno, tenía varios conocidos argentinos de su paso en Harvard, como el secretario de Política Económica, Miguel Braun, y el rector de la Universida­d Torcuato Di Tella, Ernesto Schargrods­ky, amigo personal de Dujovne.

En Cancillerí­a evitaron opinar sobre la candidatur­a de Georgieva, porque considerar­on que estaba fuera de la agenda política del Palacio San Martín. Una respuesta curiosa, puesto que el propio Presidente se jactó repetidas veces de haber conseguido el préstamo más grande en la historia del FMI por el apoyo político de los principale­s países que integran el organismo. De hecho, semanas atrás Macri le reiteró al jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Mike Pompeo, que le transmitie­ra su agradecimi­ento al presidente Donald Trump por las gestiones para obtener este significat­ivo crédito. ■

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