Huracán está dispuesto a dar pelea y, al menos por un rato, es el puntero
Suma puntos mientras busca su identidad con nuevo técnico. Los goles fueron de Droopy Gómez y Coniglio.
En días de reconstrucción, a Huracán le alcanza con poco. Con armarse desde el fondo y con lo escaso que genera en ataque, le fue suficiente para vencer 2-0 a Colón como local, con goles de Rodrigo Gómez y Fernando Coniglio. Nada menos, claro.
Se entiende el caso de Huracán: en nombre de la búsqueda de una identidad, le cuesta. De los días de Alfaro con aquel 4-4-2 de valiosas prioridades defensivas y las inestabilidades del ciclo traumático de Mohamed a esta presentación de Vojvoda en el Palacio Ducó pasaron cosas. Muchos cambios de futbolistas y de formas.
La primera media hora en La Bombonera, en el estreno ante Boca, merecía aplausos y entusiasmos. Lo que continuó a ese tramo no fue otra cosa que un equipo buscando de qué modo responder a cierta expectativa de audacia. Y esa continuidad se pareció bastante al primer tiempo ante Colón. Huracán no llegó nunca con claridad y en el par de arribos del ordenado Colón necesitó otra vez de su arquero Tony Silva y/o de sus centrales (Salcedo y Bareiro) para evitar el gol ajeno.
Huracán, que poco había ofrecido, se encontró con un penal en el primer tramo del segundo tiempo por la falta de Escobar a Droopy Gómez, que el propio volante cambió por gol. Uno a cero. Aparente ventaja enorme en un partido de “riesgo cero”.
Le alcanzó luego con solidez, con bravura, incluso a partir de la expulsión del ingresado Mauro Bogado, que estuvo apenas 19 minutos en cancha. Y con un detalle relevante: la capacidad para atacar a los espacios. El golazo de Fernando Coniglio en el minuto final resultó el perfecto ejemplo. Y una señal de otra cuestión más importante: Huracán está vivo. Y dispuesto a dar pelea. En su Palacio. O en cualquier cancha. ■