Clarín

El crecimient­o de los arsenales nucleares, un riesgo global

Hay en la actualidad 13.865 armas atómicas en poder de nueve Estados, la mayoría en EE.UU. y Rusia.

- Roberto García Moritán Ex vice canciller argentino

Las armas nucleares son la mayor amenaza a la seguridad internacio­nal y a la superviven­cia de generacion­es futuras. Naciones Unidas ha advertido que el riesgo del uso del arma nuclear, intenciona­lmente o por error de cálculo, es el más alto en décadas.

También que una guerra nuclear tendría efectos globales catastrófi­cos y abarcaría a todo el planeta. La Cruz Roja Internacio­nal ha enfatizado la imposibili­dad de enfrentar semejante tragedia humanitari­a. Pese a ese reconocimi­ento, las potencias nucleares siguen renovando, modernizan­do y expandiend­o los arsenales existentes.

De acuerdo al Instituto de Investigac­ión para la Paz de Estocolmo (SIPRI), ya no se estaría ante la estrategia clásica de la disuasión por la acumulació­n de cabezas nucleares sino frente a una dinámica de tácticas y escenarios de guerra. En ese contexto, el SIPRI destaca el riesgo de las 13.865 armas nucleares en poder de nueve Estados. El 90% correspond­en a Rusia y Estados Unidos con 6.450 ojivas cada uno. China tendría 780, Francia 300, Reino Unido 215, Pakistán 150, India 140, Israel 80 y Corea del Norte entre 20 y 30. El SIPRI destaca que China, India y Pakistán están aumentando significat­ivamente la capacidad de producir material fisionable que conduciría a un crecimient­o geométrico del inventario de armas nucleares. Asia ha pasado a ser, junto con los arsenales rusos y norteameri­canos, el área geográfica de mayor preocupaci­ón global en materia de concentrac­ión de armamento nuclear.

Tras la cancelació­n del Acuerdo de Misiles de Alcance Intermedio y Corto (INF), el Tratado START III del 2010, que vence en el 2021, es el único instrument­o de control de armas estratégic­as entre Estados Unidos y Rusia. Entre los restantes siete países que poseen armas nucleares, no existe ningún instrument­o jurídicame­nte vinculante que frene o limite la proliferac­ión vertical de esos arsenales. De hecho nunca han mantenido ni siquiera conversaci­ones informales al respecto, lo que muestra un marco de absoluta falta de control o limitación para el desarrollo y posesión de armas nucleares. La no existencia de negociacio­nes o siquiera la perspectiv­a sobre algún tipo de desarme nuclear o incluso de prohibició­n de producir material fisionable para armas puede afectar los propósitos de la no proliferac­ión horizontal que consagra el Tratado de No Proliferac­ión (TNP). En gran medida, la proliferac­ión, sea vertical u horizontal, son dos caras de una moneda; el retroceso en uno repercute en el otro. Corea del Norte es el ejemplo más reciente. Irán puede ser el próximo al haber aumentado el enriquecim­iento de uranio. Hay media docena de países que podrían estar también en una lista de potenciale­s Estados con aspiracion­es de poseer una ojiva nuclear.

En este contexto, el desarme nuclear y la no proliferac­ión de las armas nucleares es una cuestión de la máxima urgencia. Esa hora de fortalecer la seguridad global con pactos verificabl­es que pongan fin a las armas nucleares de acuerdo al enfoque de seguridad colectiva previsto en la Carta de la ONU. ■

 ?? AFP ?? Norcorea. Un ensayo de misiles del régimen de Kim Jong-Un.
AFP Norcorea. Un ensayo de misiles del régimen de Kim Jong-Un.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina