Una huelga general y nuevas marchas sumergen a Hong Kong en el caos
Las protestas reclaman desde hace dos meses la renuncia del gobierno pro chino y más democracia.
Nuevos enfrentamientos, huelga general y el bloqueo del metro sumieron ayer a Hong Kong en el caos, en tanto las autoridades acusan a los manifestantes de querer “destruir” al territorio semiautónomo y la vida de sus habitantes. Ayer por la tarde fueron lanzados gases lacrimógenos en varias zonas de la megalópolis contra manifestantes enardecidos en el marco de la huelga general, un acontecimiento muy raro en la ex colonia británica.
La megalópolis, que atraviesa su mayor crisis política desde su devolución a China en 1997, ya vivió en los dos últimos meses otras jornadas de manifestaciones masivas que desembocaron en confrontaciones entre policías antimotines y grupos radicales.
Muchos hongkoneses apoyan la movilización que se inició en junio en rechazo a un proyecto de ley que permitiría las extradiciones hacia China. El texto fue suspendido, pero el movimiento ha ampliado sus reivindicaciones en materia de democracia y la denuncia de un retroceso de las libertades en Hong Kong. Los opositores al proyecto afirman que Beijing busca una vía para apresar a disidentes y llevarlos al continente. “Mientras el gobierno no responda, es evidente que el movimiento aumentará”, dijo a AFP un empleado público, que se identificó como Leung, cuando intentaba encontrar transporte para ir a trabajar.
Tras enfrentamientos durante todo el fin de semana, los manifestantes se dirigieron en hora pico a varias estaciones clave de la red del Metro para bloquear las puertas de los vagones y evitar que los trenes marchasen. Esta acción relámpago paralizó durante horas una red que normalmente marcha con una eficacia extraordinaria. Tamañas “acciones en nombre de ciertas demandas han minado seriamente la ley y el orden de Hong Kong, y están empujando a nuestra ciudad, que todos amamos, al borde de una situación muy peligrosa”, señaló la jefa del ejecutivo local, Carrie Lam, en su primera conferencia de prensa en dos semanas. Haciendo referencia a eslóganes revolucionarios, presentó la protesta como un atentado a la existencia de Hong Kong.
“Yo diría que (los manifestantes) están tratando de derribar Hong Kong, de destruir por completo la vida de más de siete millones de personas”, dijo Lam ante periodistas, afirmando que “el gobierno será enérgico en el mantenimiento de la ley y el orden en Hong Kong para restaurar la confianza”. Por su lado, el gobierno chino anunció una conferencia de prensa para hoy.
Bajo el principio “Un país, dos sistemas”, Hong Kong disfruta hasta 2047 de libertades desconocidas en el resto del país. Pero cada vez son más las voces que se alzan preocupadas porque Beijing ignore este acuerdo y aumente su control.
Ayer tuvieron lugar siete manifestaciones simultáneas, algo que constituye un desafío para las fuerzas del orden, que enfrentan una dura prueba desde hace dos meses, al tiempo que despiertan la cólera de los manifestantes.
Las autoridades anunciaron haber disparado más de un millar de granadas de gases lacrimógenos y 160 balas de goma desde el comienzo de las protestas, el 9 de junio, precisando que 420 personas han sido detenidas y 139 policías heridos hasta ahora. Más de 160 vuelos fueron anulados en el aeropuerto de Hong Kong, uno de los más activos del mundo.
Varias arterias importantes de la ciudad fueron bloqueadas por los manifestantes. Asimismo, muchas tiendas no abrieron. El bloqueo del transporte público dio lugar a gritos y empujones entre manifestantes y usuarios enojados. Además, circulan en las redes sociales videos de escenas de tensión, una de las cuales mostraba a un automovilista forzando una barrera.
Algo rarísimo en este templo de las finanzas internacionales -donde los sindicatos tienen poca o nula influencia-, la huelga general tiene como objetivo demostrar a las autoridades chinas que, dos meses después del comienzo, la protesta sigue siendo popular. “La huelga política parece hoy muy apoyada, lo que también es consecuencia de la escalada de violencia entre policía y manifestantes”, declaró a AFP el analista político Dixon Wong.
Pero Lam, cuya renuncia exigen los manifestantes, sabe que cuenta con el apoyo del gobierno chino y del Ejército Popular de Liberación (EPL), que propuso la semana pasada sus servicios para restablecer el orden. ■
Las marchas exigen más libertades y protestan contra una ley de extradición a China