Clarín

Macri, en final intenso: “La Ciudad no se inunda más, carajo”

Fue el eje de su discurso en el cierre de la campaña porteña, en Ferro. Y se mostró junto a Larreta y Vidal. Ya venía subiendo el tono desde el sábado en la Rural.

- Ignacio Ortelli iortelli@clarin.com

El Presidente participó de un acto con Rodríguez Larreta y Vidal en Ferro. Buscó recuperar el voto de los “enojados”, y pidió disculpas por los términos utilizados. Alberto Fernández , en el norte bonaerense, apeló a la moderación.

De las lágrimas y la euforia del “No se inunda más, carajo” y el gesto del Topo Gigio “a lo (Juan Román) Riquelme”, al pedido a la militancia para acallar el “No vuelven más”, el cantito contra el kirchneris­mo. Del repaso por los orígenes de aquellos primeros años en la Ciudad, a la mirada puesta en el intento por la reelección que asegure el camino rumbo a “una Argentina del futuro sana”. De la confianza para garantizar que la continuida­d del actual modelo va a decantar en “la Argentina que queremos”, a la fuerte autocrític­a con pedido de “perdón” incluido, a “ese que todavía está enojado y cree que todo tendría que haber sido mucho más rápido”.

Por todos estos momentos pasó Mauricio Macri en el cierre de la campaña de Juntos por el Cambio en la Ciudad, en el que dejó otro discurso con tono duro, en el que se mostró convencido de que la Argentina “no vuelve al pasado” e instó a ir a votar en las PASO y a “convencer a indecisos y desencanta­dos”.

Ya el sábado, al inaugurar la Exposición Rural, en Palermo, el Presidente había demostrado su disposició­n a levantar al tono de campaña, al sostener que “queremos vivir en una democracia sin mafias”.

La apertura en el microestad­io de Ferro, estuvo a cargo del vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli, quien dio un enérgico discurso y convocó a ir “todos a votar” porque “está en juego el futuro de nuestros nietos”.

Mientras se aguardaba por Macri, que se había demorado en una reunión con el pianista y director Daniel Barenboim, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta; resaltó “las obras” y la “transforma­ción en la Ciudad”; y -en sintonía con el precandida­to a senador, Martín Lousteau- valoró la “actitud” de Macri para “sumar dirigentes como (Miguel) Pichetto”.

A propósito, el candidato a vice estuvo de campaña en Córdoba y se ausentó con aviso.

Ya en el escenario 360, Macri hizo un balance de lo que vivió en política desde antes incluso de asumir como jefe de Gobierno porteño.

“Es muy emotivo estar en este club, con tanta historia. Uno recuerda que acá empezamos y nos llamábamos Compromiso para el Cambio. El cambio ya era nuestra obsesión”, recordó.

“Hoy Buenos Aires está entre las grandes ciudades del mundo. Y nuestro sueño es llevar eso a cada rincón de la Argentina. ¡Los argentinos vamos a hacerlo!”, arengó Macri a sus militantes, que le dedicaron el primer “sí se puede”.

Eufórico, el mandatario respondió llevándose las manos por detrás de las orejas y pidió más bullicio: “Hago el ‘Topo Gigio’, como (Juan Román) Riquelme”, sonrió.

Fue, precisamen­te, cuando Macri recordó una de las primeras complicaci­ones que vivió con las inundacion­es en sus primeros meses en la Ciudad, cuando se dio el pico de mayor efervescen­cia.

“Se había inundado Juan B. Justo. Y me preguntaba­n qué iba pasar al año siguiente. Y dije: ‘¡Basta! El año que viene se va a inundar, el otro se va a volver a inundar, y el otro también’. Pero al cuarto año no se inunda más, no se inunda más, carajo”, estalló. Y desató el segundo ¡Sí, se puede!, entremezcl­ado con el “Borom bombón, para Mauricio, la reelección”.

Visiblemen­te emocionado, con los ojos vidriosos, Macri repentinam­ente puso el freno cuando escuchó que en Ferro se empezaba a gestar un cantito dirigido a los K.

“No, esa canción no me gusta. Es como la contracara del ‘Vamos a volver’ y no me gusta”, replicó ante el “No vuelven más” que empezaban a entonar un grupo de militantes.

“Sabemos que falta. Pero tenemos que redoblar la confianza. Necesito que sepan que a mí me duele cada uno de los que la están pasando mal”, retomó Macri, en un intento por mostrarse sensible ante la crisis económica que azota a los argentinos.

Fue un anticipo de una nueva autocrític­a que realizó como Presidente al pedir a sus votantes que salgan a “convencer a ese que todavía sigue enojado y cree que tenía que ser todo mucho más rápido.

“Perdón, decile. Perdón en nombre mío, de que esto lleve más tiempo del que pensamos, soñamos o quisimos creer. Pero (decile) que eso no invalida la dirección de lo que estamos haciendo, eso no invalida la intenciona­lidad de lo que estamos haciendo”, remarcó. ■

 ?? RAFAEL MARIO QUINTEROS ?? Micrófono en mano. Macri, en el cierre porteño. Defendió las obras hechas en su gestión.
RAFAEL MARIO QUINTEROS Micrófono en mano. Macri, en el cierre porteño. Defendió las obras hechas en su gestión.
 ?? MARIO QUINTEROS ?? Como Riquelme. En el escenario del microestad­io de Ferro, Macri hace el gesto del Topo Gigio, un clásico del ídolo de Boca. Detrás, Santilli, Larreta y Lousteau.
MARIO QUINTEROS Como Riquelme. En el escenario del microestad­io de Ferro, Macri hace el gesto del Topo Gigio, un clásico del ídolo de Boca. Detrás, Santilli, Larreta y Lousteau.

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