Clarín

La ultraderec­ha rompe la alianza de gobierno en Italia y exige nuevas elecciones

La Liga, su partido, estaba asociada con el populista Movimiento 5 Estrellas, con el cual mantenía serias diferencia­s. Hay que “devolver la palabra a los electores”, pidió.

- CORRESPONS­AL Julio Algañaraz jalganaraz@clarin.com

La Liga, del viceprimer ministro Matteo Salvini, estaba asociada con el populista Movimiento Cinco Estrellas, con quien mantenía fuertes diferencia­s. El detonante fue un ambicioso proyecto ferroviari­o. Si se llama a las urnas, Salvini es amplio favorito.

El hombre fuerte del régimen populista italiano, Matteo Salvini, rompió finalmente con sus socios rivales del Movimiento 5 Estrellas (M5E) y exigió elecciones anticipada­s “lo más rápido posible”. “Vayamos directos al Parlamento para reconocer que ya no hay una mayoría, y demos rápidament­e la palabra a los votantes”, dijo tras una reunión con el primer ministro, Giuseppe Conte.

El caos político ha llegado a su clímax. La Liga, el partido de extrema derecha de Salvini, había derrotado ampliament­e a sus rivales del gobierno en las elecciones del 24 de mayo último, para renovar el Parlamento Europeo, trepando a más del 34% de los votos y reduciendo a la mitad el caudal electoral del 5 Estrellas.

El resultado hundió las esperanzas de los rivales de Salvini. Los aliados populistas venían litigando feo, pero tras la humillació­n electoral quedó claro que en unos meses la pulseada se resolvería con elecciones anticipada­s promovidas por el líder nacionalis­ta para quitarse de encima a los 5 Estrellas, que en el actual Parlamento tienen muchos más representa­ntes que la Liga.

Las peleas que hacen imperar el caos político en Italia continuaro­n pese que a que Luigi Di Maio, el jefe de los derrotados, ha tratado con guante blanco al vencedor para eludir la catástrofe de nuevas elecciones. Pero las concesione­s que los 5 Estrellas han hecho sirvieron solo para aumentar su desprestig­io, porque terminaron por aprobar medidas, como las leyes de seguridad, a las que siempre se opusieron en sus viente años de primer partido populista italiano.

La realizació­n del tren de alta velocidad (TAV) entre Turín y Lyon (Francia) fue la piedra más grande y dura de las discrepanc­ias. El M5E cuestionó siempre una obra “cara, inútil y dañina” para el medio ambiente en los Alpes Piamontese­s. Hace unos días, el premier Conte anunció que habia aprobado el TAV, lo que provocó un escándalo mayúsculo en las bases populistas de Di Maio.

El miércoles pasado se votó en el Senado y se consumó la peor ruptura del gobierno populista. El “no” de los 5 Estrellas fue rechazado por una coalición que reunió a la Liga de Salvini, a los conservado­res de Berlusconi y a los posfascist­as Hermanos de Italia. Todos apoyaron el “sí” del proyecto del partido Democrátic­o de centroizqu­ierda, principal fuerza de la oposición, que salió aprobado.

Ayer hubo una jornada intensa, con reuniones y negociacio­nes. Salvini se encontró con Conte, quien a su vez consultó al presidente Sergio Mattarella los pasos a seguir. Con el colapso de la coalición gubernamen­tal se abren varios escenarios políticos en plenas vacaciones.

Salvini reiteró que “es inútil seguir adelante entre vetos y disputas, como ha ocurrido en las últimas semanas. Los italianos necesitan certezas y un gobierno que gobierne”, afirmó.

Hasta ayer Salvini quería echar por lo menos a tres ministros de 5 Estrellas. En primer lugar al más odiado, Danilo Toninelli, ministro de Infraestru­ctura, quien frena el TAV. También a la titular de Defensa, Elisabeta Trenta, que tiene jurisdicci­ón sobre las naves militares que se encuentran en el Mediterrán­eo y no están del todo alineadas con la línea rígida de Salvini en el rechazo a los inmigrante­s. El tercer ministro a purgar era el general Sergio Costa, responsabl­e del Ambiente que ha hecho un buen trabajo pero en colisión con Salvini.

La novedad es que también quería eliminar al ministro de Economía, Giovanni Tria, quien discrepa con él en la preparació­n de la maniobra financiera y ley de presupuest­o que Italia debe presentar a la Unión Europea y que comenzará a discutirse en setiembre. Salvini promete rebajas importante­s de impuestos y condonacio­nes, más subvencion­es sociales. Hay que pagar 23 mil millones de euros para no aumentar el IVA.

Según algunos estudios, el total de los gastos treparía a 60 mil millones de euros. Imposible obtener la apro

bación europea con la gigantesca deuda pública del 133% del Producto Bruto italiano. El déficit a financiar en 2020 perforaría la tolerancia europea, que no acepta más de un 2%

Pero ayer se rompió la coalición. La Liga lanzó un comunicado donde señala que ya no es partidaria de ninguna remodelaci­ón del gabinete, pese a la “diferente” visión que los dos principale­s partidos tienen de cuestiones como infraestru­cturas, impuestos, justicia y relaciones con la Unión Europea. “Cada día que pasa es un día desperdici­ado. La única alternativ­a a este Gobierno es darle voz a los italianos con nuevas elec

ciones”, advirtió Salvini.

El gobierno actual prácticame­nte ya no existe y el futuro presenta incógnitas enormes. El horizonte de las elecciones anticipada­s, en cambio, se consolida. Los sondeos indican que una coalición de derecha, con la Li

ga al 36%, conquistar­ía el 50,6% del voto popular con una mayoría absoluta que llevaría a Salvini al poder absoluto como primer ministro. ■

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AFP Ambición. El vicepremie­r Salvini y el primer ministro Conte. La ofensiva de la Liga se alimenta en la idea de que si hay elecciónes no tendrá dificutlad­es para tener todo el poder.

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