Luz verde de EE.UU. a la soja argentina que resiste la sequía
Servicio de Inspección de Salud Animal y Vegetal del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos publicó en su boletín oficial la aprobación de la soja HB4 resistente a sequía desarrollada en la Argentina por la empresa Bioceres.
El organismo fundamentpo su decisión en base a la información proporcionada por la firma Verdeca, una compañíaa que en EE.UU. integran Bioceres y la norteamericana Arcadia.
“Estamos informando al público de nuestra determinación de que la nueva variedad de planta de soja HB4 designada como evento IND-004105, que ha sido genéticamente modificada para aumentar el rendimiento y la resistencia al herbicida glufosinato, ya no se considera un artículo reglamentado bajo nuestras regulaciones que rigen la introducción de ciertos organismos genéticamente modificados”, indicó el escrito.
En EE.UU. la soja resistente a sequía ya tenía el permiso de la Administración de Alimentos y Medicamentos. La historia del gen de resistencia a sequía se remonta a un trabajo de la Raquel Chan, de la Universidad Nacional del Litoral, quien encontró la función del gen en girasol.
La Argentina aprobó de manera condicional la soja resistente a sequía en 2015. Es decir, no se puede comercializar hasta que China, el principal comprador del grano, no de su autorización. Se espera que esto sea en algún momento de este año.
En mayo pasado, la empresa argentina ya había conseguido un paso importante cuando Brasil aprobó su comercialización otorgado a la brasileña TMG y a Verdeca.
Bioceres es una empresa que comenzó a imaginarse en el dramático 2001 y que hoy es vanguardia en la tecnología que se aplica al campo. Confluyen matemáticos, genetistas, químicos, ingenieros de varias especialidades en un ambiente en el que se dialoga, critica, se ríe y hasta se tragan disputas, según cuenta Federico Trueco, su CEO que resalta el trabajo en equipo.
Al principio fueron 23 socios, entre los que se encuentra Hugo Sigman, CEO de Grupo Insud; que pusieron de su bolsillo US$ 600 cada uno para un modelo que une a la academia, el sector privado y al Estado, en plena cooperación. Hoy son 305 socios para una firma que reinvierte todas sus utilidades.
La firma ya cotiza en la Bolsa de Estados Unidos. ■