Los productores se defienden y dicen que no se cuenta lo positivo
“La ganadería sin ninguna duda genera gases de efecto invernadero, pero el tema es que también genera muchos valores positivos desde el punto de vista ambiental y eso no lo estamos diciendo tan fuerte”, dijo Christian Feldkamp, director ejecutivo de CREA, una de las organizaciones técnicas con mayor despliegue entre productores de Argentina. “El mundo, desde el punto de vista ambiental, no sería mejor sin ganadería, sería mucho peor, y eso lo tenemos que destacar”, agregó Feldkamp.
En medio de la instalación de la problemática en la opinión pública, luego de la irrupción de veganos en la Exposición Rural, distintos voceros de la producción agropecuaria argumentaron que la mayoría de la biblioteca asegura que alimentos como la carne y la leche provienen de proteínas animales y son fundamentales para la nutrición de las personas, especialmente de los niños.
Con todo, nadie discute que hay mucho por hacer. Y el desafío de dar respuestas es una tarea insoslayable. “Hay que aceptarlo y ocuparse, hacerse cargo. Por ejemplo, los parlamentos de los países europeos definirán la letra chica del acuerdo con el Mercosur poniendo mucho acento en el bienestar animal y la sustentabilidad ambiental”, advirtió el consultor ganadero Víctor Tonelli.
En ese sentido, destacó que el manual de buenas prácticas ganaderas presentado la semana pasada en la Exposición Rural por 30 entidades públicas y privadas, “es un paso gigantesco en el camino de certificar”.
Se afronta la discusión con datos duros, no solo con interpretaciones. “Los números indican que producimos más bienes y servicios agropecuarios con menor impacto sobre el ambiente que otros países. Países como la Argentina poseen atributos insuficientemente valorados y difundidos para proveer, al mismo tiempo, seguridad alimentaria y seguridad ambiental a países que carecen de ella. Es necesario certificar esta ventaja comparativa”, argumenta Ernesto Viglizzo, investigador del Conicet especializado en las relaciones del cambio climático con la seguridad alimentaria y ambiental.
Viglizzo explicó a Clarín que “hay que ver el revés de la trama”. Respecto de la degradación del suelo, dijo que “las investigaciones hechas en el país nos están mostrando que cuando se suceden los años de cultivos agrícolas, los contenidos de carbono en el suelo van declinando, pero cuando esas tierras de cultivo entran en una rotación con la ganadería, se recupera muy rápidamente el carbono que se venía perdiendo”. ■