El acusado de matar a una chica al chocar con la lancha dijo: “Respetaré la Justicia”
Manuel Beccar Varela, abogado, embistió a la embarcación en la que viajaba Tamara Suetta y ella murió en el acto.
Homicidio culposo agravado y lesiones graves. Esos son los delitos de los que se acusa a Manuel Beccar Varela (48) por la muerte de Tamara Suetta (25) y las heridas a sus padres durante un choque de lanchas en el Delta del Tigre. El imputado dijo que respetará “la decisión de la Justicia, cualquiera sea”. Esa decisión podría dejarlo tras las rejas por hasta cinco años, en el marco de un caso que recientemente fue elevado a juicio oral.
El 23 de marzo de 2018 Tamara viajaba junto a sus padres hacia la casa familiar en el Delta. Era viernes, poco antes de las 20. Iban por el Carapachay río arriba cuando, en una curva, se cruzaron con la embarcación que timoneaba en sentido contrario el abogado penalista Manuel Beccar Varela, quien estaba con siete acompañantes.
El choque fue de frente: Tamara sufrió un golpe en la cabeza y murió en el acto. Sus padres, Ángel Suetta (64) y María Elena Fantini (63), quedaron internados con heridas graves. Ahora, el fiscal de Tigre, Mariano Magaz, llevó a juicio oral a Beccar Varela por homicidio culposo agravado por la conducción negligente, imprudente y antirreglamentaria de un vehículo con motor, por el que se prevén penas de entre dos y cinco años de prisión. También fue imputado por lesiones graves culposas agravadas, cuya pena prevista oscila entre los seis meses y los tres años. La condena debe ser de al menos tres años para que la prisión sea efectiva.
“Nunca dije nada por respeto a la familia Suetta y en consideración a su dolor. Pero sí les escribí una carta junto a mi mujer y mis hijos, y luego en persona les di el pésame y les expliqué qué pasó. Les aclaré muchas dudas que tenían. También les hice saber que, si la Justicia entendía que yo era responsable, me haría cargo de las consecuencias, como corresponde”, aseguró el penalista, que por primera vez habló con un medio. Sostuvo además que “la investigación descartó las versiones de picadas y abandono”.
Para el acusado, “en el resultado, que es irreparable, pudieron haber incidido muchos factores: la oscuridad de la noche, la bajante fuerte del río, la falta de luces de una de las lanchas y la curva pronunciada” en la que se produjo el hecho. A su vez, dijo que el resultado del test de alcoholemia “fue sorpresivo” para él, “ya que estaba plenamente consciente durante el manejo, e incluso en todo momento asistí a las víctimas”.
Con “la falta de luces de una de las lanchas”, Beccar Varela se refiere a un planteo que hizo la defensa, según el cual la embarcación de Suetta circulaba sin las luminarias reglamentarias, algo que, de comprobarse, podría reducir su pena. Magaz resaltó en el fallo que, aunque en las pericias no pudo verificarse si esas luces estaban encendidas, sí se pudo determinar que el sistema eléctrico estaba “en condiciones adecuadas”. El juicio oral, cuyo tribunal será sorteado en los próximos meses, será clave para zanjar esa cuestión.
La situación de Beccar Varela es complicada. Según el fallo, conducía una lancha “con prohibición para navegar” y, “estando alcoholizado, habría invadido la margen contraria del río”. Es decir, iba a contramano y con 0,82 gramo de alcohol por litro de sangre, según determinaron dos tests de alcoholemia. El máximo permitido es 0,5. También lo complican pericias sobre la velocidad a la que iba su lancha instantes antes del choque, que arrojaron entre 3.400 y 3.500 revoluciones por minuto. Esas revoluciones “inferían a la embarcación una velocidad considerada excesiva”, en función de las características del lugar, el ancho navegable, los muelles que hay en la zona y el hecho de que era de noche.
Alejandro Escobar, abogado de la familia Suetta, consideró que “el caso de Tamara amerita dolo eventual
Lo acusan de homicidio culposo agravado y de lesiones graves. Le podrían dar cinco años.
porque Beccar Varela estaba altamente alcoholizado e iba a contramano, a alta velocidad y con una lancha prestada con prohibición de navegar”. Magaz entendió que no hubo ese tipo de dolo pero sí consideró los agravantes.
Desde su astillero, Ángel Suetta contó: “Mi esposa y yo estamos deshechos físicamente. Yo estuve a punto de quedar hemipléjico. Nos ponemos a trabajar dos horas y no aguantamos los dolores, que se suman al dolor de perder a una hija”. Tras el choque, su médico le prohibió hacer trabajo físico, por lo que se limita a atender consultas y supervisar. Y a pedir Justicia: “Esta gente que nos chocó tendría que dar el ejemplo, y ocurrió todo lo contrario. Mi hija no va a resucitar pero, al menos, quiero que se esclarezca lo que pasó”. ■