Las rarezas vienen desde los tiempos de la era amateur
Fusiones obligadas, torneos de tres ruedas, intervención. Ahora los descensos serán según la Superliga y la Copa.
El fútbol argentino escribe una nueva historia. En realidad, los dirigentes. Y no es de las mejores. La organización, la reglamentación de la temporada que se está jugando tiene un formato atípico: la clonación entre dos torneos para determinar los equipos que jugarán la próxima temporada en la Primera Nacional, por un lado, y a las copas internacionales por el otro.
Cuando finalice la Superliga habrá un campeón pero no se sabrán los tres descendidos. En la segunda edición de la Copa de la Superliga, que se disputará de una manera absolutamente diferente a la que ganó Tigre, habrá otro título en juego pero los equipos seguirán disputando la permanencia en Primera.
En el recorrido de más de 130 años de historia, hay un eje común: los dirigentes siempre priorizaron los intereses de sus clubes.
En 1907 se implementaron los ascensos y descenso. En 1912 se produjo la primera escisión. Quedaron dos Ligas, la oficial, con 6 equipos, y la Federación, con 8. Al año siguiente, la oficial pasó a tener 13 clubes, y la Federación, 10. Tras la fusión, el campeonato de 1915 contó con 25 participantes y por primera vez hubo 4 descensos: Kimberley, Defensores de Belgrano, Comercio y Floresta. Como ascendió uno solo, en 1916 hubo 22 clubes en Primera.
Entre 1919 y 1926 hubo dos asociaciones y dos campeones por año. En 1926, en la Asociación Amateurs jugaban en Primera 26 equipos (no estaba afiliada a la FIFA); y en la Asociación Argentina, 18. La fusión de 1927 provocó un caos mayor. Como nadie quería jugar en la Segunda, 34 de los 44 equipos continuaron en la división mayor: los 26 de la Amateurs y sólo 8 de la Argentina, la afiliada a la FIFA. Se reglamentaron cuatro descensos y dos ascensos para ir bajando la cantidad de equipos (¿suena moderno, no?).
El torneo de 1928 duró un año y medio y como no quedaba tiempo, para lo que quedaba de la temporada de 1929 se decidió jugar un torneo dos zonas, cuyos ganadores se enfrentarían en una final (como en 2016 o como la Copa de la Superliga 2020), y se suspendieron los descensos. Y en lugar de poner en juego la Copa Campeonato, al ganador le dieron la Copa Estímulo. El campeón fue Gimnasia y Esgrima La Plata.
El profesionalismo sumó despropósitos. Como el ensayo de terror de 1934. Armaron un torneo de 14 equipos, a tres ruedas (39 fechas, campeón Boca). Para ello, fueron descendidos Tigre y Quilmes. Pero como no había una categoría de Ascenso, los mandaron a jugar con las segundas profesionales. Además, obligaron a una fusión futbolística a Atlanta-Argentinos y Lanús-Talleres de Remedios de Escalada.
Otro experimento hicieron en 1936, reemplazando la primera y segunda rueda por dos certámenes. Primero se puso en juego la Copa de Honor, que ganó San Lorenzo; luego la Copa Campeonato, que ganó River. Pero además la nueva AFA propuso un trofeo nuevo, la Copa de Oro (se jugó por única vez), entre ambos campeones y para definir el equipo que jugaría la Copa Aldao con el campeón uruguayo.
Hasta 1966 se mantuvo cierta regularidad aunque la cantidad de equipos fue variando. En especial cuando se suspendieron los descensos (1963-66). Los años anteriores, 1958-1962, se implementó los promedios, recuperados por Julio Grondona en 1983. Desde 1967 hasta 1985 se disputaron dos torneos por año, Metropolitano y el Nacional. Y varios años con Reclasificatorias para determinar los ascensos y descensos . Nunca los torneos fueron iguales. Nunca se mezclaron para determinar los descensos. Además, entre 1973 y 1975 se suspendieron los descensos. Huracán fue el que más puntos sumó en el Metro 76, pero no fue campeón.
La decisión de Grondona de elevar a 30 los equipos de Primera generó consecuencias. Ahora profundizadas con una temporada que suma los dos torneos para las copas y el descenso. ■
Hasta 1966 hubo un torneo anual. Ahora hay dos y suman para Copas y descenso.