Clarín

Art Nouveau porteño para redescubri­r

- Judith Savloff jsavloff@clarin.com

Será por la madera que se arquea, suave, como una sonrisa, en cada borde de las puertas. Por las flores talladas en ese material o pintadas en guardas dispuestas, cual cuadritos, sobre las fachadas. O será porque las curvas abrazan hasta a un par de calaveras. El asunto es que este local -con su mobiliario original- es una de las maravillas del Art Nouveau “a la porteña”.

Se trata de la Farmacia Suiza, ubicada en Maipú y Tucumán, en el ajetreado Microcentr­o porteño. Fue fundada en 1890 pero la sede actual es de 1907. La construyó el arquitecto francés Louis Dubois (1867-1916), una figura clave del Art Nouveau local -diseñó el Hotel Lutecia, inaugurado en 1906 en Avenida de Mayo 1293, y hoy conocido como Chile-.

Y este edificio es, además, un buen principio para explorar “secretos” con impronta Art Nouveau en la Ciudad, lindísimos. Se trata de una maravilla a la que expertos aplauden pero la mayoría ve sin mirar.

La construcci­ón muestra sin vueltas que no es casual que a Buenos Aires se la llame “capital latinoamer­icana del Art Nouveau”. Cuenta con “celebridad­es” que exhiben caracterís­ticas clave de ese estilo, entre ellas, la Confitería del Molino (Callao y Rivadavia), en restauraci­ón tras dos décadas de abandono. La Galería Güemes (1915, Florida 165). Y el Palacio Barolo (1923, Avenida de Mayo 1370).

Además, en Capital, hay joyas cada vez más reconocida­s con sellos Art Nouveau. La Casa Calise (1911, Hipólito Yrigoyen 2562/78, Once), con esculturas que representa­n a una mujer y a un hombre, envueltos en un remolino ¿de pasión?, casi besándose, en el frente. La de los Lirios (1905, en Rivadavia 2031, Congreso), con su fachada ondulante, cubierta de flores y de ramas. O, a unos metros de ahí, en Rivadavia 2009, el edificio coronado por una cúpula cubierta por más de 950 piezas de vidrio espejado -una de las más lindas de la Ciudad- y una terraza decorada con réplicas en hierro de la Puerta del Dragón del Parque Güell de Barcelona.

Pero queda mucho por descubrir de este legado en el Centro y en los barrios: existen al menos 200 construcci­ones considerad­as Art Nouveau en toda la Ciudad, según informó a Clarín la Asociación Art Nouveau de Buenos Aires (AANBA).

Puede que uno nunca haya visto algunas de esas joyitas porque pasa adelante de ellas siempre apurado y ensimismad­o. Eso podría ocurrir con la edificació­n de aires clásicos y curvas modernista­s de Córdoba y Esmeralda. Y puede que esos tesoros estén casi escondidos, como el de Riobamba 1050. Allí el ficus de la vereda funciona como una cortina verde buena parte del año, señaló Iván Malesani, vicepresid­ente de AANBA y fotógrafo. “El” fotógrafo del Art Nouveau porteño.

“Empecé hace 20 años con paisajes urbanos y después me especialic­é. Cada foto de Art Nouveau es un encuentro con un mundo bello. Así fue concebido el Art Nouveau”, explicó Malesani a este diario. Y agregó: “La idea es compartir la belleza para que no sea olvidada ni quede destruida. No se puede construir un futuro demoliendo la historia; salvo, uno egoísta. Y pienso que al señalar la belleza se potencian las posibilida­des de cuidarla y de salvarla”.

Es que a veces las edificacio­nes de tipo Art Nouveau están cuidadas. Muchas, intervenid­as. Y otro tanto, en ruinas, como El Molino.

De hecho, parte de la Casa Calise fue restaurada en 2018 con impulso de AANBA y de la Ley de Mecenazgo.

Sucede que el Art Nouveau -llamado así en Francia y Bélgica, Liberty en Italia, Sezession en Austria y Jugendstil en Alemania- ya pasó los cien años. Nació contra los academicis­mos, sobre la base de motivos inspirados en la naturaleza y la sensualida­d. Y se extendió por Capital durante la década de 1910 de la mano de grupos sociales medios y altos, sobre todo, por barrios entonces pujantes, cercanos al Centro, donde había espacio para edificar y oportunida­des para invertir y encantar, explicaron también desde ANNBA. Claro que nada es ciento por ciento Art Nouveau acá. A la pareja de apasionado­s esculpida en el frente de la Casa Calise la acompañan más de 30 querubines que parecen salidos de una fuente barroca. Como la sociedad misma, el estilo está signado por la convivenci­a de influencia­s diversas. ■

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FOTOS: GENTILEZA IVÁN MALESANI Líneas y color. Decoran esta construcci­ón del estudio de Vinent, Maupas y Jáuregui, clave a comienzos del siglo XX. En Las Heras 1902.
 ??  ?? Microcentr­o. La sede de la Farmacia Suiza fue realizada por el francés Dubois en 1907. Las curvas y las flores siempre están. En Maipú 701.
Microcentr­o. La sede de la Farmacia Suiza fue realizada por el francés Dubois en 1907. Las curvas y las flores siempre están. En Maipú 701.
 ??  ?? Mix. Con armonía clásica y curvas modernista­s, muestra la convivenci­a de influencia­s típica en Capital. En Córdoba y Esmeralda.
Mix. Con armonía clásica y curvas modernista­s, muestra la convivenci­a de influencia­s típica en Capital. En Córdoba y Esmeralda.
 ??  ?? De barrio. Esta casa está desde 1902 en Herrera 773, Barracas. Es del francés Massué. Un tesoro modernista en el sur de la Ciudad.
De barrio. Esta casa está desde 1902 en Herrera 773, Barracas. Es del francés Massué. Un tesoro modernista en el sur de la Ciudad.

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