En un gesto a la interna peronista, Alberto F. arma una reunión con los gobernadores
Los mandatarios del PJ son, junto a Cristina, el eje del proyecto del candidato K. El encuentro estaba pensado hacerse mañana, pero se postergó por la incertidumbre económica.
Al día siguiente de la victoria del Frente de Todos en las PASO, el candidato Alberto Fernández se reunió con Cristina Kirchner y Axel Kicillof, en el kirchnerista Instituto Patria, en un gesto con su compañera de fórmula y con el candidato a gobernador bonaerense.
Pero ahora, tras un lunes y martes con foco en los problemas de la economía, el candidato presidencial arma un encuentro con los gobernadores peronistas, otra pata de su proyecto político y, también, del triunfo holgado en las primarias.
La idea de una cumbre de los mandatarios post PASO fue pergeñada por Juan Manzur en el acto de cierre del Frente de Todos en Rosario: allí, comenzó a invitar “para comer o para un café” a sus pares para el jueves siguiente a la elección. El tucumano es el eje convocante de los gobernadores, tanto que mereció un párrafo del discurso de la victoria de Alberto F, el domingo.
Pero el encuentro quedó, por ahora, sin hora y lugar concreto por la profundización de la crisis económica -y la posibilidad de anuncios en ese rubro por parte del Gobierno- y todos quedaron con pasaje abierto a Buenos Aires. Solo resta la convocatoria por parte de Santiago Cafiero, el hombre asignado por Alberto Fernández para el vínculo y ordenamiento de la liga de mandatarios.
El armado del mandatario tucumano fue clave, con prevalencia en el norte argentino. Otro gobernador peronista de diálogo directo con Alberto F. es Omar Perotti, de Santa Fe, distrito donde el FdT se impuso por 10 puntos sobre la fórmula Mauricio Macri-Miguel Ángel Pichetto.
El entrerriano Gustavo Bordet también tiene línea directa , así como Alicia Kirchner (Santa Cruz) y Mariano Arcioni (Chubut). A todos estos gobernadores, Alberto les dedica una frase cariñosa: “Los quiero y los admiro”.
El caso Córdoba merece otro párrafo: Fernández estuvo cuatro veces durante este tramo de la campaña, debido a que es un enclave macrista. Allí venció Juntos por el Cambio y su gobernador Juan Schiaretti compitió con lista corta, sin adherir a ninguna fórmula presidencial.
El vínculo aceitado de Alberto es allí con Carlos Caserio, el senador que capitaneó el apoyo de buena parte del peronismo local a la fórmula FF. Caserio fue vital para que el FdT alcanzara los 30 puntos, que resultaron fundamentales en la pelea de la categoría presidencial, pues Macri no llegó a los 50 y se quedó en 48,18%.
Sergio Uñac (San Juan), Lucía Corpacci (Catamarca). Rosana Bertone (T. del Fuego) y Gildo Insfrán (Formosa) también conforman ese éjido en el que se apoya Fernández, como lo dijo en su discurso triunfal: “Acá está mi amigo Juan Manzur, el gobernador de Tucuman. En Juan va mi agradecimiento a todos los gobernadores que hicieron posible este resultado (...).Ellos entendieron que vamos a construir un país distinto. En estos 4 años vamos a tener un gobierno donde gobiernen 24 gobernadores con un presidente”, señaló.
También estarán en la lista de convocados el santiagueño Gerardo Zamora, el misionero Hugo Passalacqua y el chaqueño Domingo Peppo.
Todos estos movimientos del candidato Fernández son para consolidar su base de poder. A la de CFK-Kicillof más la de los gobernadores peronistas se le debe sumar el armado de Sergio Massa, quien se mueve activamente para unir voluntades.
Otra vía, que ya alimenta Alberto Fernández, es el peronismo aún cercano a las costas macristas. Tras el WhatsApp del ministro del Interior, Rogelio Frigeri, o al candidato ganador, felicitándolo por la elección, se suma la charla con Emilio Monzó. El diputado lo chateó y luego habló, telefónicamente, con Alberto.
Tras una conversación donde primó la prudencia de ambos dirigentes peronistas con este momento político, quedaron en verse la próxima semana. El nombre de Monzó comenzó a cobrar volumen como posible articulador en una eventual transición presidencial. ■