Nyonoksa, el pueblo convertido en base de prueba de misiles
La aldea de Nyonoksa está ubicada en la costa del Mar Blanco, a unos 20 km al oeste de Severodvinsk, sobre el Ártico. Su nacimiento se debió a los grandes depósitos de sal subterráneos que detentaba. Pero su ubicación estratégica en esa región tan árida, su aislamiento y su costa marítima casi inaccesible, le dio las características que los expertos rusos necesitaban para experimentar sus nuevos armamentos.
Por eso se terminó instalando allí una de las bases más secretas y activas de la poderosa Corporación Estatal de Energía Atómica Rosatom, una empresa que es el cuerpo regulador para el complejo nuclear de Moscú.
Actualmente Nyonoksa tiene una población de aproximadamente 450 personas. Se trata prácticamente de un asentamiento militar cerrado -se requiere un pase para ingresar-, compuesto mayoritariamente por familiares de los efectivos que prestan servicio en la zona.
En esa base naval se ensayan distintos tipos de nuevas armas, especialmente misiles balísticos y de crucero que son utilizados por la Armada rusa. Casi todos los misiles que utilizan los buques de guerra y submarinos rusos fueron experimentados en ese espacio militar.
El campo de pruebas comprende plataformas instaladas a lo largo de la costa, sobre las frías aguas del Ártico. El entorno y el aislamiento le otorgan un marco de seguridad y secretismo adecuado para estos experimentos.
Según medios rusos, desde su creación hasta la actualidad tuvieron lugar alrededor de dos mil quinientos lanzamientos de misiles balísticos y de crucero, y más de mil de cohetes estratégicos. Allí se estaría probando el poderoso “Burevestnik”.