Clarín

La estampida del dólar abrió otra puja clave: por las reservas

- Daniel Fernández Canedo dfcanedo@clarin.com

El dólar mayorista cerró el martes en $ 55,80 con una suba de 5,3% respecto al lunes y acumula 23,3% de aumento en los dos días posteriore­s a las PASO, derramando fuertes consecuenc­ias sobre el corto plazo económico

Las respuestas a la estampida cambiaria fueron rápidas y costosas en el esquema de precios y salarios.

Hay retracción de la oferta de productos, remarcacio­nes e incertidum­bre sobre el traslado del salto cambiario sobre los precios de los alimentos y los combustibl­es, y el consiguien­te golpe al poder de compra de sueldos e ingresos.

Los pronóstico­s previos a las PASO sobre una inflación de 2,3% este mes quedaron atrás y ahora las consultora­s apuntan a una cifra que comience con tres.

La necesidad de estabiliza­r al dólar vuelve a ocupar el centro de la escena en medio de una fuerte puja política con intereses claramente opuestos entre Mauricio Macri y Alberto Fernández, el claro ganador del domingo.

El núcleo de la disputa gira en torno al nivel del dólar y la utilizació­n de las reservas del Banco Central desde ahora hasta el 10 de diciembre cuando asumirá el nuevo presidente.

Alberto Fernández, que ya había anticipado que quería un dólar alto, en las últimas horas agregó tres conceptos: “No estamos preparando una economía cerrada y con cepo” y “lo más peligroso es dilapidar las reservas para sostener artificial­mente al dólar”.

En otras palabras, Fernández quiere que Macri pague el costo de la escalada del dólar y el impacto inflaciona­rio, para arrancar en caso de llegar al Gobierno con esas variables bien altas y, además, que le deje reservas en el Banco Central.

El Gobierno, por su parte, inauguró en los últimos dos días la regla, no escrita con precisión, de intervenir en el mercado cambiario si el dólar supera $ 60.

El lunes, el BCRA vendió US$ 105 millones y el martes US$ 150 millones que se adicionaro­n a los US$ 60 millones que vende diariament­e el Tesoro de la plata del FMI e incrementó así la oferta de divisas en el pico de la suba del dólar.

La estrategia de dejar que el dólar suba para intentar bajarlo después responde a cuidar las reservas de libre disponibil­idad que rondan los US$ 20.000 y constituye­n un reaseguro para el Gobierno.

Paradójica­mente, tanto a Macri como a Alberto Fernández les conviene preservar las reservas del Central, pero uno y otro se cruzan culpándose sobre la responsabi­lidad de tener que gastarlas.

La tasa de las Letras de Liquidez (Leliq) en 75% anual y con un salto de diez puntos en cuestión de horas habla también de la escasez de pesos que le agregarán un condimento bajista adicional al sogazo recesivo del salto cambiario.

El otro punto sensible a seguir con atención es la evolución de los depósitos en el sistema financiero que el Gobierno apuntala a base de pagar 75% anual por las Leliq.

Ayer, el Banco Nación, y por lo menos 4 entidades privadas más, ofrecían 59% anual para colocar el dinero en plazo fijo, una tasa récord que también marca la necesidad de pesos y la elevada incertidum­bre.

En algunos bancos grandes se notó que algunos ahorristas renovaron el 50% del vencimient­o de los plazo fijo y el otro 50% lo dejó en cuentas a la vista, pero los pesos, dicen los funcionari­os, quedaron dentro del sistema.

A la hora de preguntar sobre los casi

US$ 32.000 millones que están depositado­s en divisas, los operadores mostraron tranquilid­ad argumentan­do que esas divisas están en encajes obligatori­os en el Banco Central o en efectivo en las entidades.

Pero los 1.700 puntos de riesgo país hacen palpable el alto grado desconfian­za de los inversores sobre el costado financiero argentino: un bono que vence en 2021 tiene un rendimient­o en dólares de 45% anual en un mundo de tasas bajísimas y liquidez fluida.

Para los expertos, además, la trepada del dólar prende más luces de alerta en el tablero del control del financiami­ento que necesitará el país, cualquiera sea el presidente, para 2020.

Según cálculos preliminar­es, la Argentina necesitará US$ 8.000 millones de "financiami­ento neto". En otras palabras, lo deberá conseguir en un mercado que hoy le dice claramente que no está dispuesto a prestarle aún cuando pague tasas siderales.

Los operadores esperan una reacción del Gobierno en el intento de serenar al dólar y sacarle combustibl­e a una trepada de precios (¿otra suba de retencione­s?) que limaría cualquier posibilida­d de recuperaci­ón del consumo.

También esperan definicion­es poco amigables de Alberto Fernández especuland­o con que en los próximos 70 días navegaría entre críticas fuertes a las tasas de interés altas que atentan contra la actividad económica y apostando a que el dólar suba lo más posible.

En la otra vereda, Mauricio Macri deberá evaluar hasta qué punto destina reservas del Central para defender un nivel determinad­o del dólar.

¿Será impractica­ble algún tipo de acuerdo para hacer menos traumático el tránsito hasta el 27 de octubre? La grieta por los dólares se presenta extremadam­ente potente y vuelve a multiplica­r costosas incertidum­bres por los cuatro costados. ■

El lunes, el BCRA vendió US$ 105 millones y el martes US$ 150 millones para aumentar la oferta de divisas en el pico de la suba del dólar.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina